Un momento de 'Medea', de la Compañía Antonio Márquez. Foto: Silvia del Barrio

Un momento de 'Medea', de la Compañía Antonio Márquez. Foto: Silvia del Barrio

Escenarios

'Medea' se representa en Gran Vía tras vencer al INAEM en los juzgados

La Compañía de Antonio Márquez, absuelta de todos los delitos de los que le acusaba el Ministerio de Cultura, actúa por fin en Madrid sin temor a que le suspendan la función

27 julio, 2022 02:49

Esta es la historia de una desmedida serie de acciones del Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música (INAEM), y muy en particular de quien fuera su directora general, Amaya de Miguel, contra la compañía de danza española de Antonio Márquez. Atribuyéndose derechos de representación que no tenía, el INAEM inició en 2019 una persecución contra la producción Medea encabezada por el bailarín.

Probablemente esta historia, que se prolonga a lo largo de tres años, no habría alcanzado los tintes dramáticos y escandalosos que ha adquirido si, como es lo habitual, la víctima se hubiera plegado a la primera indicación de arbitrariedad administrativa, pero en esta ocasión no fue así y lo que encontraron Márquez y su equipo por ello fue ensañamiento despótico.

La Compañía de Antonio Márquez representa hasta el 7 de agosto la célebre obra del maestro Granero en Madrid, en el Teatro EDP Gran Vía. Ya, sin temor a que le suspendan la función porque la Justicia les ha dado la razón.

1.- "Antonio, te vamos a ayudar. Lo que necesites"

Todo empieza en 2018, cuando el bailarín Antonio Márquez se propone montar con su compañía la obra de danza Medea, espectáculo que el Ballet Nacional de España (BNE) estrenó en 1984 con coreografía de José Granero, libreto y vestuario de Miguel Narros y música encargada a Manolo Sanlúcar. La obra ha sido repuesta varias veces por el BNE y en una ocasión por el Ballet Región de Murcia.

Tanto Manolo Sanlúcar como los herederos de los derechos de Granero y Narros animan encantados a Márquez a que represente la obra. Por su parte, Amaya de Miguel (esposa del exministro Carlos Westendorp, muy amiga de Pedro Sánchez y en la actualidad directora de la Fundación Montemadrid) acaba de ser nombrada directora general del INAEM y, según el bailarín, también le apoya a que ponga en marcha su proyecto diciéndole: "Antonio, te vamos a ayudar. Lo que necesites".

Cuando Antonio Márquez habló con Sanlúcar sobre su propósito, éste le preguntó qué versión de la música quería usar, porque no había quedado muy contento con la original que le encargó el BNE en 1984, ya que los arreglos no los hizo él, y le sugiere que mejor use una versión posterior que él mismo arregló y que grabó con la Orquesta Filarmónica de Málaga en 2002. Márquez y Javier Palacios, que además de heredero de los derechos coreográficos de Medea es director artístico del proyecto, escuchan la nueva versión y confirman a Sanlúcar que es la que emplearán. Luego, Palacios la adapta al ballet y graban la remasterización de la música con supervisión directa de Sanlúcar.

(Fragmento del acta notarial en la que Manolo Sanlúcar declara que cedió los derechos de su música a Antonio Márquez)

Asegurados los derechos, en la primavera de 2019, la productora Bataclán -que produce el espectáculo de la Compañía Antonio Márquez- pide una subvención al Ministerio de Cultura para Medea, que tiene previsto estrenar en el Teatro Calderón de Valladolid los días 4, 5 y 6 de octubre. Se la conceden. La Compañía ya ha comenzado a reclutar a los bailarines, cuenta con veintiún artistas en escena. Todo parece ir sobre ruedas.

A continuación, solicitan al INAEM que les ceda el vestuario y la escenografía (de Andrea D’Odorico) de Medea. Es una práctica que compañías de danza tanto privadas como públicas, cuando quieren representar alguna de las producciones del repertorio del BNE, alquilan a la compañía pública, y siempre que lo autorice su dirección artística, los vestuarios y escenografías que guarda en sus almacenes, ya que la finalidad del BNE se centra en preservar, difundir y transmitir el rico patrimonio coreográfico español”.

Javier Palacios, heredero del legado del maestro Granero y director artístico de 'Medea', y Antonio Márquez, con el Premio del Público otorgado por los espectadores de la 25ª edición del Festival de Jerez por esta obra

Javier Palacios, heredero del legado del maestro Granero y director artístico de 'Medea', y Antonio Márquez, con el Premio del Público otorgado por los espectadores de la 25ª edición del Festival de Jerez por esta obra

2.- Comienzan las hostilidades del INAEM

Pero algo obstruye la fluida comunicación que hasta entonces habían mantenido con el INAEM. “Pese a las amables palabras de Amaya de Miguel, cada vez que intentábamos contactar con el Ministerio de Cultura para tratar la cesión del vestuario y la escenografía, nos daban largas, no nos contestaban, y mientras tanto nosotros ya embarcados con la producción”, comenta Márquez. Finalmente, en julio de 2019, el entonces recién elegido director del BNE, Rubén Olmos, les dice por teléfono que no les cederá ni el vestuario, ni la escenografía ni tampoco la música, de la que dice es titular de los derechos el Ballet, posición que es confirmada de manera oficial inmediatamente después por el INAEM.

