Si Coppola hizo su trilogía de El Padrino, Santiago Segura ya tiene la suya del "padrazo". El mismo opina que ésta última, eso sí, le ha salido mejor que El padrino 3. Éxito desmedido en 2019, la primera parte de Padre no hay más que uno convocó a 2,4 millones de espectadores. La segunda parte, un año después, casi salva a los cines ella sola después del confinamiento y se quedó en los 13.

Ahora el mítico Torrente ya no se mueve por los bajos fondos de Madrid sino que campa a sus anchas en los suburbios más o menos acomodados con toda su prole a cuestas. En el sentido figurado y literal ya que dos de sus seis retoños están interpretados por sus propias hijas, Calma y Sirena. Dice Segura que con esta película se acaba la saga ya que no quiere hacer "como en Boyhood" y que los niños crezcan en una pantalla de cine.

La trama, mínima como siempre porque de lo que se trata es de sacarle punta a la vida familiar, arranca cuando el suegro de Segura (al que da vida Carlos Iglesias después de que Antonio Resines cayera por Covid) es abandonado por su mujer y se traslada a casa de su hija al inicio de las Navidades. Su soltería puede no durar mucho si la madre del padrazo (Loles León) se sale con la suya. Mientras, los niños se afanan en recaudar dinero para comprar una figurita de Belén que es una reliquia familiar y rompen sin querer. A eso hay que sumar un adolescente con pocas luces y gran corazón, Ocho (El Cejas), que se instala con la familia para desesperación del padre.

Pregunta. ¿Sigue con estas películas por imposición comercial o le ha cogido cariño a los personajes?

Respuesta. Es una mezcla. Siempre he pensado que si hubiera sido un gran éxito pero una experiencia poco grata no seguiría. A esta familia yo la adoptaría. Los actores infantiles son muy certeros, Toni Acosta llega con mucha alegría cada mañana y es un chute de energía. Era una obviedad hacer una tercera. Y si hubiera sido un fracaso tampoco hubiera tenido sentido una tercera. Sería falso decir que el éxito no influye. Con los amigos comento que una secuela es una prostitución del arte, es una obra derivada, pero lo importante cuando haces el cine que me gusta, que es el que conecta con el público, si encuentras algo que gusta no tiene sentido dejarlo. Cuando es el mismo equipo artístico y los hace de forma natural la gente abraza las secuelas. Y si no hago una cuarta es porque no quiero que se convierta en Boyhood y que ellos crezcan en pantalla, mis hijas se están haciendo altísimas.

P. ¿Las familias felices no tienen historia como dice el famoso principio de Anna Karenina?

R. Las familias felices también tienen historia y lo son cada una a su manera. Los temores, las pequeñas miserias de cada familia pueden hacer sonreír. A las niñas, las limpias, las aseas, las alimentas... pero luego van a tener un novio que a lo mejor te cae fatal. Esa especie de terror al novio me parece cómico ¿Qué intenciones tendrá? Tanto padres e hijos pueden sentirse identificados. O que llegue un suegro y se meta en casa... Cuando les cuento las desgracias a mis amigos se descojonan. Es como lo cuentas. Mel Brooks decía que drama es que te rompes una uña y comedia que te caes por una alcantarilla y te mueres. Comedia es drama más tiempo. Yo a los 21 años vivía amargado porque me estaba quedando calvo. Ahora lo pienso y me pregunto por qué perdí tanto tiempo. Era una cosa inevitable y fue un gran drama. Simplemente se trata de alejarte del drama para poder reírte.

P. ¿El padre que interpreta se debate entre ser "moderno" pero que tampoco se le vaya de las manos?

R. Porque sí porque lo digo yo. Así se educaba antes y era muy poco convincente. Se ha ido al otro extremo que creo que tampoco es bueno. Al niño tampoco hay que explicarle en el exceso, hay un poco de disciplina que es necesaria. Si tu padre te dice que no salgas hasta las cuatro de la mañana es porque sencillamente no es conveniente para ti. También es verdad que antes íbamos a jugar a la calle, montábamos en moto sin casco... hacíamos cosas que ahora parecen una locura. ¡Y estamos vivos!

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P. ¿Tuvo una educación rígida a la antigua usanza?

