El investigador Jordi Luque. Foto: Telefónica

El investigador Jordi Luque. Foto: Telefónica

Ciencia

Jordi Luque, experto en 'deep learning': "Hay que completar la inteligencia humana, no sustituirla"

El investigador de Telefónica nos habla del alcance actual del aprendizaje profundo de las máquinas y de sus enormes desafíos

25 septiembre, 2022 02:17

Es un experto en todo lo que se refiere al machine learning y al deep learning y dedica sus investigaciones a la comprensión y estudio del lenguaje, con especial atención en las tecnologías del habla y de procesamiento del lenguaje natural.

Desde 2013, Jordi Luque (Esplugues de Llobregat, 1979) forma parte del equipo de investigadores de Telefónica, divulgando sus resultados a través de revistas y conferencias y poniendo sus hallazgos a disposición de proyectos que alcanzan no solo a a la compañía, también a toda la Unión Europea.

Pregunta. ¿Qué lugar ocupa España en las investigaciones en aprendizaje profundo?

Respuesta. Tiene un papel importante. Aún no llegamos a los niveles de Estados Unidos o China, pero en comparación estamos realizando un gran esfuerzo para no perder este tirón. Las tecnologías de aprendizaje son la nueva revolución industrial del siglo XXI. Habría sido un error no haber creado factorías o favorecer la industria de finales del siglo XIX y principios del XX en España.

»Lo mismo está ocurriendo ahora. Los trabajadores del presente y futuro inmediato han de estar preparados para lidiar con estas tecnologías y para ello necesitamos científicos que las entiendan y desarrollen. Sin embargo, es difícil retener este talento en nuestras universidades e industrias. Los científicos y trabajadores que dominen este tipo de tecnologías tendrán el santo grial de la industria actual.

"Las tecnologías de aprendizaje son la nueva Revolución Industrial. Quienes las dominen tendrán el Santo Grial"

P. ¿Qué desafíos nos lanza en estos momentos este tipo de herramientas?

R. Su control y buen uso. Como toda nueva tecnología, cuyo potencial estamos empezando a atisbar, debe ser refinada, controlada de una manera efectiva y enseñar sus posibilidades al gran público para que pueda usarla y desarrollarla en beneficio de la sociedad. La tecnología se ha de divulgar y explicar para que todos podamos emplearla de la mejor manera posible.

»Hoy en día las tecnologías de aprendizaje profundo pueden cambiar el curso de unas elecciones, por ejemplo, difundiendo noticias falsas a través de falsos seguidores en redes sociales. Pueden confundir y encaminar a la opinión pública en una dirección concreta. Además, pueden ser el germen para derrocar gobiernos, empresas o acabar con la reputación de una persona.

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P. ¿Está cambiando nuestra relación con la inteligencia artificial?

R. Seguro. Hace diez o quince años nadie podía pensar que estaríamos hablando con nuestras computadoras de bolsillo, los terminales móviles. Hoy en día, usamos el habla, la interfaz humana más natural, para comunicarnos con nuestra lavadora, el aire acondicionado o la consola de videojuegos.

»En un futuro, estas tecnologías serán básicas para la mejora del bienestar, especialmente de la gente mayor, o de aquellos que precisen de más cuidados. Esto mismo ya ocurre en países como Japón, donde desde hace décadas trabajan en robots asistentes.

P. En este sentido, ¿llegarán los robots a trascender los patrones y tomar decisiones propias?

R. Ya lo están haciendo. Los mecanismos de control automático gestionan cosas tan variopintas como las órdenes de compra y venta en el mercado de acciones hasta los valores óptimos para gestionar la temperatura y consumo de agua en un campus universitario. En general, para el control de sistemas complejos.

P. ¿Llegará el deep learning a imitar la inteligencia humana?

R. No creo que el camino sea imitar la inteligencia humana. Hemos de entender la inteligencia artificial como una nueva clase de inteligencia y no como una réplica de la humana. Debemos complementar la humana, no sustituirla.

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P. ¿Podrían llegar a darse situaciones como la del robot Hal en 2001 una odisea en el espacio?

R. Sí. Si no controlamos y guiamos adecuadamente a esos algoritmos podrían decidir por sí solos que la humanidad no es más que una plaga que debe ser eliminada para el correcto funcionamiento del ecosistema Tierra. De todas maneras, quiero ser un poco más romántico y prefiero creer que pasarán cosas como la que ocurre en la película Her, o sea, enamorarnos. Se hacen más necesarias que nunca asociaciones y entidades independientes o gubernamentales que validen la versión ética y moral de dichos algoritmos, se hace más necesaria que nunca.

»Ya tenemos problemas de discriminación que emergen de algoritmos sencillos: selección de alumnos y becas por algoritmos opacos, valoración de riesgo o crédito en seguros y entidades financieras, algoritmos de predicción de crímenes... No es un problema nuevo, pero al menos ahora somos más conscientes. