Escenarios

Todo Morente, en Madrid

17 enero, 2014 01:00

Enrique Morente en la sala La Riviera en 2008. Foto: Javi Martínez.

Grandes figuras de la música homenajearán durante los primeros días de este año al desaparecido Enrique Morente a través del memorial Morente Más Morente. El plato fuerte arranca hoy en el Teatro Price, un concierto con sus hijos, Miguel Poveda y José Mercé, entre otros.

La figura de Enrique Morente vuelve con fuerza en calidad de homenajeado y, con el apoyo de varias instituciones públicas, se anuncian distintos acontecimientos de gran calado, principalmente en Madrid, donde el músico granadino desarrolló la mayor parte de su obra, aunque en las últimas épocas manifestaba una marcada tendencia a permanecer prolongados espacios de tiempo en su casa del Albaicín, frente a su amada Alhambra ("Por la noche se iluminan/ del Albaicín dos ventanas,/ son los ojos de Morente/ que está soñando La Alhambra").

El Cultural tuvo la oportunidad de seguir de cerca algunos momentos de la trayectoria de un artista para el que la libertad era un elemento imprescindible, por lo que nunca condicionaba sus apariciones públicas a planteamientos previos. Por ejemplo, antes de una actuación en el Teatro Auditorio de San Lorenzo del Escorial, nos decía en 2009: "Haré un concierto clásico, ya que el lugar lo requiere, pero no suelo limitarme anticipadamente, y una vez que subo al escenario, dejo que la inspiración fluya, que vaya surgiendo de forma natural. Lo único que tengo claro es el concepto, no el contenido". Él mismo se reía de su actitud con el humor socarrón característico de Granada: "Sabes que al final siempre termino metiendo la pata, pero en última instancia caeré bien y terminaré siendo un buen chico. Claro que, a estas alturas, no me responsabilizo de mí mismo", para advertir que su intención primera no tenía nada que ver con el resultado final. Enrique Morente no solo dejó una huella profunda en el flamenco, sino que su influencia se extendió por otros derroteros musicales. Por ello, este memorial Morente Más Morente nos anuncia en el Teatro Circo Price, desde hoy y hasta el domingo, la presencia de ilustres figuras del cante, el baile y la guitarra, como Carmen Linares, José Mercé, Eva Yerbabuena, Miguel Poveda, Pepe Habichuela, Tomatito, Argentina, Dorantes, Diego Carrasco, Farruquito o sus hijos Estrella, Soleá y José Enrique. Pero, además, en la Sala Riviera, está previsto para el 20 de febrero la multitudinaria comparecencia de artistas de los más diversos géneros: Javier Ruibal , Jorge Pardo, Javier Barón, Loquillo, Javier Colina, Luz Casal, Jorge Drexler, Lagartija Nick, Eva Amaral, Santiago Auserón, Raimundo Amador, Guadiana o Antonio Carmona.

Morente fue el cantaor más cercano a la poesía de cualquier periodo, el que mejor y más profundamente la comprendió, el que con más sentido la engarzó en el flamenco, dándole vida a versos de Antonio Machado, Lorca, Miguel Hernández, Bergamín, Alberti o Cernuda. Desde los poetas arábigo-andaluces o San Juan de la Cruz, hasta León Felipe, José Hierro o García Montero, Enrique estructuró con una exquisita intuición un universo lírico flamenco de sólida entidad y, en la mayoría de los casos, construyó su cante sobre un renovado armazón poético. Esa es la razón por la que el memorial reconoce su impagable labor, dedicándole dos veladas en el Teatro Español, los días 24 y 25 de febrero, con las voces, en los recitados, de Pilar Bardem, Juan Diego, José Sacristán, Miguel Ríos, Ana Belén, Joaquín Sabina, Víctor Manuel, Nicolás Dueñas o Luis García Montero, con Estrella Morente y el guitarrista Gerardo Núñez.

Estamos seguros de que este homenaje no se va a quedar en una simple sucesión de ceremonias más o menos mediáticas, sino en un acto de reconocimiento a un artista arriesgado y complejo, Enrique Morente, que, en una enérgica actividad en la que conjugó como nadie tradición y vanguardia, trazó su propio camino con las herramientas de la creatividad, la inventiva y la indagación de nuevos recursos musicales, sostenido por un penetrante conocimiento de los clásicos, hasta convertirse él también en un clásico que abrió las puertas al flamenco del siglo XXI.