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Olivier Dahan

"Edith Piaf fue una cantante 'punk' de su época"

19 abril, 2007 02:00

Olivier Dahan

El viernes 20 de abril se estrena La vida en rosa, excelente producción en la que se retrata la azarosa vida de la mítica Edith Piaf, reina de la chanson francesa en los años 50. Adicta a las drogas, excesiva y ególatra, el filme indaga sin contemplaciones en la compleja personalidad de la cantante. El Cultural ha hablado con Olivier Dahan, su director.

Antes que a Edith Piaf (París, 1915 - Plascassier, 1963), Olivier Dahan amaba a Bob Dylan y a Bruce Springsteen, dos músicos muy alejados del estilo del "gorrión" fallecido prematuramente. Pero fue el descubrimiento de una fotografía de la torturada cantante la que puso en ignición el deseo de narrar ciertos episodios de su vida a través de una película. La vida en rosa, séptimo largometraje de Dahan (París, 1967), abrió la última Berlinale y su protagonista, la arrebatadora Marion Cotillard, conquistó a crítica y audiencia. Un encuentro con Dahan (La Ciotat, Bouches-du-Rhône, 1967) permitió desentrañar el fenómeno de un filme que ya han visto cinco millones de franceses en menos de dos meses.

-Todo empezó con un hallazgo casual...
-Me topé con una instantánea tomada cuando todavía se llamaba Edith Giovanna Gassion, y no era conocida en el catálogo de una exposición consagrada a su figura. En vez de la icónica imagen de la Piaf con su vestido negro en el teatro Olympia de París, me arrebató particularmente una que le habían tomado en los años 30 cuando apenas tenía 18 años y luchaba por hacerse conocer cantando en las calles y cabarets de París. En la foto, aparece con su amiga Momone y me pareció una mujer furiosamente moderna, una cantante "punk""de su época. La imagen me provocó el deseo de hacer un gran lienzo acerca de ella.

-No es un biopic al uso...
-No es una biografía sino más bien un retrato. Prefiero que se la considere una gran historia de amor, la de Edith y Marcel, y también, un musical popular. Y todo ello mezclado con elementos de tragedia y melodrama. Hay películas sobre Piaf anteriores, pero yo quería "pintar" un gran lienzo sobre una personalidad tan poderosa, inimitable y autodestructiva.

-Se echa de menos la presencia de amantes de tanto impacto en su vida como fueron Yves Montand, George Moustaki, Charles Aznavour o Théo Sarapo…
-No quise hacer una biografía exhaustiva hasta pese a que invertí casi un año de trabajos de documentación e inmersión total en su vida y música. Leí libros, revistas artículos y documentos ni siquiera publicados. También tuve acceso al epistolario que mantuvo con Jacques Borgeat. Todo lo que aparece en el film ocurrió fielmente en la vida real. Mi intención no ha sido realizar la biografía total y definitiva de Piaf, ni organizar un desfile de las celebridades que la rodearon y amaron sino mostrar determinados aspectos de su arte. Y desde un punto de vista absolutamente subjetivo.

-¿Existió Titine, la prostituta de corazón de oro, que la crió en una mancebía?
-No exactamente, pero el de Titine, es un personaje que resume el de varias prostitutas que ejercieron de madres vicarias en el burdel, un lugar en el que fue verdaderamente feliz. Esa es quizá la única licencia poética que me he tomado.

-Esa infancia ocupa una gran parte del metraje...
-Los años de la infancia son los que conforman e in forman a cualquier persona. Somos lo que ha configurado nuestra infancia.

-¿De ahí su compulsión autodestructiva?
-Ella pensó en su vida como un juego. Para mí, la autodestrucción comenzó desde el momento del doble abandono materno y paterno. Y, cuando a los 17 años fue madre de Marcelle, que se le murió a los dos por una meningitis. Desde muy pequeña, estableció vínculos de dependencia: de sus descubridores, de los otros, de sus amigas, de sus amantes, de las drogas, de sus pigmaliones, del amor… Esto la convirtió al final en un ser de carácter tiránico pero fundamentalmente, frágil y vulnerable.

Olivier Dahan (Bouches-du-Rhône, 1967) es licenciado en Belals Artes, pintor, músico y director de videoclips para bandas como The Cranberries o Tagle Eye Cherry. En sus filmes anteriores (su debut, Frêres, en 1994, Déja Mort, Los fantasmas del pasado, Le Petit Pucet, La vida prometida y Los ríos de color púrpura 2), se ha caracterizado por utilizar a una generación de actores como Benoît Magimel, Romain Duris o Romane Bohringer. En La vida en rosa tiene un pequeño papel como acordeonista callejero.