El héroe anda suelto (1968)

Es simbólico que la primera escena que jamás rodó Peter Bogdanovich fuera un trozo de una película que están viendo los protagonistas. Se trata de un homenaje a las viejas producciones de terror de los años 50 que firmaba Roger Corman en Hollywood o producía la Hammer en Inglaterra. El director no volvió a transitar el thriller pero sí tocaría en este debut un tema que sería clave en su imaginario, la confrontación entre ficción y realidad. Cuenta el enfrentamiento entre un viejo actor especializado en hacer de villano en películas de terror que se enfrenta a un excombatiente en Vietnam que comienza a matar a todo el que se pone por delante en un ataque psicótico. Oponiendo al malo del cine con el malo de la realidad Bogdanovich se pregunta si existe una moral distinta en el arte y en la vida así como la distancia que separa la realidad de los mitos de celuloide.

Fotograma de 'El héroe anda suelto'.

La última película (1971) - Texasville (1990)

Film icónico de los 70, rodado en un esplendoroso blanco y negro, Bogdanovich cuenta la versión menos brillante de América a través de las pequeñas historias de unos jóvenes de los años 50 que malviven en un pueblo perdido de Texas. Protagonizada por los entonces desconocidos Cybill Shepherd y Jeff Bridges, es cine neorrealista y lacónico, una visión desencantada de una generación marcada por el trauma de la Segunda Guerra Mundial y la desesperanza muy lejos del brillo y el fulgor de la juventud de American Graffitti (1962, George Lucas). Veinte años después rodó con los mismos actores una continuación, Texasville, que no gozó del mismo fervor.

Fotograma de 'La última película'.

¿Qué me pasa doctor? (1972)

A partir de esta película, Bogdanovich sobre todo rodó comedias. Se trata de un homenaje a las viejas películas de screw ball comedy de los años 30 con La fiera de mi niña (Howard Hawks, 1938) como referente indiscutible. No en vano, en calidad de teórico cinematográfico, un campo en el que destacó de manera sobresaliente, su primer trabajo acreditado fue hacer una larga entrevista a Hawks recogida en un documental de 1967 titulado The Great Professional. Protagonizada por Ryan O’Neal y Barbra Streisand, como en aquel mítico film contrapone la personalidad prudente y tímida de él con el carácter alocado y aventurero de ella. Por supuesto, todo acaba en desastre, la habitación incendiada y ambos a punto de morir pero el protagonista por fin se da cuenta de la sal de la vida.

Luna de papel (1973)

Primera película de Tatum O’Neal, quien se convertiría en una superestrella infantil, ganó un Oscar por ella convirtiéndose a sus 10 años en la persona más joven en conseguirlo. Ambientada durante la Gran Depresión, trata sobre la inverosímil reunión entre un truhan con buen corazón (Ryan O’Neal) y una niña huérfana que lo sigue a todas partes. Es una película clásica a más no poder sobre la forma en que un tipo despegado de la vida aprende los verdaderos valores a través de su relación con un niño pero el director cuenta con gracia y encanto la historia. Fue uno de sus mayores éxitos comerciales.

Fotograma de 'Luna de papel'.

Así empezó Hollywood (1976)

Probablemente ningún director del siglo XX salvo Martin Scorsese ha tenido un conocimiento tan exhaustivo y profundo sobre la historia del cine americano como Bogdanovich. Homenaje a los pioneros del cine, se inspiró en las historias que le contaron Raul Walsh y Allan Dwan. Protagonizada de nuevo por O’Neal, trata sobre el rocambolesco rodaje de un wéstern en medio del desierto sin permisos para rodar. Burt Reynolds y la pizpireta Tatum dan lustre a un filme divertido y lleno de encanto en el que Bogdanovich vuelve a mostrar una vez más su gran amor por el séptimo arte

Fotograma de 'Así empezó Hollywood'.

Qué ruina de función (1992)

Adaptación de una exitosa obra teatral de Michael Frayn representada en España varias veces, es una de las mejores comedias de la historia del cine. Desternillante de principio a fin, Michael Caine interpreta a un estresado director teatral que debe lidiar con los ensayos de la obra y también con los líos sentimentales de sus actores. Con un toque de screw ball, la distancia entre las escenas que deben interpretar los actores y lo que le sucede en la vida real da lugar a escenas hilarantes.

Fotograma de 'Qué ruina de función'.

El gran Buster (2018)

Con una amplia bibliografía como teórico y estudioso de cine, si Bogdanovich empezó su trayectoria con una escena que homenajeaba a las viejas películas de terror parece lógico que la cerrara con este espléndido documental en el que rinde tributo a un grande de la comedia y el propio lenguaje cinematográfico como Buster Keaton. A partir de entrevistas con las personas que trabajaron con el maestro de la pantomima y cineastas a los que ha influido, Bogdanovich demuestra una vez más su rara condición de cineasta generoso con otros artistas.

Fotograma de 'El gran Buster'.