Antón Álvarez, C. Tangana. Foto: Jesús Briones.

Antón Álvarez, C. Tangana. Foto: Jesús Briones.

Música

C. Tangana, el músico 'warholiano' obsesionado por convertir su vida en una obra de arte y marketing

Libros del Kultrum edita un libro que recorre minuciosamente la meteórica carrera de Antón Álvarez, desde sus inicios en el rap hasta su faceta como cineasta.

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Ahora se hace llamar Antón Álvarez (Madrid, 1990), pero hace no tanto le llamaban Crema. Después quiso ser C. Tangana y lo consiguió, solo para unos años después poder convertirse en El Madrileño. Sus amigos todavía hoy le llaman Pucho, aunque él prefiere llamarse cineasta.

No le faltan motivos, porque con su ópera prima, La guitarra flamenca de Yerai Cortés (2024), demostró tener la misma ambición desmedida por el cine que por la música.

La carrera del músico es una de las más fascinantes de la industria musical, solo comparable con la de Rosalía, con la que creó un himno generacional, "Antes de Morirme" (2016), a punto de cumplir una década.

Hay quienes se quedaron con el enfant terrible del rap nacional y hoy suspiran por un regreso de Agorazein, al ver los carteles que empapelan Madrid celebrando el décimo aniversario de Siempre, su mítico álbum.

O con el Tangana empresario neoliberal, el que salió del underground trapero, riéndose de Yung Beef, para reventar las discotecas con "Mala Mujer" y desafió el mainstream como un caballo de Troya dentro de una multinacional. También con el que confió en rusowsky y en ese bedroom pop pandémico que le dio el primer número uno de su carrera y su mayor éxito hasta el momento, "Nunca estoy" (2020).

Portada de 'C. Tangana: del rap crudo a la alfombra roja'.

Portada de 'C. Tangana: del rap crudo a la alfombra roja'.

Otros prefieren al neodandy castizo que revalorizó las sobremesas y la marca España y que se dio cuenta de que el "éxito ya no es llorar en la limo, sino cenar con los más grandes", apunta el periodista Daniel Grandes en C. Tangana: del rap crudo a la alfombra roja, la minuciosa monografía, imprescindible para conocer a fondo la figura del artista madrileño, que acaba de publicar Libros del Kultrum.

Venerado y vapuleado, pero todavía un enigma. Antón Álvarez se esfuerza mucho por preservar el aura de los verdaderos artistas, el mismo que emanaba Andy Warhol, con quien este libro, editado con destreza por José de Montfort y Joan S. Luna, emparenta con acierto.

Con Idolo (2017), demostró ser capaz de hibridar en una misma obra varias expresiones artísticas, la moda y el arte contemporáneo. "Es el gran primer ejemplo de la importancia de la comunicación y la imagen", apunta Montfort, quien califica a C.Tangana como un artista obsesionado con "controlar no solo su imagen, sino la comunicación de su imagen".

Pero en 2018, el cantante citó directamente al rey del pop-art en su siguiente disco Avida Dollars, cuyo título proviene del anagrama que acuñó André Breton para referirse a Dalí, recriminándole su afán por enriquecerse a toda costa. "Hacer dinero es un arte, trabajar es un arte, los buenos negocios son las mejores de las artes".

"Ambos comparten ese interés por la opacidad, por la dificultad de ser enteramente comprendidos, por la sensualidad de ser una paráfrasis imposible", señala Grandes.

Por su apropiacionismo sin prejuicios ni disimulos, por la concepción de presentarse como mejor producto que artista y por saber rodearse —vampirizar, en el caso de Warhol— del talento ajeno.

Así lo refleja Esta ambición desmedida (2023), documental dirigido por Santos Bacana, Cristina Trenas, Rogelio González, de Little Spain, la productora fundada por Tangana. No es ninguna locura pensar en esta como una especie de Factory a la española.

El libro desentraña el ecosistema creativo del cantante, desde Íñigo "Kigo" Elósegui su mánager o Alejandro Turrión, su director creativo y cocreador junto a Tangana de la marca de ropa de lujo Late Checkout, a Alizzz, Niño de Elche o Refree, estos últimos entrevistados exclusivamente para la publicación.

"Al rap siempre se le critica por esta postura personalista del yo, pero son músicas que han nacido de colectivos. Es normal que tenga esta necesidad de colaborar, entiende que la mejor forma de aprender y ampliar horizontes es juntarse con los demás", dice Niño de Elche, con el que Tangana colabora en el bolero "Un veneno".

"Se alimenta de las personas con las que trabaja, pero también ofrece mucho a quienes trabajamos con él. Para mí, su mayor virtud, es la de ser capaz de ver más allá de lo estrictamente musical", dice en el libro el productor Refree, con el que trabajó en sus inicios.

Hasta 2008 se retrotrae esta monografía, a cuando Antón era solo un chaval millennial, que estudiaba filosofía (aunque no iba nunca a clase) mientras curraba en el Pans & Company.

Admirador tanto del jazz improvisado de Miles Davis —al que homenajeó en su primer disco Kind of red (2011), junto con Agorazein— como el hip-hop de Drake— cuya inspiración y samples aparecen en la mixtape 10/15 (2015), donde están las mejores barras de Tangana—, el músico siempre apuntó alto.

Obsesionado por convertir toda su vida en una obra de arte y marketing, Antón Álvarez se erigió como el Rey Midas de la industria, pero en la cima se cansó de "ser un mal artista y un buen producto".

"Es un poco cargante ya el C. Tangana marketiniano, ¿no?", se pregunta él mismo en el documental de Little Spain. "Esta faceta me ha infravalorado como artista y yo soy un artista como la copa de un pino".

Como apunta Niño de Elche en el libro, "Antón no es listo, es inteligente. Si hubiese sido el listo que muchas veces la gente le dice, hubiese ganado muchísimo más dinero ".

Así, la monografía también desmonta el falso mito del pícaro que solo se mueve por negocios, para mostrar a un artista guiado genuinamente por la intuición y el talento.