Un momento de 'The Mountain', último montaje de Agrupación Señor Serrano. Foto: Jordi Soler

Un momento de 'The Mountain', último montaje de Agrupación Señor Serrano. Foto: Jordi Soler

Escenarios

Putin y H. G. Wells, cita en el Lliure

La Agrupación Señor Serrano intenta reflexionar en 'The Mountain' sobre la verdad y uno de sus principales enemigos: la sobreinformación

18 marzo, 2021 09:23

La Agrupación Señor Serrano se mantiene fiel a su ideal ecléctico, mestizo y polisémico. En su última creación, The Mountain, que estrena en el Lliure este jueves 18, se mezcla todo esto: “Maquetas, fragmentación, pantallas móviles, un dron, Vladímir Putin, el Everest, La guerra de los mundos, jugadores de bádminton jugando a beisbol, un cadáver congelado, Tom Cruise, una gran nevada, videocámaras, filosofía vintage, un ejercicio de democracia y Orson Welles engordando”. La enumeración es de Pau Palacios, codirector de la compañía junto a Àlex Serrano. La ensalada de referencias, bajo su batuta, cobra diversos sentidos. Reveladores unas veces y acrecentadores de la confusión contemporánea otras. Quizá esta segunda consecuencia es más habitual porque en sus cabezas las preguntas proliferan mucho más rápido que las respuestas.

The Mountain intenta reflexionar sobre la verdad y uno de sus principales enemigos: la sobreinformación. Que se traduce en agobio o desbordamiento para cualquier ciudadano que pretenda conformar una opinión fundamentada. “No podemos abarcar todos los conocimientos, no podemos ser especialistas en todo, es imposible corroborar todas las informaciones. Cualquier de ellas tiene una contraria que la contradice”, continúa Palacios.

Esta incapacidad conduce a los componentes de la Agrupación Señor Serrano, que se alzaron con el León de Plata de la Bienal de Venecia en 2016, a una serie de cuestiones encadenadas: ¿Tenemos que renunciar a la idea de verdad y abrazar el mundo de las versiones? ¿Es la verdad una cima y una vez conquistada ya lo tenemos todo hecho? ¿O es un camino, una ascensión que es necesario cumplir una vez y otra y cada vez buscando nuevas vías? Todas ellas son
lanzadas a la platea desde un escenario en el que dan luz a virguerías y trampantojos, multiplicando el potencial de la técnica con el de la imaginación.

Paradoja de la información

Aun sin lanzar un mensaje definido y unívoco –nada más lejos de su intención–, sí inoculan en el espectador una sensación inquietante: que la desinformación, alcanzada por vía del exceso de noticias o por la alteración de los hechos (los bulos nuestros de cada día), desencadena “reacciones emotivas y tomas de partido irreflexivas”. Y se llega a una paradoja perversa que denuncia, a modo de humilde moraleja de The Mountain, Palacios: “Al final se acaba pensando que los manipulados son siempre los otros”.

@alberojeda77