Image: Pasado y presente de la lucha racial

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Cine

Pasado y presente de la lucha racial

7 abril, 2017 02:00

James Baldwin (con gafas de sol) en I Am Not Your Negro

¿Es I Am Not Your Negro el primer documental capaz de mirar el hoy de Estados Unidos desde un pasado reciente? Raoul Peck lo intenta partiendo de unos manuscritos del escritor James Baldwin que refuerza con fragmentos de películas, canciones y fotografías.

"Me aterroriza la apatía moral, la muerte del corazón que está teniendo lugar en mi país", afirmó hace muchos años, en un programa de televisión, el escritor norteamericano James Baldwin, entrevistado junto a Malcom X y Martin Luther King, referentes de la defensa de los negros frente a las políticas racistas del Gobierno de Estados Unidos. Una frase, pronunciada con dolor, con la que Baldwin se refería al odio racial que en aquellos no tan lejanos años cincuenta, sesenta o setenta sembraba las calles de rabia, violencia y desprecio. La frase, rescatada del olvido por la película I Am Not Your Negro, del cineasta haitiano Raoul Peck parece resonar y crecer a la luz del zeitgeist, del día a día de una nación que sigue sin afrontar un profundo conflicto racial que atraviesa la sociedad de lado a lado. Baldwin habla desde el olvido, desde el ayer, desde los márgenes y el desprecio de la historia oficial, pero nos habla a nosotros, y habla hacia el futuro: ¿es acaso I Am Not Your Negro la primera película capaz de mirar el hoy desde un pasado reciente?

En 1979, James Baldwin envió una carta a su agente literario en la que le describía el que iba a ser su siguiente proyecto, titulado Remember This House (Recuerda esa casa). Amigo personal de tres figuras clave en la lucha por los derechos civiles de los negros como fueron Medgar Evers, Malcolm X y Martin Luther King, los tres asesinados a sangre fría, Baldwin pretendía recorrer los paisajes en los que les conoció, visitar a sus familias, y dar cuenta y testimonio de sus vidas, su compromiso, sus luchas y sus asesinatos.

Cuando Baldwin murió, en 1987, casi diez años después, apenas había terminado treinta páginas de aquel manuscrito. Y son esas treinta páginas las que dan forma a la película: las palabras inacabadas de Baldwin forman el hilo conductor de un relato que reconstruye su compromiso ético, su militancia mediática, y la persecución de la que fue víctima; treinta páginas que son la base con la que Peck establece un dialogo a varias bandas a través de un cuidado trabajo de material de archivo, un found footage que en sus mejores momentos se escapa del uso más tradicional, el de imágenes que ilustran, para adentrarse en terrenos mucho más sugerentes.

Así, a través del archivo, Peck no solo reconstruye y revive las palabras de Baldwin, sus descripciones detalladas, de los días de los asesinatos, sino que va elaborando un retrato en presente y pasado de toda una cultura y todo un país construido y sostenido en la supremacía blanca, en el odio y el desprecio al negro: los extractos de películas, de anuncios, de programas de televisión, de canciones, fotografías, de declaraciones de figuras políticas o de gente anónima, amplían y crean la base sobre las que las palabras de Baldwin cobran toda su fuerza.

Un entramado emocional

Lo que I Am Not Your Negro retrata es un país que acepta la violencia contra una grandísima parte de su población por el hecho de ser negra, en un entramado en el que lo emocional se alimenta de lo económico, o al revés. ¿Estaba Baldwin, entonces, hablando del futuro, de nuestro presente? Sin duda. La película de Peck lo revela, de forma explícita, cuando en el final, sobre un desfile de rostros negros, Baldwin reivindica: "No todo lo que se afronta puede ser cambiado pero nada puede cambiarse si no se afronta. La historia no es el pasado, es el presente. Nosotros somos nuestra historia".