R. Cuando era pequeño pensaba que no me gustaba la forma de educar de mi padre. Mi madre era maravillosa. Cuando le preguntabas por qué, te explicaba todo. Tenía muchos conflictos con mi padre. Le decía eso de "educa a tus hijos". Cuando algo salía mal le echaba la culpa. Mi madre nos educó en el buenrollismo y no la mano dura de mi padre. Me dijo una vez que perdonara si se había equivocado alguna vez. Le dije que lo había hecho maravillosamente. A nadie le educan para llevar a buen puerto a un niño de 1 a 14 años. El niño no viene con libro de instrucciones. Quieres ser moderno, ser guay, ser amigo... pero el niño no quiere un amigo, quiere un padre. Claro que me fastidia ver a mis hijas enfurruñadas cuando les digo que no pueden hacer esto o aquello, pero no me quedan más cojones.

P. ¿Se ha perdido la autoridad paterna?

R. Antes pegaban los profesores y ahora los niños. A mí me pegaban con el compás de la pizarra y me levantaban por las orejas. Si hoy un padre a un hijo le da una colleja por la calle le detienen. Antes la policía decía: "Dele usted bien y así luego no nos tendremos que ocupar nosotros".

"La sociedad debe cambiar pero no abruptamente"

P. ¿Es la familia de la película sobre todo una familia que se quiere?

R. Me gusta que eso trascienda. Es difícil representar el amor sin ser cursi o sensiblero en la pantalla. Mis hijas en el primer rodaje ya me llamaron papá en vez de "señor director" y eso ya se quedó de una manera muy natural... Se hizo piña. Creamos una dinámica familiar muy interesante. Incluso a Loles León, las niñas la quieren como si fuera una abuela de verdad. A mí me gustan las troupe, esos que viajan haciendo teatro... Carlos Iglesias está sustituyendo a Antonio Resines, y le adoro porque es amigo de toda la vida. No hay nadie en esta película que no sea amigo mío. A mí los genios me encantan, pero esos actores intensos que se meten en la roulette y no salen hasta que tienen que rodar... me cansan. Yo soy feliz rodando... salvo cuando viene la Ómicron. Luego pasamos todos el Covid y las desgracias unen mucho más. Nunca había vivido un rodaje tan accidentado.

P. ¿Cómo recuerda a ese padre severo?

R. Cuando mi padre falleció me dolió pensar en todas las cosas que no le había dicho. Nunca hubo eso de "papá te quiero". Puede parecer de telefilme americano del mediodía pero me quedé con las ganas de decirle "¿Tú por qué eras así?". Cuando se muere te quedas mal. Mi padre estuvo viviendo en mi casa porque mi madre murió y el hombre estaba deprimido, yo creo que porque mi madre no estaba. Le dije que yo pensaba que tenía depresión y podríamos ir a un psicólogo, me contestó que ya habíamos ido. Lo confundía con el neurólogo, al que sí fuimos porque tuvo un ictus. Un día le pregunté si cuando se muriera prefería que lo echara de menos o me olvidara de él. "Hombre, que me eches de menos claro", me contestó. Y le dije que hay que currárselo un poco. Se metía en su cuarto a ver el wéstern de Telemadrid y era muy huraño. La guerra, la posguerra, el hambre...

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P. ¿Hemos superado eso de la "masculinidad tóxica"?

Nadie les dijo que tienen que tener sentimientos. Un hombre es un hombre y no llora. Así se pensaba. La sociedad debe ser comprensiva porque el cambio es muy traumático. ¿Cómo le vas a decir a un señor de 70 años que una galantería es un micromachismo que lleva al heteropatriarcado? Hay que perdonar ciertas actitudes. Somos como ramas, de joven eres flexible pero luego te vas volviendo más duro. Si les hablas de cis heteros, binarios y no binarios... la sociedad debe cambiar pero no abruptamente porque si no se crean los conflictos que se provocan.

P. ¿Quiere reivindicar la familia tradicional con la película?

R. No, no. Una familia es una unidad de gente que se quiere. Una familia puede ser un equipo de rodaje. Es un lugar en el que se crean conexiones afectivas. No tiene por qué ser un padre, una madre, una parejita de niños y un perro. No sé si voy a hacer otra secuela pero si la hago me gustaría explorar eso, el concepto de familia. Familias hay muchas y eso se ha normalizado, deberían hacerse películas que lo reflejen. Si continuara con la saga quiero ir por allí. Hay familias que no lo son y "no familias" que lo son. Puedes tener una familia sanguínea muy mal avenida y otros que tienen a lo mejor otro tipo de uniones se quieren más. Miguel Bosé y Nacho Palau, que tenían hijos de uno y del otro, podrían haber sido felices y no lo han sido.

