48 TRIPTYCH © Maarten Vanden Abeele, Peeping Tom_22

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Teatro

Silencio, Peeping Tom agita Madrid

La compañía belga abre el 39 Festival de Otoño con su cóctel de movimiento y crítica al hermetismo de la sociedad actual

11 noviembre, 2021 08:31

La compañía belga Peeping Tom (encabezada por Gabriela Carrizo y Franck Chartier) será la encargada de abrir, el 11 de noviembre, el Festival de Otoño con Triptych. A punto de convetirse en cuarentón, el certamen de la Comunidad de Madrid desembarca, hasta el día 28, con 16 espectáculos –procedentes de diversos países– escrupulosamente elegidos por su director artístico, Alberto Conejero, y su equipo. El tándem Carrizo y Chartier dará, pues, el pistoletazo de salida a la programación con un sólido ‘tríptico’ compuesto por The Missing Door, The Lost Room y The Hidden Floor. Son tres coreografías cortas creadas entre 2013 y 2017 para el Nederlands Dans Theatre que vienen adaptadas expresamente para el escenario de la Sala Roja de los Teatros del Canal.

"Decidimos intentar sumergir al público en una situación cinematográfica, como si estuviera viendo una película que, además, contiene toda la magia del teatro". Franck Chartier

Los creadores de Caravana (montaje con el que fundaron el colectivo en 1999) pondrán sobre las tablas una escenografía que reproduce tres platós cinematográficos. Sus personajes viven atrapados entre la realidad y la imaginación como si se tratara de un sueño. Si The Missing Door transcurre en una habitación rodeada de puertas que no se abren y de una persona que se debate entre la vida y la muerte, The Lost Room se desarrolla en el camarote de un barco, donde conviven un grupo de personajes atormentados. Finalmente, en The Hidden Floor nos adentraremos en un restaurante abandonado que podría ser inundado en cualquier momento. Es el mundo inquietante y hermético de Peeping Tom, donde los personajes luchan por escapar mediante el lenguaje extremo del movimiento, un código que ha dado carácter y personalidad al grupo belga, que no es la primera vez que se enfrenta a una trilogía de estas características. Ya lo hizo en Le Jardin (2002), Le Salon (2004) y Le Sous Sol (2007) con la familia como nexo de unión.

“Empleamos la idea del zoom cinematográfico para acercarnos a un momento, un detalle, que nos sirve para acelerar y detener el tiempo”, desvelaba Carrizo antes del estreno de For Rent, una entrega que pasó por Madrid en Danza en 2012 y que tenía como elementos de reflexión lo transitorio y lo precario. Esta nueva trilogía “de cine” es, como señala Chartier a El Cultural, un set de rodaje: “Originalmente, dado que The Missing Door formaba parte de una trilogía con piezas de otros dos coreógrafos, tuvimos que crear un plató para enfrentarnos al desafío de cómo trasladar al público este viaje, sirviéndonos de pequeños recursos y herramientas. Fue entonces cuando decidimos intentar sumergirlos en ese estado, como si estuvieran viendo una película que, además, contiene toda la magia del teatro”.

En Triptych veremos cómo se suceden los cambios en la escenografía a la vista del público. El “plató” se construye y se transforma ante los ojos del espectador como un artefacto hipnótico e inmersivo. “Siempre nos fascina el efecto”, explica Chartier. “Entre The Lost Room y The Hidden Floor la gente puede ir a tomar una copa, hacer un descanso o ir al baño. Pues bien, la mayoría de las personas no se van, prefieren quedarse y observar, como si se encontraran en un estado de profunda reflexión. Parecen no querer descansar…”

Tanto a Carrizo como a Chartier les esperan proyectos con el Nederlands Dans Theatre, con el Ballet de Marseille, con la Collezione Maramotti de Reggio Emilia y con el Museo Real de Bellas Artes de Amberes, donde preparan La Visita, una intervención con motivo de su reapertura tras diez años de cierre.

@ecolote