Image: Jake Heggie: Death Man Walking

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Discos

Jake Heggie: Death Man Walking

Houston Grand Opera. Patrick Summers

20 julio, 2012 02:00

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  • La creación operística en los EEUU tiene una fuerza imparable, y generalmente está ligada a temas de la máxima actualidad, con lo que se consigue una repercusión directa sobre el espectador. Uno de sus principales focos es la Houston Grand Opera, de la que ahora nos llega esta versión musical de Death Man Walking (estrenada en la Ópera de San Francisco en el año 2000 con Susan Graham como protagonista), que se hizo famosa entre nosotros como la película de Tim Robbins Pena de muerte, con Sean Penn y Susan Sarandon, que obtuvo un Oscar por el papel de la hermana Helen Prejean. El libreto es del experimentado escritor teatral Terrence McNally, autor, entre otras muchísimas obras, de la aclamada Master Class, una dramatización imaginaria en torno a las legendarias lecciones impartidas por Maria Callas en la Juilliard School de Nueva York.

    La música de Jake Heggie es de una enorme eficacia y dramatismo, moderna de factura pero sin efectismos y sin traicionar el drama, que es, en resumen, el principal factor, sobre un estilo realista, pero en absoluto tópico ni facilón. Y la versión es sencillamente soberbia. Joyce DiDonato vuelve a demostrar su increíble versatilidad para pasar del belcanto al desgarro que requiere la religiosa que acompaña al condenado en sus últimos días y en cuyo estremecedor testimonio se basa la pieza. No le va a la zaga Measha Brueggergosman como su confidente, la hermana Rose, aunque el “bombón” es sin duda el personaje encarnado por Frederica von Stade, el de la madre del reo, Joseph De Rocher (en el que Philip Cutlip tiene la virtud de no provocar compasión). Una apasionante velada de teatro musical de nuestro tiempo.