Valeria Bruni-Tedeschi y César Botti, en un momento de la película

Valeria Bruni-Tedeschi y César Botti, en un momento de la película

Cine

'Los lazos que nos unen': Valeria Bruni-Tedeschi brilla en una historia sobre nuevos modelos de familia

La directora Carine Tardieu retrata la complejidad de la vida con una puesta en escena sencilla y diálogos muy cuidados.

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El punto de partida de Los lazos que nos unen es profundamente trágico. La película arranca con una dolorosa muerte que bien podría haber dado pie a un melodrama de alta intensidad, pero la directora francesa Carine Tardieu (París, 1973) no busca tanto el impacto emocional como evidenciar la complejidad de la vida. De la vida burguesa, eso sí, que estamos ante cine francés bien arraigado en su tradición.

Alex (Pio Marmaï), de la noche a la mañana, se queda viudo. Su mujer Cécile ha fallecido en el parto de su segunda hija de manera inesperada. Nos enteramos cuando pasa a recoger a su otro vástago, Elliot (César Botti) por casa de su vecina Sandra (Valeria Bruni-Tedeschi), quien se ha hecho cargo del niño sin mucho entusiasmo mientras sus padres están en el hospital.

Sandra es una mujer madura extremadamente independiente, sin ataduras sentimentales ni personales, propietaria de una librería feminista, algo de lo que nos podría alertar el cliché de sus gafas de pasta y sus camisas de franela. La familia tradicional y la maternidad no forman parte de sus aspiraciones vitales, pero se ve arrastrada sin quererlo a involucrarse en la vida quebrada de sus vecinos.

La principal razón para esto se encuentra en el vínculo afectivo que establece con el pequeño Elliott, un chaval de una inteligencia superior para su edad y que además es hijo adoptivo de Alex, ya que es el fruto de una relación previa de Cecille.

Adaptando la novela L’intimité de Alice Ferney, Tardieu presenta un filme que se mueve entre la melancolía y la ternura y que, sobre todo, es alérgico a los dogmatismos o a los lugares comunes del relato de superación del trauma. El drama no cae en el romanticismo clásico ni tratará de imponer un final determinado. La directora simplemente sigue a unas personas que, ante la fatalidad, irán descubriendo un nuevo modelo de familia que no guarda relación con la sangre.

Así, aunque el punto de vista se lo reparten Alex y Sandra, tienen relevancia en la película otros personajes, a los que Tardieu nunca idealiza ni demoniza, siempre hay una mirada empática hacia ellos. Por ejemplo, David (Raphaël Quenard), el desastrado padre biológico de Elliott, o Emilia (Vimala Pons), una doctora que iniciará una relación con Alex para descubrir que aquello a lo que aspiraba no era lo que necesitaba.

Con una puesta en escena sencilla y naturalista, y poniendo especial cuidado en los diálogos, la directora nos lleva por un relato con abruptas elipsis que marcan el paso de las estaciones y la maduración de los niños y que se sostiene en el magnífico desempeño de los intérpretes.

Valeria Bruni-Tedeschi y Pio Marmaï

Valeria Bruni-Tedeschi y Pio Marmaï

Valeria Bruni-Tedeschi brilla en el papel de una intelectual sobria y discreta, bastante alejada de las extrovertidas mujeres a las que suele dar vida. Por su parte, Pio Marmaï demuestra una intuición sobrenatural para dar vida a la fragilidad y a la rabia de un hombre que restaña sus heridas.

Los lazos que nos unen

Dirección: Carine Tardieu.

Guion: Carine Tardieu, Raphaële Moussafir, Agnès Feuvre, Agnès de Sacy.

Intérpretes: Valeria Bruni-Tedeschi, Pio Marmaï, Vimala Pons, Raphaël Quenard.

Año: 2024

Estreno: 26 de septiembre