Image: Michel Hazanavicius: Me pasé al cine mudo cuando todo el mundo pensaba en 3D

Image: Michel Hazanavicius: "Me pasé al cine mudo cuando todo el mundo pensaba en 3D"

Cine

Michel Hazanavicius: "Me pasé al cine mudo cuando todo el mundo pensaba en 3D"

El director francés presenta en nuestro país The Artist, una película que se postula como favorita a los Oscar

13 diciembre, 2011 01:00

Michel Hazanavicius

¿Quién es Michel Hazanavicius? Hasta hace algunos meses, este director francés con un apellido peculiar era el responsable de la saga OSS 117, una parodia de James Bond en la que ya contaba con su actor fetiche, Jean Dujardin, convertido en el hombre de moda gracias a la nueva película del cineasta, The Artist, que es la sensación de la temporada, no en vano se postula en estos momentos como favorita para los Oscar. The Artist, que se estrena este viernes en nuestro país, llama, de buenas a primeras, la atención por un hecho insólito: es muda. Si el blanco y negro ha sido rescatado en numerosas ocasiones por el cine contemporáneo, mucho menos habitual, o absolutamente insólito, es que nos cuenten una historia sin palabras. El filme narra la historia de un galán (Dujardin) del cine mudo que ve como su reinado se acaba cuando llega el sonoro. La ayuda de una actriz pujante (Bérénice Bejo) será crucial para que la tragedia no se consume. Estamos ante un filme absolutamente entretenido y vibrante en el que una fotografía deslumbrante y un ritmo saltimbanqui "compensan" la dificultad de enfrentarse a una película muda. Porque The Artist es muda, pero es puro Hollywood. Hazanavicius habló con El Cultural en el pasado Festival de San Sebastián.

- Desde luego, lo más llamativo de The Artist es que sea muda. ¿Por que tomó esta decisión?
- Ha habido algunos títulos pero efectivamente ha sido rarísimo. Como espectador, siempre me ha conmovido mucho ver una película muda, hay algo que me provoca mucho placer. Y yo quería transmitir al público de hoy ese placer. Por otra parte, como director trabajar sólo con imágenes es un reto enorme, significa regresar a la esencia de ser cineasta.

- ¿Tuvo problemas para financiarlo?
- Sí, muchísimos. Nadie quería hacer una película muda. El éxito de mis películas anteriores fue lo que propició que pudiera levantarse. Tenía varias ideas y escogí esta porque para la gente creo que es muy difícil entender que un director haga una película muda sin más. Volver al Hollywood pionero y contar la peripecia de un actor mudo me permitía justificar mejor esta decisión y ponérselo más fácil al público. Además ese fue un mundo fascinante.

- La idea del éxito y el fracaso está muy presente durante toda la película.
- Mientras hacía la película me sentía como el protagonista pero al contrario. Él ha triunfado como actor mudo y la llegada del sonoro supone su hundimiento. Pensaba que a mí me estaba pasando al revés, después del éxito de mis películas iba a hundirme pasándome al cine mudo mientras todo el mundo se dedica a hacer películas en 3D. La celebridad es un tema, desde luego, y el miedo a perder el éxito. También el orgullo. Al final, yo creo que es una historia de amor.

- Esa historia de amor se mantiene en un nivel de castidad absoluta.
- En este he querido ser fiel a la época. Entonces imperaba el Código Hayes que establecía que no podía haber ni siquiera besos. Sustituyo esas escenas explícitamente amorosas por los números de baile, lo que también me permite recuperar ese maravilloso espíritu de las películas de Fred Astaire. Desde luego, no es una historia de amor contada de manera moderna, es muy "old school".

- Existen esos elementos antiguos como el hecho de que sea muda o esa castidad. Pero la película tiene un ritmo muy ágil y muy contemporáneo.
- El ritmo de la narración está muy acelerado porque si hubiera respetado el ritmo de la época habría sido demasiado lento para los tiempos actuales. Además, ese ritmo está de acuerdo con la complejidad de la historia. Por otra parte, yo quería hacer una película moderna, es una película realizada en el 2010 no a principios de siglo y yo soy un director contemporáneo. Por otra parte, es una película feliz, muy divertida, por consideración con el espectador. Si alguien hace el esfuerzo de ir a ver una película muda lo mínimo que puedo hacer es proporcionarle un espectáculo y darle una película entretenida.

- ¿Le preocupa que mucha gente no vaya a verla por ser muda?
- Creo que la gente que vaya a verla saldrá contenta y esta ha sido mi experiencia en los festivales donde se ha pasado. El problema es que muchos se asusten por ser muda y no le den una oportunidad. Eso sí me da un poco de miedo. Pero estoy seguro de que muchos de esos reacios se llevarán una sorpresa. Hacer una película muda requiere un esfuerzo suplementario por parte del director para saber transmitir emociones y creo que lo hemos conseguido.

- El momento histórico que refleja el filme, el paso del mudo al sonoro, tiene resonancias con la actualidad, en que estamos viviendo una transformación muy grande en todos los sentidos.
- Creo que el momento que estamos viviendo es incluso más revolucionario del que se vivió entonces. No se trata sólo de un cambio técnico sino de mentalidad que va mucho más allá del cine. Estos cambios están yendo mucho más rápido que nuestra mentalidad o nuestra capacidad para comprenderlos. Y nadie sabe qué va a pasar.