Cine

"The matrix", de los hermanos Wach Owski: ¿es éste el cine del siglo XXI?

Futuro imperfecto

16 mayo, 1999 02:00

A vueltas con el fin de milenio, el cine se revuelve desde sus mismos cimientos y anuncia que sigue vivo, más vivo e insolente que nunca. El último (y máximo) exponente de esta suerte de revolución desde dentro es "The Matrix" ("La matriz"), de los hermanos Wachowski, una película que, reciente aún su estreno en Estados Unidos, se ha convertido ya en la más taquillera del momento. Bajo el cielo de un futuro apocalíptico y terminal, "The Matrix" mezcla en un cóctel explosivo (y, a priori, imposible) el cyberpunk con las artes marciales, la Biblia con el budismo zen. Para muchos, es el cine del siglo XXI. Para otros, el delirante resultado de dos mentes enfermas.

De ellos se sabe poco, sólo que nacieron en Chicago hace una treintena de años y que, tras abandonar la Universidad, comenzaron a escribir y dibujar cómics. También que desde muy jóvenes tuvieron claro que lo suyo era el cine. La suerte les sonreiría pronto a los hermanos Larry y Andy Wachowski, justo el día en que se toparon con el productor de películas de acción Joe Silver ("Depredador", "Demolition Man"), para quien escribieron el guión de "Asesinos". A pesar del escaso éxito de la película, Silver (quien defendió a los hermanos esgrimiendo que el filme apenas recordaba lo escrito por ambos) decidió entonces producir "The Matrix", una apocalíptica cinta que a los Wachowski les rondaba la cabeza desde hacía años. Inconveniente: no habían dirigido todavía ninguna película, y al ser éste un proyecto arriesgado -léase sumamente caro para una opera prima: 70 millones de dólares- se optó porque los jóvenes cineastas perdiesen el miedo a la cámara con el thriller "Bound" ("Lazos ardientes", 1997). Para colmo, la crítica y el público acogieron bien la película. A los hermanos Wachowski ya nada los separaba de ese delirio llamado "The Matrix".

Un guión confuso
Sin embargo, pronto pudieron comprobar que aquel iba a ser un rodaje extremadamente difícil, ya que, salvo ellos mismos, casi nadie entendía el guión, un guión ambientado en el siglo XXII con agresivas hechuras de videojuego que mezcla parajes de la Biblia con la mitología griega, el cómic y el budismo zen. Y que, como ya hiciera Amenábar en "Abre los ojos", se sirve de la confusión entre realidad y sueño como potente soporte argumental. Por si fuera poco, los hermanos visten la historia con la más brutal y posmoderna estética cyberpunk. ¿Alguien da más? Ni siquiera el propio Joe Silver oculta las dificultades del filme: "‘The Matrix’ es una historia muy compleja que transcurre en el futuro pero que está contada desde el presente. Sus directores han pasado años puliendo el guión para que el público pueda aceptar y comprender la historia. Es muy difícil encontrar realizadores que sepan de manera tan exacta lo que quieren y sean tan decididos como estos dos chicos". A pesar de todo, la Warner, estudio que ha financiado la cinta, olió pronto las posibilidades cara a la taquilla, y dio luz verde a los Wachowski, que poco después se trasladaban a Australia para comenzar la película. ¿Que por qué Australia? Porque en aquel país los costes de producción son más bajos que en Estados Unidos.

Deprisa, deprisa
Antes de comenzar el rodaje, los Wachowski sometieron a todos los integrantes del reparto (encabezado por Keanu Reeves, Carrie Anne Moss y Laurence Fishburne) a un durísimo entrenamiento de artes marciales que estuvo a punto de costar un disgusto al propio Reeves; el actor, recientemente operado de una hernia discal, tuvo que comenzar el rodaje con collarín. Y casi terminarlo. A ello se suma el afán perfeccionista de los directores, dispuestos a invertir tres semanas para filmar una única escena. La Warner comenzó a perder los estribos cuando advirtió que a ese ritmo "The Matrix" se estrenaría en mayo, justo cuando la nueva y esperada entrega de "La guerra de las galaxias" viera la luz en Norteamérica. La solución vino en forma de cuatro millones de dólares, los que los mandatarios de la Warner estaban dispuestos a pagar a los hermanos como condición de que terminaran el filme en marzo. Y, huelga decirlo, la acabaron.
Pero, ¿qué diablos es la Matriz, por qué trae de cabeza a un Reeves que con esta cinta confía relanzar una carrera mortalmente enferma desde hace varios años? Mejor que no lo sepan todavía, aunque apunten desde ahora que el filme destroza, cinematográficamente hablando, todas las barreras espaciales conocidas y por conocer, que está tremendamente influido por nuevas realidades como la re-creada por internet, que, al cabo, también persigue, aunque por otros derroteros, el significado último de nuestras vidas. Y que, lo más importante, posee los más elaborados efectos especiales de la historia; baste un ejemplo: sólo para la escena en la que uno de los personajes esquiva balas durante un tiroteo (de forma harto infrecuente, todo hay que decirlo) fueron necesarios dos años de trabajo en un laboratorio informático. Ordenadores aparte, los Wachowski también han recuperado para la película las técnicas cinematográficas asiáticas de peleas con cable (el actor, sujeto por varias cuerdas de acero, es lanzado al vacío para interpretar la acción) y el más puro y no menos denostado kung fu.
"The Matrix", en fin, no ha dejado a nadie indiferente. Mientras que algunos la comparan sin pudores con títulos míticos como "Blade Runner", otros apuntan que la película de los Wachowski es un esquizofrénico filme nacido para reventar taquillas. En medio de la disputa, el altanero Keanu Reeves se sigue preguntando dónde diablos se encuentra esa condenada Matriz de vida causante de uno de los revuelos cinematográficos más sonados de los últimos tiempos.