Por un lado aparece la joven Patricia Guerrero (Granada, 1990), que en la actualidad es directora del Ballet Flamenco de Andalucía, y que en 2021 protagonizó el espectáculo La bella Otero con el Ballet Nacional de España, un rol que fue determinante para que le concedieran ese mismo año el Premio Nacional de Danza.

Por otro, el veterano Alfonso Losa (Madrid, 1980), que había triunfado en la Bienal de Holanda, París, Milán o en el Festival de Nimes con su espectáculo, junto a Concha Jareño, Flamenco: Espacio Creativo, con el que obtuvo en 2023 el Premio de la Crítica   del Festival de Jerez.

“Construimos un lenguaje coreográfico que no se repite y que es diferente en cada representación”. Alfonso Losa

“El origen de Alter ego es muy particular y se debe a mi interés por bailar en el tablao madrileño El Corral de la Morería, un local de mucho prestigio. Lo quería hacer junto a un bailaor de Madrid, un maestro muy admirado, Alfonso Losa. Y de pronto, de forma natural, se inició una conexión que no es frecuente en un escenario, algo fluido, una confianza y un respeto mutuos. Existía una energía común que nunca habíamos sentido”, cuenta a El Cultural Patricia Guerrero.

Según Losa, “en El Corral de la Morería fue surgiendo un vínculo muy particular, para enseguida darnos cuenta de que se establecía una energía muy potente, desconocida, más allá de las maneras habituales de comunicarse; nos comprendíamos y se notaba en el sentido rítmico, en la forma de movernos”.

Con baile, dirección artística y coreografía de Alfonso Losa y Patricia Guerrero, la colaboración artística de Ana Morales, la música y guitarra de Francisco Vinuesa y el cante de Ismael el Bola y Ángeles Toledano, Alter ego es un espectáculo que está anunciado el 1 de marzo en el Teatro Villamarta, dentro de la programación del Festival de Jerez, la muestra más destacada de danza flamenca con proyección internacional.

Patricia Guerrero, que lo conoce bien, ya que ha intervenido en diversas ediciones, piensa que Alter ego es una propuesta que encaja perfectamente en ese ciclo, con un público que llega procedente de más de treinta países.

“Además de la magia que se establece entre los dos, en ocasiones nos convertimos en uno”. Patricia Guerrero

Losa y Guerrero se lanzan sin protección a una aventura, fuera de la vorágine del tiempo o sorteando sus heridas, para establecer sistemas de compenetración y buscar niveles de acoplamiento que den como respuesta inéditas fórmulas de expresión artística. Se trata de ir más allá del consabido entendimiento en la escena para lograr una catarsis o experiencia vital profunda.

En esos no buscados, pero sorpresivamente encontrados códigos de afinidades, radica el complejo, en apariencia, entramado dancístico de Alter ego. Guerrero profundiza para explicar que “hay un nexo espiritual en ese dúo mediante un intercambio recíproco. Además de la magia que se establece entre los dos, en ocasiones nos convertimos en uno".

"Nos mostramos desde un espacio que no es el de la pareja hombre y mujer -añade-. Es curioso, porque siendo diferentes, cuando bailamos él es mi alter ego, mi otro yo, y viceversa. Y entonces, de esa unión aparece otro ser, otra identidad, que es el alter ego de ambos. Y es real, una fuerza, un espíritu que se genera en la escena”.

Claro que Losa, coincidiendo en muchos aspectos, tiene también su criterio acerca del descubrimiento de un universo, que para él ha sido un paso importante en su carrera: “De lo que más contento estoy es de poder armonizar con una persona, desde el no demostrar, sino desde el experimentar por medio de las vivencias”.

Y a la hora de hacer un análisis más preciso de las claves que mueven un espectáculo de las particularidades de Alter ego, explica que “una vez que nos pusimos a estructurarlo, comprendimos que había que escenificarlo en tres fases: en la primera presentarnos como individuos, el único momento en que bailamos solos; después el encuentro de los dos, ya en el ámbito de la improvisación, donde construimos otro lenguaje de movimientos y coreográfico, que no se repite y es diferente en cada representación, pero que no es ni el suyo ni el mío propios; y, por último, ser conscientes de que concebimos un alter ego, ese tercer individuo que baila distinto”.

[Patricia Guerrero y Sol León, Premios Nacionales de Danza 2021]

Para llegar a esos refinados y esotéricos territorios dancísticos, a ese estado “en el que nos olvidamos del público”, utilizan una terminología consistente en conceptos como ‘Espejos emocionales’, ‘Enlazando lo ajeno’, ‘El borde de lo propio’, ‘Lo latente’, formando parte de un diálogo imperceptible fuera del escenario. “Son ideas personales, que están sugeridas mediante la reflexión”, afirma Losa.

“Uno le propone al otro esos pensamientos, y a partir de ahí emerge la improvisación de Patricia, a la que sigo, y me traslada a un lugar que desconozco, donde le pregunto lo que realmente quiero saber de mí mismo. Me saca de mi zona de confort y, en esa transición, me lleva a descubrir otra dimensión de las cosas. Es cuando aparece el Alter ego”.