El reparto de 'Padre no hay más que uno 3'. Efe

P. ¿Hay mucho de improvisación en el constante toma y daca que plantea?

R. Me encanta la improvisación pero ensayada, todo muy controlado. Si surge algo en los ensayos que se puede incorporar me parece bien. Hay ese momento en el que mi personaje dice: "Si tú siempre has sido la virgen en la función del colegio"; y ella contesta: "Dicen que me he hecho mayor"; a lo que él contestaba: "Ni que fueras Lina Morgan". Es lo que estaba en el guion. Como no sabía quién era, fui cambiando: la mona chita, tampoco. Hasta que encontré algo que le sonaba, Chiquito de la Calzada. La lectura es que los niños no se sientan desplazados. Para ellos George Clooney no es un sex symbol, es un señor mayor que anuncia café. Cuando haces cine familiar tiene esa cosa que tienes que estar actualizado. El Tik Tok he tenido que aprenderlo, las redes, los influencers... Hay cosas que me siento ridículo con mis hijas porque no me gusta como Bad Bunny.

P. Sin embargo, hay mucho trap en la película...

P. Ni siquiera lo conocía y cuando lo escuché me dije que tenía que meterlo en la película. El padre le compone a su hija un rap casto. El Cejas ya lo metimos en la anterior, me enamoro de la gente y quiero volver a trabajar con ellos.

P. ¿Existe una fórmula para el éxito?

R. Mi manera es muy cutre y es que me guste a mí. Yo hago el cine que me gustaría ver. No se me ocurre otra forma de hacerlo. ¿Cómo sabes que algo es bueno? No tengo otra medida que yo mismo. Si me hace gracia pienso que al público también se la hará. Y luego en montaje lo paso muy mal, no me gustan los tiempos muertos. Con la coguionista me comentaba que le sorprendía la cantidad de diálogos pero es que es lo que se necesita para que no se aburra la gente. Los vídeos de YouTube contemporáneos que duran más de tres minutos ya son demasiado largos. ¿Cómo lo hago para que vean una hora y media?

"Yo hago el cine que me gustaría ver. No se me ocurre otra forma de hacerlo"

P. ¿Era Torrente cine social de los barrios pobres de Madrid?

R. Isabel Coixet dijo que yo hacía cine de autor. Y Trueba opina que los veinte primeros minutos de Torrente 4 son del mejor cine social que ha visto. Desde siempre el neorrealismo fue la gran inspiración de esas películas. Vittorio de Sica fue siempre un gran referente. Películas como Ladrón de bicicletas, El limpiabotas, Umberto D.... Se creen que el cine social es solo Ken Loach pero hay mucho más, puedes hacer cine social y hacer reír.

P. ¿Se ha olvidado el cine español de la clase trabajadora?

R. Hay una parte de la sociedad que no está representada en el cine. En los 70 había cine quinqui... Hay alguna película como aquella de Arantxa Echevarría, Carmen y Lola, pero muy poco más. Por eso creo que el cine es tan importante socioculturalmente porque te dice cómo vestíamos, cómo hablábamos, los modismos que había... Veo Las chicas de la Cruz Roja, Los tramposos, veo el Madrid de la época. A Cerezo habría que hacer un monumento. Cualquier día se levanta por la mañana, lo quema todo y nos hunde. En otros países los negativos están hechos polvo y Cerezo los ha conservado. El cine ha heredado ese término que viene de la publicidad que es aspiracional, el cine de ahora es aspiracional. Cuando antes era un espejo de la sociedad.

P. ¿Y hay algo aspiracional en esa familia de Padre no hay más que uno?

R. Bigas Luna siempre me decía (imita su tono de voz): "En el cine para hacer algo mal, hay que hacerlo muy bien". Estaba obsesionado con las migas. En la mesa de Torrente hay migas y eso le parecía un gran logro. Desde luego, Padre no hay más que uno no es cine social. No quiero que sea aspiracional pero sí estético. Quiero que la casa sea bonita sin lujo pero tampoco bajando mucho el nivel. No quiero perros de fondo porque quiero diálogos limpios, es un poco de cine de fantasía. No es "amor y lujo", es familia y fantasía. Yo quiero hacer una comedia amable. El cine es donde pones el foco. La visión del autor está en seleccionar una parte. Lo que quiero es que la gente se libere de sus problemas mientras ve la película.