¿Qué hacemos?, se preguntan empresario y bailarín. Han adelantado la inversión de los ensayos con veintiún bailarines y tienen el compromiso de estrenar en octubre de ese año en Valladolid. La productora decide seguir adelante y confeccionar el vestuario y la escenografía. En el mes de agosto, contratan a dos sastras que hacen un trabajo contra reloj y encargan a Gerardo Trotti una escenografía nueva, un lienzo de cien metros cuadrados que éste pinta casi a metro cuadrado por día para llegar a tiempo.

Poco después, el Ministerio les retira la subvención que previamente les habían concedido, alegando que no tienen los derechos de la música. En este punto, hay que resaltar que aunque Medea fue registrada en SGAE en 1985 por sus creadores (coreógrafo, músico y libreto), ni el BNE, ni el INAEM ni el Ministerio inscribieron nunca en la SGAE los derechos de explotación, ejecución y reproducción que decían haber adquirido en exclusiva sobre la música original.

3.- De Miguel ordena suspender el estreno de Medea

En la noche del 3 de octubre de 2019 en el Teatro Calderón de Valladolid, a los nervios y tensión propios de todo estreno, Amaya de Miguel añadió un espectacular bombazo: llamó a José María Viteri, director del Teatro, exigiéndole que suspenda la función porque, según dice, la compañía de Márquez no tiene los derechos de representación de la música. De Miguel envía un mail en los mismos términos a Óscar Puente, alcalde de Valladolid, y a la consejera de Cultura de Castilla y León, Josefa García Cirac.

Amaya de Miguel, directora general del INAEM entre 2018 y marzo de 2022

Amaya de Miguel, directora general del INAEM entre 2018 y marzo de 2022

El director del Teatro le contesta que tiene delante suyo al heredero de los derechos coreográficos de la obra, Javier Palacios, confirmando que todo está en regla. Por eso, le pide que le envíe el contrato donde se expresa que es el Ministerio el titular de los derechos que reclama. Viteri le hace ver que se trata de una decisión de gran trascendencia, ya que tiene tres mil entradas vendidas del espectáculo y en 35 años al frente del Teatro nunca ha suspendido una función en estas condiciones. Media hora antes de dar comienzo la actuación todo estaba suspendido, con los artistas muy nerviosos, sin saber qué hacer, algunos incluso llorando. El INAEM no envió ningún contrato, Antonio Márquez y Javier Palacios no se amedrantaron y la obra se representó.

Seis meses después, pocos días antes del 13 de marzo de 2020, cuando se declara el confinamiento, la Compañía ofrece en Murcia, en el Teatro Víctor Villegas, su última actuación antes de la pandemia. La directora del INAEM repite el mismo proceder que en Valladolid: exige a los responsables del Víctor Villegas que suspendan la función bajo amenaza de denuncia.

Se le vuelve a pedir al INAEM copia del contrato pero tampoco la envían. En este caso llega a intervenir el presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando López Mira, para garantizar a Márquez y los suyos que el espectáculo tiene lugar. La “guerra” que el INAEM ha declarado a la Compañía es pública y ésta recibe ataques por nuevos flancos. Tras el estreno de Valladolid, Medea ha sido nominada a los Premios Max, pero SGAE retira la candidatura porque el Ministerio les ha enviado una copia del contrato por el que se atribuye los derechos de la música.

"La capacidad del Ministerio para presionar a SGAE hace que ésta se ponga de lado, ni se interesa por nuestro caso, tampoco nos ofrece asesoría o ayuda, a nosotros, que somos sus socios", se lamenta el bailarín. Al menos, la maniobra sirve para que vean por primera vez la copia del contrato del BNE. Dice Márquez que “Manolo Sanlúcar no lo recordaba, no está firmado por él, sino por el que fue su abogado en 1984 y con el que ya no tiene ninguna relación”.

Por otro lado, el 21 de enero de 2020, Javier Palacios, heredero del legado Granero, recibe una carta de Rubén Olmos pidiéndole los derechos de la coreografía de Medea para estrenarla con el BNE en 2022. En su carta de respuesta, Palacios le recuerda la conversación cordial que mantuvieron poco tiempo después de su elección como director del BNE (en abril de 2019) y en la que Olmos le preguntó por qué estaban vetadas las obras de Granero a la compañía; Palacios entonces le indicó que estaba dispuesto a levantar el veto, pero le informó también de que tenía un compromiso con Antonio Márquez y, en concreto, con Medea. Por ello, para buscar una solución, le sugiere mantener una reunión para tratar el asunto.

