Heath Ledger en 'El Caballero Oscuro'.

Heath Ledger en 'El Caballero Oscuro'.

Cine

Del Joker de Heath Ledger al Náufrago de Tom Hanks: actores que llevaron sus personajes al límite

Adentrarse demasiado en la psicología de algunos personajes puede permitir crear interpretaciones antológicas, pero también pagar un alto precio personal.

25 febrero, 2024 01:32

Bienvenidos a un viaje a través del método Stanislavski y su impacto en el mundo de la interpretación. Todo comenzó con el visionario teatral ruso Konstantin Stanislavski, quien, como un pionero en su campo, sintió que las actuaciones de sus compañeros en el teatro carecían de autenticidad. Decidido a cambiar el juego, se lanzó a una búsqueda para descubrir cómo dotar a los personajes de mucho más realismo en el escenario.

Así nació el "método Stanislavski", una técnica actoral que revolucionó la forma en que los actores abordaban sus roles. Con un enfoque en la comprensión psicológica y una conexión emocional con los personajes, este método permitió que las interpretaciones fueran más profundas y convincentes que nunca.

La historia continuó con la llegada de Lee Strasberg, el maestro de la interpretación, en el Actors Studio de Nueva York, que llevó este método a nuevas alturas. Bajo su dirección, actores icónicos como Marlon Brando, Marilyn Monroe, Paul Newman, Jane Fonda o Dustin Hoffman, entre otros, lograron interpretaciones memorables que definieron una era en Hollywood.

Sin embargo, como en todo gran avance, también hubo desafíos. Y a lo largo de la historia del cine, algunos actores se sumergieron tan profundamente en sus personajes que la línea entre la realidad y la ficción se volvió difusa.

Esta entrega total al arte de la actuación tenía, a menudo, consecuencias personales, y algunos actores lucharon por mantener el equilibrio entre sus vidas dentro y fuera de los rodajes.

A continuación repasaremos algunos de esos ejemplos donde el actor fue prácticamente absorbido por su personaje y acabó pagando un precio, a veces, demasiado elevado.

Tom Hanks en Náufrago (2000)

Tom Hanks en Náufrago (2000).

Tom Hanks en Náufrago (2000).

El proceso de filmación de Náufrago resultó ser un viaje épico en sí mismo y su director Robert Zemeckis, asumiéndolo con paciencia y pragmatismo, consiguió manufacturar una de sus mejores películas con Tom Hanks de protagonista.

Hanks, conocido por su dedicación y versatilidad, aceptó el desafío de interpretar a Chuck Noland, un ejecutivo de FedEx atrapado en una isla desierta tras un accidente de avión. Pero no se trató solo de asumir un papel; Hanks se sumergió por completo en la piel de su personaje.

Para lograr la autenticidad necesaria, hizo malabares con su peso: primero engordó para representar la vida cómoda de Noland antes del accidente, y luego perdió cerca de 25 kilos para reflejar la dura realidad de la supervivencia en la isla.

Esto unido a su decisión de dejarse crecer el pelo y la barba de manera natural, así como experimentar un tiempo de aislamiento, llevó a retrasar el rodaje durante todo un año, tiempo en el que Zemeckis aprovechó para filmar otra película con el mismo equipo: Lo que la verdad esconde con Harrison Ford y Michelle Pfeiffer.

La producción de Náufrago se llevó a cabo principalmente en la isla de Monuriki, al norte de Fiji y de vuelta al rodaje, Hanks sufrió una lesión en la rodilla mientras rodaban una escena. Decidió no curársela del todo para que el personaje pareciese mas verosímil, pero ésta acabó infectándose y llevándole directamente al hospital para ser operado.

Los médicos le explicaron poco después que esa herida podría haber ocasionado una septicemia grave por culpa de la infección, y podría haber muerto en consecuencia.

Pero, por si fuera poco, hubo otro incidente inesperado mientras filmaban la famosa escena de la balsa: el cable que la mantenía unida al barco de producción se cortó, dejando a Hanks a la deriva en el océano durante horas antes de ser rescatado. Eventos que, aunque fuesen aterradores en el momento, resaltaron perfectamente la intensidad y el realismo que Hanks aportó a su interpretación.

Jim Carrey en Man On The Moon (1998)

Jim Carrey en Man On The Moon (1998).

Jim Carrey en Man On The Moon (1998).

Andy Kaufman fue más que un comediante. Fue un provocador, un innovador y un artista de la performance. Considerado el primer humorista de culto, su enfoque no era simplemente hacer reír, sino provocar una amplia gama de emociones y reacciones en su audiencia.

Desde sus extravagantes playbacks hasta sus boicots en programas de televisión en directo, Kaufman desafiaba constantemente las normas y expectativas de la comedia convencional. Tenía una habilidad única para mantener a su audiencia en vilo, sin saber qué esperar a continuación.

De tal manera que la decisión de Jim Carrey de interpretar al cómico en su biopic Man On The Moon, parecía ser una consecuencia lógica. Carrey, conocido por su camaleónica habilidad para sumergirse en sus personajes, encontró en Kaufman un desafío único y emocionante.

Durante el rodaje de la película, Carrey no solo interpretó a Kaufman, sino que también asumió el papel de su alter ego, Toni Clifton, un personaje abrasivo y cabroncete que Kaufman usaba a menudo para provocar a la gente.

Lo que siguió fue una experiencia cinematográfica sin precedentes. Carrey no solo se metió en la piel de Kaufman, sino que pareció completamente poseído por su espíritu. Durante todo el rodaje, delante y detrás de las cámaras, desafió constantemente las expectativas y llevó su actuación a nuevas alturas de autenticidad y compromiso ante la cara de sorpresa constante de su director Milos Forman.

