El actor Dani Escrig como Oliver Twist. Foto: Nieves Díaz

El actor Dani Escrig como Oliver Twist. Foto: Nieves Díaz

Escenarios

'Oliver Twist' y el triunfo de la inocencia: el clásico de Dickens llega por primera vez en versión musical a España

El próximo 12 de noviembre se estrena en el Teatro La Latina una nueva adaptación a las tablas de la célebre novela. A los mandos, Pedro Víllora (libreto) y Juan Luis Iborra (dirección escénica).

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Es la de Oliver Twist la historia del triunfo de la inocencia. Poco importa que el pobre huérfano se vea sumergido en la inmundicia moral de los peores barrios del Londres de la primera revolución industrial. A su alma infantil no le ha dado tiempo a contaminarse de ese mundo darwiniano en el que tan solo el más fuerte —o el más espabilado, o el más vil— sobrevive.

Aunque, eso sí, solo es cuestión de tiempo que acabe siendo un alma más tragada por el sumidero de la miseria. En esta novela publicada originalmente por entregas por Charles Dickens en 1838, el niño, aunque se aprovechen mil y una veces de él, al enrocarse en la inocencia, vence. Y lo hace porque así lo quiere la Providencia, que lo libra de un destino fatal antes de que sea demasiado tarde.

Ese mismo candor de la niñez es el que tiene entusiasmado a Juan Luis Iborra (l’Alfàs del Pi, Alicante, 1959), director de escena de la primera versión musical que llega a nuestro país del clásico dickensiano, en el que ha tenido que trabajar con una troupe mayoritariamente formada por niños: "En esa ilusión, en esa inocencia, hay una verdad que no encuentras en actores adultos. Trabajar en el teatro con gente tan joven es enormemente gratificante porque su alegría y su entusiasmo por lo que están haciendo verdaderamente se contagia".

Iborra ya cuenta en su currículum con experiencia en el trabajo con actores menores, del que siempre ha salido "agotado pero también fascinado". De hecho, recupera algunos intérpretes de su anterior musical, Los chicos del coro. "Aquella producción fue mi etapa más feliz después de 40 años de trayectoria —confiesa a El Cultural—, así que mi cuerpo me pedía repetir una experiencia tan maravillosa. Que te quieran 70 niños con esa devoción, que mezcla la que se le concede a un buen padre y a un buen maestro, es algo muy difícil de igualar".

El director se deshace en elogios hacia sus jóvenes actores. De los dos muchachos que se turnarán para interpretar a Oliver dice: "Son dos bestias actorales a los que les auguro un buen futuro en el sector". De hecho, el público madrileño recordará a uno de ellos, Eneko Haren, por su participación en el reciente montaje levantado por Helena Pimenta de Historia de una escalera en el Teatro Español.

Encargándose de la escritura del libreto, trabaja con Iborra de nuevo Pedro Víllora (La Roda, Albacete, 1968), con quien ya coincidió en Los chicos del coro. Para el dramaturgo, aunque Oliver Twist es conocido por retratar el dramático ecosistema de las clases bajas y el lumpen londinense, lo que prima ante todo es un sentimiento de esperanza: "Incluso el propio Dickens lo que quería era demostrar que en las situaciones adversas uno puede elegir el bien. Y esa idea es la que ha guiado mi libreto. Hay muchísimo drama, claro, como también lo hay en la novela, pero también hay una línea de humor, alegría y esperanza muy clara que reclama su espacio".

El mundo del audiovisual y del teatro no se ha cansado de versionar el clásico de Dickens incluso en vida del autor. De la extensísima nómina de adaptaciones, de muy distinta calidad en su factura, se pueden destacar la película de 1948 de David Lean, la más reciente dirigida por Polanski (2005), las varias miniseries producidas por la BBC (1962, 1985 y 2007) o el musical Oliver! de Lionel Bart (1960), que asimismo sería adaptado al cine por Carol Reed en una versión que recibiría varios Oscar.

