Peter Bogdanovich, en Venecia en 2014.

Peter Bogdanovich, en Venecia en 2014. Efe

Obituario

Peter Bogdanovich, un cineasta cinéfilo

El director estadounidense, fallecido a los 82 años, fue un maestro de cinéfilos y un cineasta sobresaliente.

6 enero, 2022 23:37

En cierto sentido, en lo que a la percepción de las audiencias españolas se refiere, puede decirse que la historia de Peter Bogdanovich -quien alcanzó la gloria y la perfección en cintas como La última película (1971), ¿Qué me pasa doctor? (1972) y Luna de papel (1973)- se cierra como empezó: con un libro. El texto no es otro que su estudio sobre John Ford, todo un clásico de la literatura cinéfila. Hace apenas cinco años, es decir nada -¿qué es un lustro ahora que de todo hace tanto tiempo?-, fue objeto de una edición de lujo, corregida, aumentada, profusamente ilustrada y con un prólogo escrito exprofeso por el cineasta para los lectores españoles. Fue el volumen que inauguró la singladura de Hatari! Books.

El recuerdo de aquel primer Bogdanovich, al que los cinéfilos españoles descubrieron en los años 70, en aquel mismo libro y en el Fritz Lang en América (1972) -su otro texto canónico- en sus primeras ediciones españolas, surgió entonces inevitable. Porque lo cierto, es que al autor de filmes tan eminentemente cinéfilos como Nickelodeon (1976) -casi resulta imposible referirlo por su título español, Así empezó Hollywood- ya había caído en el olvido cuando, al igual que el resto de sus compañeros de esa generación que a finales de los años 60 empezó a cambiar Hollywood, perdió la gracia y la gloria. ¡Ni Coppola se salvó de la decadencia!

Hijo de la diáspora centroeuropea que llevó a Estados Unidos el ascenso del nazismo, Peter Bogdanovich nació en Kingston (Nueva York) en 1935. Su padre era un pintor de origen serbio; su madre, austriaca. El joven Peter creció en un ambiente propicio a la creación artística y literaria, lo que no le salvó de arrastrar ciertos complejos, por las grandes gafas que se vio obligado a usar toda su vida. Nada mejor para exorcizar dichos traumas que el visionado obsesivo de películas. Sí señor, el joven Bogdanovich fue todo un cinéfilo a la francesa. Esto es, como aquel grupo de fanáticos -que decía el gran Truffaut- que, desde la redacción de Cahiers du Cinéma, pusieron en marcha la Nouvelle Vague. Los mentores reconocidos de Bogdanovich. De todos los miembros de su generación, sólo Scorsese coincidió con el gran Peter en su exaltada cinefilia. Ni siquiera Coppola rayó tan alto en la pasión fílmica. El caso es que hubo años en su juventud, que Bogdanovich veía unas cuatrocientas películas.

Fotograma de 'La última película'.

Fotograma de 'La última película'.

Estudiante de interpretación, a partir de los años 50 comenzó a hacer algunas apariciones en montajes televisivos y estivales. Pero lo que en verdad contó en su aprendizaje fueron sus lúcidos estudios sobre los clásicos de la pantalla. No sólo consiguió que John Ford conversara pacientemente con él todo el tiempo que hizo falta -al fin y al cabo, el maestro ya había estado igual de atento con el británico Lindsay Anderson-, a Bogdanovich le permitió que le dedicase un documental que, de hecho, es un apéndice del texto -o viceversa-. En fin, celebrado crítico en la revista Esquire, de Orson Welles incluso llegó a ser amigo.

Colaborador esporádico del gran Roger Corman, el rey de la serie B, Bogdanovich dio el paso a la dirección con El héroe anda suelto (1968), un thriller en el que homenajeaba a Boris Karloff -el monstruo de Frankenstein del repertorio clásico de la Universal, el monstruo de Frankenstein por excelencia- y a los autocines. Tras una pequeña delicia en la estela de la fantaciencia de Corman -Viaje al planeta de las mujeres prehistóricas (1968)-, que firmó como Derek Thomas para no perjudicar su incipiente carrera, y el documental sobre Ford, llegó La última película. De una belleza inusitada en la pantalla estadounidense de la época, la cinta habrá de quedar como uno de los pilares del nuevo Hollywood -de la generación que está empezando a cambiarlo tras la supresión del infausto Código Hays (1967)-. Su asunto, quizás menos cinéfilo de lo que parece a tenor del título, versa sobre el fin de una época para los jóvenes de un pueblo estadounidense. Entre sus protagonistas destaca la actriz Cybill Shepherd, quien habría de ser pareja y musa del cineasta durante una buena parte de los años 70.

Fotograma de 'Luna de papel'.

Fotograma de 'Luna de papel'.

¿Qué me pasa, doctor?, la segunda de sus películas cinéfilas, tampoco lo parece. Sin embargo, entraña todo un homenaje a las screwball, las comedias alocadas de enredos -próximas al slapstick- que conocieron su edad dorada en el Hollywood clásico. Aquélla también fue su primera colaboración con Ryan O’Neal. Con O’Neal, y la hija de éste, Tatum, volvió a contar para los principales papeles de Luna de papel, otra de las grandes comedias de Bogdanovich, esta ambientada en la Gran Depresión.

Puede que la decadencia de nuestro cineasta empezase cuando dejó de hacer cintas inspiradas por su cinefilia para ponerse a adaptar a Henry James en Una señorita rebelde (1974), un drama al servicio de Cybill Shepherd. Su última gran comedia fue Todos rieron (1981). Hablamos de una historia coral, un canto a la libertad en las relaciones sentimentales que, sin embargo, se vio tocada por la fatalidad. Dorothy Straten, su protagonista y nuevo amor de Bogdanovich, amén de una de las playmates más recordadas, fue asesinada por su antiguo novio y representante al acabar el rodaje.

El asunto tocó sentimentalmente al realizador. Su trabajo acabó resintiéndose. Es muy probable que Bogdanovich perdiese la gracia, como habría de ocurrir a la práctica totalidad de la generación que cambió Hollywood en los años 70 a partir de los 80, tras el asesinato de su chica. Su suerte fue la misma que la de Coppola, Cimino, Scorsese -aunque la recupera a veces-, pero quizás antes.

El resto, fue la decadencia de un maestro de cinéfilos y un cineasta sobresaliente, que se ve obligado a emplazar su tomavistas por dinero. Tanto fue así que, a partir de 1990, todo fueron obras menores: telefilmes y episodios de series.

*** Javier Memba es novelista, guionista y autor de libros de cine.

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