4.- El INAEM denuncia a la Compañía

Con los teatros clausurados por la pandemia de Covid en 2020, Bataclán y la Compañía buscan un acuerdo para cuando la actividad se reanude, ya que a los estragos de la epidemia se une las presiones del INAEM a los teatros disuadiéndoles de contratarles.

Márquez cuenta que Manolo Sanlúcar había escrito una carta al ministro José Manuel Rodríguez Uribes el 1 de marzo de 2020, en la que le pide que arregle el problema con la Compañía Antonio Márquez y que está en desacuerdo con la postura del INAEM al respecto. El ministro ordena a Amaya de Miguel que resuelva el caso y la directora llama al músico, que le informa de que ha dado su voluntad a la Compañía de Márquez para la representación de Medea y le pide también que arregle el entuerto.

Márquez y la directora del INAEM vuelven a reunirse en el Ministerio. De Miguel no reconoce que la música que emplea la Compañía sea distinta a la original. Márquez quiere conocer las razones de que alquilen a otras compañías producciones del BNE con normalidad y a la suya no le dejen la de Medea: "Medea es innegociable", le responde taxativamente el secretario general técnico del INAEM, José María Castillo López, allí presente. La respuesta hace que el bailarín se levante y abandone la reunión.

Bataclán está decidida a firmar el acuerdo que el INAEM le ofrece por muy "leonino" que le resulta, pero mientras espera que le devuelvan el contrato firmado, lo que recibe es la denuncia a Antonio Márquez, a David López (director de Bataclán) y a José Maria Viteri (director del Teatro Calderón de Valladolid) de un delito penal contra la propiedad intelectual, que lleva aparejado pena de prisión y por el que exigen daños y perjuicios.

5.- Los acusados son absueltos

Desde la denuncia del INAEM a la publicación de la sentencia, el pasado 11 de mayo de 2022, transcurre más de año y medio en el que la Compañía de Antonio Márquez ha tenido que recomponerse para estar disponible cuando los teatros empezaron a estar operativos, arrastrando este litigio que ha disuadido a algunos de ellos de contratarles. La sentencia absuelve a los acusados de todos los delitos denunciados por el INAEM, ya que la jueza entiende que:

-La Compañía Antonio Márquez utiliza una música de Medea que es una versión diferente de la original sobre la que el BNE dice tener los derechos de explotación, realizada también por Manolo Sanlúcar con la Orquesta Filarmónica de Málaga, y que la Compañía cuenta con la autorización para su uso. Al no registrar el INAEM su derecho de explotación y de edición sobre la música original de 1984 en SGAE, no le ha dado publicidad por lo que la Filarmónica de Málaga ignoraba este detalle y tampoco el INAEM le reclamó su derecho una vez editada la grabación de la versión por Universal Music.

La sentencia supone un varapalo para el INAEM, pero todavía no es firme y cabe la posibilidad de que la Fiscalía recurra

-La Compañía Antonio Márquez “no ha causado perjuicio económico alguno al INAEM”, ya que el BNE no puede representar Medea, no cuenta con los derechos de la coreografía del maestro Granero. En opinión de la jueza, es el Ministerio de Cultura quien se ha beneficiado de que una compañía privada haya rescatado una obra del patrimonio cultural de nuestro país que, de otro modo, no habría podido representarse.

-Tampoco hay ánimo de lucro, ya que los acusados han seguido escrupulosamente la normativa sobre la propiedad intelectual. Es lógico que los artistas y los empresarios persigan un beneficio, puesto que es su forma de vida, pero han adecuado su actividad a la norma. Y por otro lado, la actividad de un teatro municipal como el Teatro Calderón de Valladolid no la guía el ánimo de lucro.

-Y finalmente, aunque el contrato del BNE no es asunto sustancial para lo que se dirime en este caso, la jueza señala que el INAEM lo único que aporta en el juicio como prueba es una fotocopia de dicho contrato. “Cabe dudar de la existencia del contrato pues de lo único de que disponemos es de una fotocopia”, por lo que planea la duda de si existe realmente el contrato original.

La sentencia supone un varapalo para el INAEM, pero todavía no es firme y cabe la posibilidad de que la Fiscalía recurra.

La jueza ha desmontado “la defensa del interés público” esgrimida por el INAEM para justificar su denuncia, pero hay una cuestión que planea sobre todo este asunto: ¿qué impulsó a Amaya de Miguel y a su equipo a actuar con escandalosa indiferencia sobre las consecuencias económicas y morales que sus decisiones podían tener en una compañía de artistas privada? ¿Obedecía a una pelea de egos artísticos personales, fue necedad, se escudaba en órdenes de más arriba o, simplemente, fue el regusto de ejercer el poder de manera despótica?