Image: Takeshi Kitano

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Cine

Takeshi Kitano

“La violencia es como la comedia”

23 enero, 2003 01:00

Takeshi Kitano

El cineasta japonés Takeshi Kitano vuelve el 24 de enero a las pantallas españolas con la insólita y esperada Dolls, que se presentó con éxito en el pasado Festival de Venecia. Inspirándose en el teatro japonés de marionetas bunraku, y mediante una estructura fragmentada en tres historias, el autor de Sonatine y Hana-Bi ha trocado las tramas de yakuzas y tiroteos por las de febriles amantes, y los azules sórdidos de sus filmes por un despliegue de colores y poesía visual. El Cultural ha hablado con Kitano sobre esta nueva audacia estética y temática, su última jugada maestra para escapar del establishment del mercado cinematográfico.

Quizá Dolls sea la película más desgarradora, brutal y bella de Takeshi Kitano, aunque en ella no asistamos a mutilaciones, tiros en la sien y hectolitros de tomate. Con El verano de Kikujiro, el creador japonés apodado "Beat" en su faceta de actor, ya demostró que la violencia explícita, poetizada y minimalista que caracteriza el grueso de su trabajo -Violent Cop, Boiling Point, Sonatine, Hana-Bi, Brother- no es condición sine qua non de su estilo y forma de entender el cine... o la vida. En el mundo de dolor y muerte al que pertenecen sus criaturas, siempre hubo espacio para el romanticismo y la ternura. Y por supuesto para la belleza. La violencia también puede ser sutil -ha querido decirnos Kitano con Dolls, de momento su última osadía cinematográfica-, y no por ello menos destructiva y atroz. Echando mano de la tradición popular de su país, el teatro bunraku, y mediante tres historias sin solución de continuidad, Kitano muestra en Dolls el camino más radical del amor, ese que conduce a sus amantes -títeres, marionetas o muñecos- a la muerte o a la locura.

-Dolls es una película muy distinta a sus anteriores trabajos, sobre todo por la ausencia de violencia explícita, aunque usted ha dicho que es su filme más violento. ¿Puede explicar un poco esta "nueva" representación de la violencia y cuál es la razón de este cambio?
-Si digo que Dolls es más violenta que otras de mis películas como Brother es porque las muertes siempre llegan por sorpresa. Una película como Brother tiene personas anónimas asesinadas a diestro y siniestro. La muerte y el sufrimiento son cosas que se esperan en una película basada en un entorno violento. En cambio la acción en Dolls ocurre en la vida cotidiana, llegamos a conocer a los protagonistas y por ello su dolor y sufrimiento es más violento. No existía una razón específica por la cual decidí hacer Dolls, se trataba simplemente de una idea y elegí seguir mi instinto y llevar a cabo el proyecto.

-Existe mucho sufrimiento en los personajes de Dolls. Para ninguno de ellos existe la posibilidad de salvación. ¿Diría que ello responde más a la tradición japonesa o a sus propias convicciones?
-Todos los personajes en Dolls están poseídos por su propia idea díscola y egoísta de la manera en que deben actuar y qué camino seguir. Por ello se ven incapacitados para tomar decisiones, ya que no pueden ver otras opciones. Ninguno de los eventos de la narración ocurriría si los protagonistas estuviesen lo suficientemente equilibrados como para tomar sus decisiones. Visto desde una perspectiva objetiva, pueden parecer muy estúpidos, pero para ellos mismos se trata de algo muy diferente.

Historias comunes
-Rinde homenaje al dramaturgo bunraku Chikamatsu Monzaemon. Toda una osadía en los tiempos que corren. ¿Dónde halla la pervivencia de sus creaciones?
-En el periodo en que el dramaturgo japonés Chikamatsu era admirado por millones de espectadores, durante los siglos XVII y XVIII, este tipo de historias eran muy comunes en el corazón de su mundo emocional. Pero es que hasta hoy en día escuchamos historias de intentos de suicidio o personas que amenazan con cometerlo simplemente por amor. Esto es total y absolutamente egoísta, pero no se trata de un método inusual entre hombres y mujeres para herir a otros o mostrar su sufrimiento con tal de solicitar la compasión del resto. Estoy convencido de que estas historias son tan comunes en cualquier lugar y época como lo son en Japón.

