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'Cruella': moda, punk y traumas infantiles

El cineasta Craig Gillespie indaga en los orígenes de Cruella de Vil en una película visualmente fastuosa protagonizada por Emma Thompson y Emma Stone. Mucha moda y música de los 70 en un filme que desmonta el mito de la infalibilidad de la maternidad

27 mayo, 2021 14:58

Dispuesta a arrasar con todo, Cruella llega a los cines proponiendo un curioso cóctel entre espectáculo fashion, novela de Dickens y fábula moralizante al estilo de los viejos cuentos de hadas con los que Disney ha hecho tanta fortuna. Hace tiempo que está de moda hacer precuelas sobre personajes populares y si hace no mucho veíamos por qué el Joker se convertía en un villano en la aclamada película de Todd Philips, ahora se trata de ver los motivos que condujeron a Cruella de Vil (pronúnciese a la francesa o como “devil” en inglés) a ser una asesina despiadada de preciosos dálmatas para hacer abrigos de piel con ellos. Inspirándose en una novela de Dodie Smith publicada en 1956, la versión clásica es la de dibujos animados de 1961 y en 1996 se estrenó una producción con personajes de carne y hueso en la que Glenn Close interpreta a la canicida.

Ambientada en los años 70, Cruella, película dirigida por Craig Gillespie (Yo, Tonya), nos cuenta la desdichada infancia de Estella (Emma Stone), una niña abandonada por las calles de Londres después de que una misteriosa figura que habita en un castillo asesine a su madre. Junto a dos bribonzuelos dickensianos (boina de lana incluida), sobrevive a base de pequeños hurtos mientras sueña con convertirse en una diseñadora de moda famosa. Estamos en la época del punk, momento trascedente de cambio estético y si Estella representa el espíritu iconoclasta su enemiga, la Baronesa (Emma Thompson) es una diseñadora a la antigua usanza que confecciona vestidos “bonitos” y tiene una visión aristocrática de la moda.

La fábula clásica de la heroína que viene del arroyo para conquistar la gloria, en este caso a través de la creación de un personaje, Cruella, que funciona como su propio Mister Hyde, se combina con un espectáculo fastuoso con mucha moda y música atronadora de Tina Turner, The Clash, The Doors y Florence and the Machine. El centro de la película está en la rivalidad entre Estella/Cruella, la emergente y rompedora estrella de las pasarelas (una suerte de Vivienne Westwood) y esa “baronesa” sofisticada y cínica que trata con modos despóticos a todo el mundo pero que sin embargo goza de gran prestigio social. Un personaje que sin duda recuerda a la editora de moda interpretada por Meryl Streep en El diablo viste de Prada solo que en este caso es una mala sin aristas. En la propia película se usa la palabra “narcisista” para describir a una personalidad psicopática y deleznable cuya furia destructiva y falta de empatía describió por primera vez el médico británico James Cowles Prichard como “locura moral” en el siglo XIX.  

Cruella (2021) Disney Tráiler Oficial Español

Al otro lado de la moneda, su víctima, esa joven de clase humilde con sueños de ser una estrella, Estella/Cruella, quien se debate entre sus mejores instintos y la maldad que le provoca el rencor por su traumático pasado. La película, mucho menos inocente de lo que parece, trata un asunto tabú en nuestra sociedad como el de las madres que no solo no quieren a sus hijos sino que están dispuestas a destruirlos por envidia. La idea de fondo es la misma que la vista en La guerra de las galaxias con su idea del “lado oscuro”, o en el propio Joker, o sea, que uno puede volverse malo si no ha recibido afecto. El bien, sería por tanto, una conquista aunque el filme, frente a la “maldad natural” de la Baronesa, espeluznante por momentos, confronta el dilema ético de la joven protagonista, condenada o no a perpetuar el ciclo de destrucción que le viene de familia.

Thompson, evitando el histrionismo y la sobreactuación, juega primero con nuestra capacidad para ser benévolos con la frivolidad y el cinismo cuando surge de personajes refinados y poderosos para ir construyendo gesto a gesto a una villana implacable. Al otro lado, esa Cruella machacada y deseosa de vengarse de una vida que no le ha dado más que palos. Visualmente espléndida, Cruella es una película notable que desmonta desde el mainstream puro y duro un mito tan beatífico como propagado, el de que todas las madres quieren a sus hijos, tan dañino para quienes no han tenido esa suerte.

@juansarda