Image: Sanzol, con ternura hacia Shakespeare

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Teatro

Sanzol, con ternura hacia Shakespeare

21 abril, 2017 02:00

Elena González, Eva Trancón y Natalia Hernández en un ensayo de La ternura

El Teatro de la Ciudad vuelve a La Abadía, a partir del 27 de abril, con La ternura, la nueva entrega de Alfredo Sanzol tras La respiración. Las comedias de Shakespeare alimentan este texto "hondo, irracional e inconsciente".

Llega a La Abadía un nuevo montaje del Teatro de la Ciudad. En esta ocasión, le toca el turno a Alfredo Sanzol con La ternura, obra que forma parte del Proyecto Comedia y que tiene a Shakespeare como fuente principal de inspiración. Tenía que ser la comedia, "la otra máscara que simboliza el teatro", después de las tragedias Antígona, Medea y Edipo Rey.

Gags, cambios de identidad, entradas, salidas, carreras... Sanzol ha planteado su nueva apuesta escénica, tras La respiración, como un juego en el que los personajes se mueven por su necesidad de ternura. "Es la manera en la que el amor se expresa -explica el director de La calma mágica a El Cultural-. Una sociead sin ternura es una sociedad en guerra. Las emociones y los sentimientos pertenecen al mundo de lo que no podemos controlar, de lo que no podemos medir. Sin embargo, el ser humano vive en la ficción de que todo se puede contar, pensar y racionalizar. Esa contradicción produce una energía que es fuente de humor y surrealismo".

La Reina Esmeralda (Elena González) y sus dos hijas, la Princesa Rubí (Eva Trancón) y la Princesa Salmón (Natalia Hernández) viajan en la Armada Invencible obligadas por Felipe II a casarse en matrimonios de conveniencia. Son mujeres que han tenido que sufrir el dominio de los hombres y ya no pueden más. Los odian. De modo que la Reina Esmeralda, que tiene dotes de maga, tiene un plan: crear una tempestad que hunda la Armada para naufragar cerca de una isla desierta y vivir allí libres de hombres. Pero la isla no estará tan desierta como parecía porque en ella viven el Leñador Marrón (Juan Antonio Lumbreras) y sus dos hijos, el Leñador Verdemar (Paco Déniz) y el Leñador Azulcielo (Javier Lara), que ese día celebran sus veinte años viviendo sin mujeres... Según Sanzol, en la obra está muy presente el problema de la relación de géneros, pero su objetivo no era hablar de ello directamente : "Prefiero hacer un trabajo más hondo, más irracional e inconsciente para sacar a flote las raíces que sustentan los conflictos. Es algo de lo que no podemos escapar si trabajamos de verdad. El teatro sirve para dar forma a todo aquello que no podemos nombrar".

La Tempestad, Noche de Reyes, El sueño de una noche de verano y Como guestéis son los títulos que más pueden reconocerse en La ternura pero, aclara Sanzol, pueden verse referencias de otras muchas. Para el director ha sido como un juego que apunta en varias direcciones, incluida la de La respiración. ‘Ternura' es una palabra que aparece en la obra finalista de la XI edición del Premio Valle-Inclán: "Cada vez que veía esa escena algo se movía dentro de mí. Si una palabra me produce emociones, entonces comienza a hacerse grande y a tomar forma". Quizá por este motivo, cada obra de Sanzol es una continuación de la anterior. Si en La respiración el personaje de Nagore (Nuria Mencía) lograba aceptar la necesidad de vivir sola, ahora los personajes tienen que aceptar la necesidad que tienen de los otros. "Y, sobre todo, de las expresiones de amor de los otros", apostilla.

Además de La ternura, Andrés Lima aportará Sueño al Proyecto Comedia (a partir 10 de mayo). De los talleres del Teatro de la Ciudad saldrá también una tercera entrega capitaneada por el británico Dan Jemmett (recientemente en La Abadía con Shake) y por el actor Jesús Barranco.

@ecolote