El Cultural

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Ópera

Todas las voces de Anna Netrebko

La soprano rusa visita España con dos recitales en los que desplegará piezas verdianas intercaladas con guiños a Mascagni, Lehár, Puccini...

1 noviembre, 2019 15:30

Parece que, por fin, el Teatro Real va a poder escuchar, este viernes, 1, a una de las máximas divas operísticas hoy, Anna Netrebko (Krasnodar, 1971), que, hemos de recordar, no pisa por primera vez esas tablas, ya que se la pudo ver en una visita del Teatro Mariinski de San Petersburgo, cuando contaba 30 años, bajo la batuta de Valery Gergiev, haciendo la parte de Natasha en Guerra y paz de Prokofiev. Fue precisamente Gergiev quien la descubrió y la tomó a su cargo haciéndola debutar en la Susanna de Las bodas de Fígaro. Pronto se la pudo escuchar en Amina de Sonámbula, Pamina de La flauta mágica, Rosina de El barbero y Lucia. Es decir, partes –incluso la rossiniana de acuerdo con la tradición posterior al compositor– destinadas a una soprano lírica o lírico-ligera.

Buena oportunidad (también para los asistentes al Liceo el día 4) de comprobar hasta qué punto ha ganado el arte y de qué forma ha evolucionado una voz en principio de lírica muy tierna, aunque rica ya en armónicos, esmaltada y bien coloreada. Circula ahora por los terrenos de una lírica piena o una lírico-spinto. Se podrá apreciar la encarnadura actual de un instrumento verdaderamente áureo que ha venido sufriendo una lógica evolución hacia territorios de mayor fuste dramático. Ahora Netrebko se mueve cómodamente en partes como la de Mimi de La bohème, Violetta de La traviata –dentro de su evidente complejidad psicológica–, Desdémona de Otello, incluso, dentro del campo verdiano, una Aida. También, aunque de momento con precaución, en los dominios de una Lady Macbeth… Y es ya noticia la de su desembarco en el repertorio wagneriano más lírico, como el que ocupa una Elsa de Lohengrin, de la que hizo una auténtica recreación en Dresde hace un par de años.

La cantante estará acompañada por su inseparable marido, el tenor de Azerbaiyán Yusif Eyvazov

El timbre, carnoso pero límpido, el tinte, ligeramente oscuro y penumbroso, y el colorido suave son señas de identidad. Actualmente la soprano ha perdido ligereza, ha densificado su sonoridad y, al tiempo, esto es menos positivo, ha incrementado su vibrato, que es ahora más acusado. Lógicamente su facilidad para el gorjeo ha disminuido, aunque continúa manteniendo un agudo firme y un sobreagudo todavía audible. Su técnica y estilo –y capacidad para diferenciar unos de otros– han mejorado, algo que creemos empezó a notarse desde sus primeros contactos con Abbado y, en especial, con Renata Scotto, que la instruyó en el repertorio más propiamente belcantista o, por mejor decir, neobelcantista, el de Bellini y Donizetti.

En estos conciertos Netrebko estará acompañada de su inseparable marido, el tenor de Azerbaiyán Yusif Eyvazov, dotado de una voz bien consistente de lírico-spinto, extensa, fácil y sonora en el agudo, aunque de timbre no precisamente atractivo, algo áspera de sonoridad y de tintes ligeramente gangosos, bien que él la maneje con aplomo y hasta gusto. Ambos ofrecerán en estas dos citas, y en compañía del sólido barítono inglés Christopher Maltman, un muy enjundioso programa en gran parte verdiano, con arias y dúos de Il trovatore, La forza del destino, Don Carlo, Macbeth, Rigoletto, Luisa Miller y Otello, que aparecen cortejadas por páginas, asimismo famosas, de Catalani, Mascagni, Lehár, Puccini y Giordano. Presidirá desde el podio de la Sinfónica de Madrid uno de los nuevos valores de la dirección rusa: Denis Vlasenko.