Opina el autor del libreto que los artistas continúan volviendo a esta historia porque "siempre nos está contando algo que afecta a cualquier generación, un leit motiv que sigue vivo: es necesario proteger a los niños. La infancia está llena de peligros y algunos niños, desgraciadamente, caen en los peligros y acaban en lugares muy oscuros desde muy pequeños".

Víllora nos remite a la polémica que existe a día de hoy en nuestro país con los menas (menores extranjeros no acompañados): "La versión que hemos preparado es hija de su tiempo, del año 2025. Y hoy hay muchos jóvenes como Oliver en nuestro propio país. Tenemos niños desamparados en las calles, pero también niños peligrosos. Tenemos violencia y tenemos también gente que cuida de que la violencia no se produzca. Tenemos personas que rechazan a los diferentes y tenemos personas que acogen a los diferentes".

El elenco del musical 'Oliver Twist'. Foto: Nieves Díaz

El elenco del musical 'Oliver Twist'. Foto: Nieves Díaz

El pequeño Oliver es uno más de la larga lista de niños a los que, da igual en qué tiempo y lugar, la sociedad abandona a su suerte: "También llega a una ciudad desconocida, a Londres huyendo para dejar atrás un entorno traumático. No conoce a nadie, está solo y aparece ante él la posibilidad, casi necesaria, de hacer el mal".

Pero, para Víllora, lo especial de Oliver Twist es que, pese a todo, para este tipo de muchachos aún queda un resquicio de esperanza: "Por una serie de circunstancias y casualidades Oliver termina optando por el bien. Y eso es lo que más me interesa de esta historia: aunque nos vayan fatal las cosas, aunque la tentación del mal sea dulce, podemos resistir los cantos de sirena e intentar que el bien sea lo que conduzca nuestros actos".

“Hoy hay muchos jóvenes como Oliver en las calles. Tenemos niños desamparados, pero también niños peligrosos”, Pedro Víllora

Espina dorsal del relato, la esperanza es también el motivo, insiste Víllora, detrás de las muchas adaptaciones al musical que ha tenido la novela de Dickens: "La promesa de un futuro mejor que transmite Oliver Twist llama al formato del musical. Cuando la palabra no es suficiente para representar la emoción, ahí entran la música y el movimiento para ocupar su lugar. Esta es una adaptación que trabaja mucho las emociones y la literatura de Dickens derrocha emoción como nada".

El dramaturgo, además, confiesa que para el montaje vio indispensable un ritmo frenético de movimientos porque, aclara: "Necesitamos transmitir el vértigo de esa gran ciudad que ya era Londres en el siglo XVIII. Un lugar agresivo que aturde a ese pobre niño cuando llega y parece una bestia a punto de engullirlo". A esos momentos, continúa diciendo Víllora, le acompañarán "instantes de calma que nos permitirán deleitarnos con la belleza de la música".

"El teatro tiene algo de terapéutico", comparte Iborra, para quien en este caso la esperanza llega a atravesar la cuarta pared. "Este año me contaban los padres de los actores que todos han mejorado las notas". Unos beneficios que ya pudo comprobar en Los chicos del coro: "Tenía varios muchachos que antes sufrían bullying y estaban en tratamiento psicológico. Su situación mejoró muchísimo después del estreno. Ver a todo un teatro poniéndose en pie para aplaudirte es todo un subidón de autoestima que es verdaderamente curativo".

Un dato más: el prometedor Oliver Twist de Iborra y Víllora es un montaje original que, nos confirman sus autores, es 100 % español: "No se han comprado los derechos de Oliver Twist ni de ninguna de sus versiones. La música está hecha ex profeso para esta versión, firmada por Gerardo Gardelín. Es un musical de producción nacional. Todo, desde los decorados hasta el vestuario, se ha creado para esta ocasión. Ha sido un trabajo muy complejo", asegura Iborra, feliz por "salvar" a este nuevo Oliver español.