John y Yoko en una de las escenas del documental.

John y Yoko en una de las escenas del documental.

Cine

Sexo, política y guitarras: John Lennon y Yoko Ono en su revolución más íntima

El documental 'One to One' revela el lado más crudo y apasionado de Lennon: su voz contra el poder, su vida con Yoko Ono y su forma de convertir el escenario en manifiesto.

Más información: La culpa de todo no la tuvo Yoko Ono: la biografía que desmonta el mito de "bruja que separó a los Beatles"

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Pocas veces se ha retratado a John Lennon con tanta cercanía como en John & Yoko: One to One, el documental que llegará a casi un centenar de salas españolas los próximos 10 y 12 de junio.

Bajo la dirección de Kevin Macdonald (Whitney, El último rey de Escocia) y Sam Rice-Edwards, la cinta es mucho más que la grabación restaurada de un concierto histórico: es una inmersión en la vida cotidiana, artística y política de Lennon y Yoko Ono en el Nueva York convulso de principios de los años setenta.

Remasterizado en imagen y sonido (con una nueva mezcla supervisada por Sean Ono Lennon), el metraje del concierto se entrelaza con material de archivo inédito: grabaciones caseras, llamadas telefónicas personales, recreaciones del apartamento que compartían en Greenwich Village…

El punto de partida es el One to One Benefit Concert, celebrado el 30 de agosto de 1972 en el Madison Square Garden. Aquel recital —el único concierto completo que Lennon ofreció tras la separación de The Beatles— fue un gesto de compromiso y generosidad.

Los fondos se destinaron a una escuela para niños con discapacidad, tras ver la pareja un reportaje televisivo del periodista Geraldo Rivera.

También fue una oportunidad única para ver al Lennon post-Beatles, acompañado por Yoko Ono, con toda la potencia de su discurso pacifista, su lirismo escueto y su rebeldía intacta.

Retrospectiva Lennon

El documental retrocede dieciocho meses en el tiempo para mostrar a John y Yoko recién instalados en Estados Unidos. En un modesto piso de Manhattan, rodeados de pantallas de televisión y revistas, absorbían con intensidad la cultura popular estadounidense.

Los anuncios de Coca-Cola, los concursos como The Price is Right, las series familiares tipo The Waltons o los discursos de Nixon componían una atmósfera de fondo en la que la pareja trataba de reorientar su activismo y su arte.

Un universo doméstico donde se cocía, en voz baja, la reinvención de uno de los mayores iconos del siglo XX.

En ese entorno doméstico, la cinta encuentra sus momentos más íntimos y reveladores. El documental no se detiene en lo anecdótico ni en el culto a la personalidad.

Era el inicio de un nuevo Lennon, alejado de Abbey Road, más consciente que nunca del poder de la imagen, la palabra y el gesto.

Yoko, Kyoko (hija de Yoko con su primer marido) y John Lennon durante una de las escenas del documental.

Yoko, Kyoko (hija de Yoko con su primer marido) y John Lennon durante una de las escenas del documental.

El Lennon que aquí vemos no es solo el músico prodigioso, sino también el hombre enamorado, el exiliado, el ciudadano que no deja de preguntarse cómo ser útil.

Todo en la película busca la cercanía: no hay entrevistas grandilocuentes ni voces en off épicas, sino fragmentos, ecos, detalles que se suman como las piezas de un diario visual y emocional.

Yoko Ono, presencia clave

El peso de Yoko Ono en el documental es fundamental. No solo como compañera inseparable de Lennon, sino como artista con voz y discurso propios.

Su presencia en el concierto y su implicación en el activismo social del momento son tratadas con una dignidad poco habitual en los retratos tradicionales que han tendido a relegarla a un segundo plano.

Aquí, Yoko es coautora, testigo y motor de una etapa crucial en la vida del ex Beatle.

La propia estructura del documental parece asumir esa dualidad. El título, One to One, funciona en múltiples niveles: remite al concierto, al formato íntimo del metraje, pero también a la relación entre John y Yoko, y entre ellos y el espectador.

Uno de los mayores logros de la cinta es su manera de ensamblar historia personal y contexto social. Las imágenes del concierto conviven con fragmentos de noticieros, televisión comercial y escenas urbanas.

Se dibuja así un paisaje cultural donde la lucha por los derechos civiles, la oposición a la guerra de Vietnam y la emergencia de nuevas formas de arte y protesta encuentran un espejo en la trayectoria de la pareja.

Este enfoque convierte al documental en una cápsula del tiempo, pero no en una reliquia. Hay en John & Yoko: One to One una vitalidad palpable, una voluntad de diálogo con el presente.

La elección de restaurar este concierto justo ahora, en una época de polarización y confusión política, no parece casual. Lennon, que cantaba Power to the People, sigue resonando como un llamado urgente a la acción.

La cinta, de 100 minutos de duración y distribuida en España por Versión Digital —referente en el ámbito de los contenidos culturales alternativos—, se proyectará solo durante dos días. Una oportunidad única para reencontrarse con el Lennon más humano, en la pantalla grande y con una calidad técnica a la altura de su legado.

Más allá del concierto y del archivo, lo que queda tras ver One to One es una sensación de cercanía, como si por un momento el mito se hubiese bajado del pedestal para hablarnos al oído. A solas. Uno a uno.