Gemma Martínez, Sol Maguna y Vito Rogado en un momento de 'Todas las hijas'

Gemma Martínez, Sol Maguna y Vito Rogado en un momento de 'Todas las hijas'

Teatro

Andrés Lima deconstruye la idea de represión de 'La casa de Bernarda Alba'

Cinco mujeres se enfrentan a la tragedia de la obra de Lorca para realizar un exorcismo sobre los miedos femeninos.

7 marzo, 2024 02:08

Se cumple estos días un año del estreno en La Abadía de Cómicas y cómicos, un experimento de Andrés Lima con grandes actores sobre sus experiencias escénicas.

Meses después compartió con Alberto San Juan Asesinato y adolescencia en las Naves del Español sobre una inquietante historia de Fritz Lang, y ahora, fiel a su regular cita con las tablas, lleva al Teatro Fernán Gómez (Centro Cultural de la Villa) Todas las hijas, una historia con dramaturgia de David Caiña que parte de una idea original de Gemma Martínez.

“Sus protagonistas sienten que están embarazadas de Bernarda Alba”, explica Lima a El Cultural. “Me gustó mucho esa idea y decidí empezar con las actrices [Pilar Matas, Gemma Martínez, Maribel Salas, Sol Maguna, Vito Rogado, Goizalde Núñez] a investigar en este proyecto”.

Según el director, la obra, que se estrena el 7 de marzo, es un montaje de terror sobre una madre posesiva que arrastra a sus hijas a la locura: “Mostramos el miedo a cerrar los ojos, a soñar, al recuerdo infantil de un abuso, a la pesadilla de una relación marcada por la violencia, al no dormir, a no comer, a convertirse a todos los efectos en un fantasma, en un vampiro o en un monstruo.

"Es un relato -añade- de cinco mujeres valientes que terminan descubriendo su propia vida, un exorcismo del miedo para superar el miedo, un juego que, en ocasiones puede ser muy peligroso pero también muy divertido. Es jugar, temer y luchar, pelear y reír. Un viaje, en definitiva, a los miedos femeninos”.

“Todo se desarrolló a base de improvisaciones –añade Lima–. Ya había trabajado con algunas de las actrices. Partimos de una escena de La casa de Bernarda Alba y a raíz de ahí salieron historias propias".

"Con ese hilo, y con esa narrativa sincera de las actrices, donde surgieron cuestiones como los abusos y otros miedos, se fue construyendo una historia metateatral en la que parece que estamos asistiendo a un ensayo de una obra de Lorca para terminar metiéndonos en otra obra distinta. El reflejo de este reflejo nos devuelve una imagen de realidad. El teatro siempre ha sido un espejo”. precisa.

Los abusos a mujeres es uno de los temas que cruza la representación, pero no hay referencias concretas a casos recientes relacionados con la actualidad. Por eso, la puesta en escena, realizada junto a Beatriz San Juan, está basada en juegos de luces que encierran a estas mujeres como si fueran en el “útero” de Bernarda.

También es importante en esta escenografía la casa, un espacio donde se juega con siluetas y con sombras capaces de recrear dos mundos: por un lado, una habitación delimitada por cuatro paneles móviles y, por otro, un lugar sin definir en el que se pueden desvanecer cada una de las protagonistas.

[Andrés Lima teatraliza los diálogos con "sus" actores]

Lima, que ultima su tercer Shock –ahora sobre la Guerra Civil– y estudia subir al escenario su particular Romeo y Julieta, ha buscado, en medio de una obra muy conocida, hacer algo diferente en una noche que parece desbocarse y escapar a su control. Nos enfrentamos a algo capaz de hipnotizar a las actrices. “No, esta noche no van a ser capaces de dominar las tablas. Esta noche serán las tablas las que se apoderen de ellas”.