-La esencia de Dolls es el amor: un amor no correspondido, el dolor que el amor ocasiona en la gente, el amor como una fuerza muy violenta. ¿Cree que el público occidental y oriental reaccionarán ante esto de la misma manera?
-Las lenguas y las costumbres puede que cambien de un país a otro, pero el amor sigue siendo universal y único para todos.

Cine para reflexionar
-En una ocasión dijo que quiere que sus películas ofrezcan algo en que poder reflexionar, ¿en el caso de Dolls qué quiere que experimente el público?
-La manera en que la gente percibe Dolls puede diferir considerablemente según el estado mental y la filosofía de cada uno. Cada persona puede percibir Dolls de un modo completamente diferente. No puedo asegurar nada sobre cómo va a afectar al público. Soy un cineasta y mi trabajo es "hacer" la película. No mantengo la misma posición que los que ven el filme.

-El amor es un tema recurrente en sus películas, pero en la mayoría de ellas no permite a los personajes que completen su relación, siempre hay una fuerza externa o evento que separa a la pareja. ¿Por qué? ¿Es que no cree, de vez en cuando, en un posible final feliz?
-La verdad es que me resulta imposible juzgar mis películas (y sus finales) como felices o tristes, cómicas o trágicas. Hasta en el caso de que llegara a considerar la comedia como antónimo de la tragedia, tampoco puedo asegurar cómo va a interpretar el público lo que yo les muestro en la pantalla. En lo que respecta a los obstáculos que se interponen con las vidas de los personajes, no creo que una historia de amor fuera muy interesante o dinámica si transcurriera con demasiada suavidad y facilidad.

-Aparte del diferente trato que se le da a la violencia en Dolls, la película también introduce una nueva imagen visual, sobre todo por el uso extensivo del color a través de las cuatro estaciones del año. ¿Es esta una marca de estilo única de Dolls o va a empezar introducirla en próximos proyectos?
-Al cabo de los años he advertido que a través de las críticas y otros artículos, muy a menudo se referían a mis películas como si todas tuviesen un tono gris azulado. De manera que pensé que valdría la pena tomar el desafío de incorporar colores más variados, colores que por algún motivo que desconozco he intentado evitar a toda costa en el pasado. Mi decisión más obvia era mostrar las cuatro estaciones en Japón, donde tenemos el florecimiento de los almendros en primavera, el azul resplandeciente del mar en verano, las hojas rojas del otoño y la nieve en invierno.

-Su filmografía parece decantarse entre películas duras, sorprendentes y violentas y otras más cercanas a la poesía y el humor. ¿Esta dualidad refleja su propia lucha entre un Kitano rebelde y anárquico y un Kitano más romántico?
-Seguramente usted tiene razón, aunque en todas mis películas yo siempre he visto los dos: el rebelde y el romántico.

-Usted comenzó en en el mundo del espectáculo como cómico hasta que Nagisa Oshima pensó que podría ser un criminal fantástico. ¿Qué cree que Oshima vio en usted que le hizo pensar que un cómico puede convertirse en un buen criminal? ¿Puede ver alguna conexión entre la comedia y la violencia?
-Me parece que Oshima me escogió como parte del reparto en Feliz Navidad Mr Lawrence porque quería que mi personaje fuese menos serio. En mi opinión el ritmo y la sincronización son esenciales en la manera en que se muestran la comedia y la violencia en una película. En cierto sentido, la violencia es como la comedia: ambas se producen de repente, sin previo aviso. Recuerdo al respecto unas imágenes de televisión durante la guerra de Vietnam, en las que un vietcong era ejecutado. No había movimiento. Era el acto puro frente a la cámara.

Dos tipos de público
-En su país al público le cuesta desprenderse de su imagen de showman, mientras que en Europa es considerado un director de culto. ¿Ha cambiado algo esta situación o en Japón todavía le asocian con los cómicos "Two Beats"?
-En los últimos años básicamente he tenido dos tipos de públicos, el del cine y el de la televisión. Todavía sigo haciendo un par de telefilmes al año, así como varios programas de variedades o informativos a la semana. Algunos de ellos son en clave de humor y otros son serios. No todo el mundo que ve mis películas también ve mis programas de televisión y viceversa. Me parece que me resultaría imposible complacer a todo el mundo en todos los proyectos que llevo a cabo. En el estreno de Dolls en Japón ocurrió un fenónemo muy interesante por primera vez con una de mis películas: el 70% del público era femenino, algo completamente inusitado para tratarse de uno de mis filmes.