Jim & Andy (2017)

Todo esto queda perfectamente registrado en el documental Jim & Andy (Netflix) que arroja luz sobre este proceso único. Muestra imágenes del rodaje original que la distribuidora Universal intentó enterrar en su momento para proteger la imagen de Carrey y revela los desafíos y tensiones que surgieron durante la producción.

El concepto fue hacer un making off nada convencional y, aprovechando que durante todo el rodaje estuvo presente el compañero y mano derecha de Andy: Ed Zoom, poder homenajear de manera creativa al mito cómico que iba a representar.

Documental de Netflix Jim & Andy.

Documental de Netflix Jim & Andy.

También da la impresión que durante todo ese tiempo Carrey se tomó unas (necesarias) vacaciones de sí mismo interpretando durante las 24 horas a Andy y a su alter ego Toni Clifton cuya especialidad era ser "un dolor de muelas" constante para Milos Forman.

Convirtiéndolo en un delirio performático que testaba a diario los límites de paciencia y  aguante de todo el personal. No en vano la frase más pronunciada en boca de todos los miembros del rodaje fue "todo esto es muy raro" contribuyendo al desconcierto general ante sus salidas de tono.

Afortunadamente todo esto contribuyó a una actuación espectacular e inolvidable, una de las más destacadas de su carrera y un homenaje único al legado de Kaufman y su impacto duradero en el mundo del entretenimiento.

Adrien Brody en El pianista (2002)

Cuando Adrien Brody finalmente se alzó con el premio Oscar al Mejor Actor, parecía que se había quitado un gran peso de encima. Saltó al escenario con entusiasmo, tomó a Halle Berry (la presentadora) en sus brazos y le plantó un beso que podría haber sido sacado directamente de una película.

Y es que para Brody, interpretar a Wladyslaw Szpilman, un músico judío polaco que lucha por sobrevivir en medio de la destrucción del gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial, fue mucho más que un papel.

Se entregó por completo a él, añadiendo capas de sacrificio para sumergirse por completo en el alma del personaje y comprender cada matiz emocional.

Uno de los sacrificios más significativos que realizó fue perder 15 kilos en seis semanas mediante una dieta exhaustiva y peligrosa. Pero esta drástica transformación física fue solo el comienzo de su inmersión en el papel.

Adrien Brody en 'El pianista'.

Adrien Brody en 'El pianista'.


Brody también cortó lazos con su vida cotidiana: terminó su relación amorosa, vendió su apartamento y su coche, y se armó solo con dos maletas y un teclado antes de partir hacia Europa y prepararse para el rodaje. Desconectó del mundo real para conectarse por completo con el mundo de su personaje.

Posteriormente el actor reconoció que este proceso lo llevó a experimentar una soledad y desesperación que nunca antes había sentido. Para él, era fundamental comprender estos sentimientos y así poder transmitirlos de manera auténtica en la pantalla. Como él mismo explicó, "experimenté la pérdida y la tristeza en mi vida, pero no conocía la desesperación que llega con el hambre". 

Sin embargo, el coste emocional de sumergirse tan profundamente en el papel fue considerable. Brody admitió que estuvo deprimido durante un año después de terminar el rodaje de la película.

Para él, esta depresión no era solo un estado de ánimo pasajero, sino más bien un proceso de duelo por la conciencia de lo que había experimentado y representado en la pantalla.

En definitiva, un compromiso actoral que dejó una marca indeleble en él. Su actuación no solo le valió un premio Oscar, sino que también le llevó a sumergirse en las profundidades de la experiencia humana y a enfrentarse a sus propios demonios internos.

Heath Ledger en El Caballero Oscuro (2008)

El pasado mes de enero se cumplieron 16 años de la muerte de Heath Ledger, una tragedia que desgraciadamente truncó la carrera de un actor llamado a convertirse en una leyenda de Hollywood.

Para muchos, Ledger será recordado principalmente por su icónica interpretación del Joker en El Caballero Oscuro. Su compromiso y dedicación para encarnar al excéntrico villano fueron verdaderamente extraordinarios.

Durante semanas, Ledger se recluyó en una habitación de motel, inmerso en la psicología del personaje. Desarrolló meticulosamente cada tic, gesto y expresión del payaso del crimen, tomando inspiración de diversos referentes, como la apariencia caótica de Sid Vicious y los gestos psicóticos de Alex De Large en La Naranja Mecánica.

Heath Ledger en 'El caballero oscuro'.

Heath Ledger en 'El caballero oscuro'.

Incluso sus compañeros de reparto fueron testigos del nivel de inmersión de Ledger en el papel. Aaron Eckhart, quien interpretó a Harvey Dent (Dos Caras), recordó cómo el actor estaba completo ensimismado en su mundo, murmurando para sí mismo de manera inquietante antes de filmar escenas juntos.

Y es que para Ledger, no se trataba solo de una actuación más; quería que su personaje fuese lo mejor posible. Probó distintos maquillajes y experimentó con diferentes voces, obteniendo esa característica risa sádica del villano que todos guardamos en nuestra memoria, para encontrar la interpretación perfecta.

En su diario del personaje, exploró los matices más oscuros y complejos de la mente del Joker, creando listas sobre sus gustos, odios y motivaciones personales para convertirle en este icónico ‘Agente del Caos’.

A pesar de su partida prematura, su icónica interpretación del Joker le valió un merecido premio Oscar como mejor actor de reparto de manera póstuma, sin duda un bonito y gran reconocimiento a su excepcional habilidad y dedicación al oficio actoral.