Image: Pixar, un valor al alza

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Cine

Pixar, un valor al alza

Repasamos la historia y los próximos proyectos de la factoría que ha revolucionado la historia de la animación

27 febrero, 2009 01:00

Fotograma de Up, el último proyecto de Pixar que se estrenerá en junio en nuestro país

Cristina Jaramillo
Todavía con la resaca encima del éxito de Wall-e, Pixar no descansa y presenta ya sus nuevos proyectos. Primero llegará Up, que narra la historia de Carl Fredricksen, un anciano que se niega a ir al asilo y consigue volar, al estilo de El castillo ambulante, atando miles de globos a su casa. Dirigida por Pete Docter (Monstruos S.A.), se estrenará en nuestro país el próximo mes de junio.

Habrá que esperar al verano de 2010 (18 de junio en EE.UU.) para ver la gran apuesta de Pixar, Toy Story 3, en la que podremos escuchar una vez más en su versión original a Tom Hanks (Woody) y Tim Allen (Buzz). Lee Unkrich, editor de las cintas anteriores, sustituirá a John Lasseter en la dirección, si bien trabajarán muy estrechamente en la supervisión del proyecto. Curiosamente en un principio su puesta en marcha no se atribuía a Pixar al tener Disney los derechos de los personajes. Tras algunas quejas de los propios actores que ponían voz a los juguetes y largas conversaciones Pixar concluyó que el proyecto sólo seguiría adelante con Lasseter y los otros creadores de la película original en el equipo.

Para el verano de 2011 se espera el estreno de Newt, que supondrá el debut como director de Gary Rydstrom, un virtuoso del sonido ganador de siete Oscar por películas como Titanic o Salvar al soldado Ryan y responsable de estos efectos en Buscando a Nemo, Monsters o Toy Story dentro de la factoría Pixar. El filme se centra en la historia de los últimos tritones de pies azules del planeta, macho y hembra, que se ven obligados por la ciencia a salvar la especie. En la Navidad del mismo año llegará The Bear and the Bow (2011), un cuento de época ambientado en la Escocia mítica, de la mano de Brenda Chapman (El príncipe de Egipto). El año 2012 supondrá otro gran reto para la compañía animada, el retorno de Rayo McQueen con la segunda parte de Cars, que dirigirá Brad Lewis, productor de Ratatouille.

Perdida la cuenta de nominaciones al Oscar que ha sumado hasta ahora la factoría Pixar, y con una decena de estatuillas en la estantería, quizá el máximo logro de estos magos de la animación estriba en la originalidad de sus guiones que en cinco ocasiones se han medido ya con películas de gran calidad y que, como en el caso de Wall-e, algunos expertos consideran superiores a sus competidores. De momento la Academia se muestra conservadora al respecto y le reserva los premios de animación, musicales y los más técnicos. Pero en un futuro no muy lejano y siguiendo la estela de sus guiones, no sería tan extraño que alguno de sus personajes llegara a conmover igual o más a los miembros de la Academia que un intérprete de carne y hueso.

Con motivo del Oscar otorgado a Wall-e como mejor película de animación, ELCULTURAL.es repasa la historia de la factoría Pixar que ha revolucionado el cine de animación y la estrecha relación que ha mantenido en toda su andadura con los premios de la Academia de Hollywood.

Gestando un monstruo

El nacimiento de la factoría Pixar se remonta a 1976 con la creación de una división de Lucasfilm llamada The Graphic Group especializada en efectos especiales, a la que en 1984 se unió, tras dejar su puesto en Disney, una pieza clave del proyecto, John Lasseter, pionero del corto de animación en 3-D con André and Wally B..

Pero la verdadera revolución del mundo de la animación está indiscutiblemente ligada a un nombre, Steve Jobs, quien en 1986 compró la empresa a George Lucas por cinco millones de dólares. El magnate de Apple aportó otros cinco millones de capital para poner en pie una empresa en la que trabajaban por aquel entonces 44 personas. Ese mismo año llegaba el primer estreno de un corto de Pixar, Luxo Jr., que consigue la primera nominación al Oscar de la compañía y con ella el principio de una gran amistad que ha ido creciendo con los años en número de candidaturas a los premios de la Academia de Hollywood. Le siguen otros cortos, cada vez más sofisticados tanto técnicamente como en materia de guión: Red's dream (1987), Tin Toy (1988) y Knick Knack (1989), con el que se llevan su primer Oscar a casa.

Al principio de la década de los 90 la compañía centra sus esfuerzos en la publicidad creando más de cincuenta anuncios para marcas como Volkswagen, Trident o Listerine, entre muchas otras, por los que recibieron numerosos premios. Y en 1991 firman un importante acuerdo con Disney para realizar dos largometrajes, en el que se estipulaba que compartirían gastos y beneficios a partes iguales y donde Pixar figurara como "realizadora" pero no como propietaria.

