Marco Bellocchio. Foto: Vertigo Films

Marco Bellocchio. Foto: Vertigo Films

Cine

Marco Bellocchio estrena 'El rapto': "¿Seremos capaces de evitar el fin de la humanidad?"

El director aborda el secuestro de un niño por el Vaticano, con la Unificación italiana como fondo, en una película de factura operística que fue reconocida con el premio al mejor guion en la Seminci.

11 enero, 2024 02:13

Tras la vibrante serie histórica con hechuras de thriller sobre el secuestro del político democristiano Aldo Moro, Exterior noche, el veterano cineasta Marco Bellocchio (Bobbio, Italia, 1939) vuelve a echar la mirada atrás en El rapto para recrear un episodio real. En esta ocasión, el secuestro de un niño judío por parte del Vaticano en el siglo XIX.

El pequeño de seis años había sido bautizado a escondidas por su niñera y, en nombre de ese principio absoluto, el clero procedió a abducirlo para preservar su cristiandad. El drama enfrenta a sus compatriotas con sus contradicciones sociales y políticas en una exploración del antisemitismo arraigado y la influencia arbitraria de la Iglesia Católica.

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Pregunta. Tras el estreno de El rapto en Italia se han puesto en entredicho las acciones nunca condenadas oficialmente del papa Pío IX, beatificado en el 2000. ¿Era su objetivo reabrir el debate?

Respuesta. Existe un paralelismo entre la lucha por la supervivencia del pequeño Edgardo y el de la Iglesia. El niño estaba solo y la única manera de salir adelante era aceptando la conversión que se le impuso, mientras que el clero también está luchando por sobrevivir.

Leonardo Maltese en 'El rapto'

Leonardo Maltese en 'El rapto'

P. ¿Qué papel juega la Iglesia Católica?

R. Es una institución muy lenta, pero por un principio de supervivencia se ha ido adaptando a los tiempos. Tiene millones de fieles y ha de hacerlo. Los jóvenes ya no van a misa, la vocación en los seminarios ha caído en picado, el comunismo y el marxismo ya no existen... ¿En qué creen? Si es en TikTok, es una tragedia. Vivimos al borde de la catástrofe. ¿Seremos capaces de evitar el fin de la humanidad?

P. ¿Qué tics de aquel periodo continúan presentes en el Vaticano?

R. A pesar del acuerdo firmado en Italia para separar el poder del Estado del de la Iglesia, la institución católica todavía mantiene sus dogmas y principios, de lo contrario, desaparecería, así que aunque hoy sería inconcebible pensar en el secuestro de un niño judío, todavía se cree que cuando alguien es bautizado, es cristiano de por vida. La religión todavía tiene poder, pero eminentemente espiritual. Todo lo que dice el Papa es muy escuchado, aunque su capacidad de influencia no es la de los años cuarenta, cuando Pio XII amenazó a los italianos con la excomunión si votaban al partido comunista. Ahora ya no determina las decisiones políticas. La última vez que la Iglesia trató de inmiscuirse fue en la aprobación de las leyes del divorcio y el aborto. Hubo un referéndum pero lo perdió.

P. ¿Sabe qué opinión le ha merecido su película al papa Francisco?

R. Me resultaría interesante conocer su opinión. Hoy tenemos un papa con una mente muy abierta, que está lidiando con asuntos políticos y sociales con un talante más de izquierdas que los partidos progresistas. Por descontado, se basa en los principios de la religión católica, como la caridad y el amor al prójimo. Está realmente convencido y lo enfatiza. De modo que la gente de izquierdas en Italia ya no tiene a Marx y a Lenin como referentes, sino al Papa.

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P. Spielberg también se interesó hace una década por este mismo hecho para hacer una película, pero tiró la toalla. ¿Cómo se imagina que hubiera sido su adaptación?

R. No lo sé, porque no conozco a Spielberg ni sé si es judío heterodoxo u ortodoxo. En mi equipo, nadie era hebreo. Mi experiencia personal se basa en mis vivencias como católico.