La revolución del cine animado

En 1995 llega Toy Story, el primer largometraje de animación de la factoría que marca un antes y un después en la historia de la animación, al ser el primero realizado totalmente por ordenador. Con el mismo telón de fondo "cómico-nostálgico" en torno a los juguetes que venía caracterizando sus cortos y bajo el eslogan "Hasta el infinito y más allá", la película, dirigida por el propio John Lasseter y protagonizada por los entrañables Woody y Buzz, consigue emocionar a todos los públicos y se convierte en la más vista del año. El primer largo de Pixar que recaudó más de 360 millones de dólares, es recompensado con un Oscar especial por su contribución técnica, además de tres nominaciones: guión original, banda sonora original y canción.

El éxito de Toy Story se traduce en un nuevo acercamiento de Disney y en 1997 acuerdan la producción conjunta de cinco películas. Ese mismo año, en el que la compañía empleaba ya a 375 personas, se estrena el corto Geri's game, que se adjudica un nuevo Oscar al mejor cortometraje animado. Un año después llega Bichos, un homenaje a los insectos de John Lasseter y Andrew Stanton, que recibió una nominación de la Academia por la banda sonora.

La continuación de Toy Story en 1999, también dirigida por John Lasseter, echa por tierra el tópico de "segundas partes nunca fueron buenas" y se convierte en una de las mejores secuelas de la historia del cine, además de un nuevo éxito de taquilla con 485 millones de dólares de recaudación y una nominación al Oscar a la mejor canción. La película es una magistral y poética reflexión sobre lo que dejamos atrás al abandonar la niñez y convertirnos en seres adultos. Un año después del estreno de Toy Story 2 la compañía se muda a su actual emplazamiento, los estudios de Emeryville en California.

Desde entonces todos los años ha habido una película de Pixar presente en la gala de los Oscar: For the birds (Pajaritos) (2000), se llevó el premio al mejor corto de animación en 2002, una edición en la que coincidió con Monstruos S.A. (2001), un filme que se sumerge en el mundo de los temores infantiles y que permite al espectador despertar su sentido del tacto desde la butaca a través de las texturas recreadas digitalmente. Dirigida por Pete Docter, recoge el Oscar a la mejor canción (Randy Newman) aunque perdió sus opciones en las categorías de banda sonora y película de animación, que le arrebató la creación de Dreamworks, Shrek.

Órdago al guión

En 2003 fue nominado el corto Mike's new car (El coche nuevo de Mike). Y en 2004 llega otro gran éxito de la factoría Buscando a Nemo, de Andrew Stanton, una excepcional recreación digital del mundo marino, que se hizo con el Oscar a la mejor película de animación y que estuvo, además, nominada al mejor guión, banda sonora y montaje de sonido. Buscando a Nemo se convirtió en la película más taquillera de 2003, por encima de El Señor de los Anillos. El retorno del rey y Piratas del caribe. El mismo año estuvo nominado en la categoría de cortometraje animado Boundin'.

En noviembre de 2004 se estrena con mucho éxito Los increíbles, la parodia que el veterano Brad Bird realiza de los superhéroes y las películas de espías. La cinta se hace con dos Oscar de la Academia de los cuatro a los que optaba, el de mejor película de animación y el de mejor edición de sonido, se deja en el camino el de mejor guión original y mejor sonido. En este momento se produce una escisión en las relaciones entre Pixar y Disney que culmina en enero de 2006 cuando Disney adquiere Pixar Animation Studios por 7.400 millones de dólares y cede el control de su estudio de animación a los directores creativos de Pixar mientras que Steve Jobs se convierte en uno de los mayores accionistas de Disney.

John Lasseter retoma el papel de director con Cars (2006), un guión más infantil y ambientado en la famosa Ruta 66 que obtuvo dos nominaciones al Oscar: mejor película de animación y mejor canción.

Entre las favoritas

Ratatouille (2007), una historia desarrollada en París, protagonizada por un ratón que se deleita con los sabores más exquisitos de la cocina francesa, se ganó el aplauso de crítica y público. De nuevo a las órdenes de Brad Bird, Pixar se hizo con cinco nominaciones al Oscar, entre ellas la de mejor película de animación, que nadie le pudo arrebatar, y la de mejor guión original.

Pero con Wall-e (2008) Pixar se supera a sí misma dando vida a un robot que siente y padece con cada uno de sus tornillos, y con una capacidad de transmitir sensaciones asombrosa en un personaje de animación. La película, con guiños al cine mudo y a obras maestras como 2001, se deleita con el amor de Wall-e por Eva y pone sobre la mesa la responsabilidad del hombre en la destrucción del Planeta. Dirigida por Andrew Stanton, la cinta recaudó más de 23 millones de dólares en su primer día de estreno y 63 en su primer fin de semana. Además, consigue el mayor número de nominaciones de la historia para una película de animación, seis, de nuevo entre ellas la de mejor guión original, si bien se hace solo con el de mejor película de animación. No logró tampoco el premio en la categoría de cortometraje por Presto, un divertido número protagonizado por un mago y su rebelde conejo en el escenario. C. J.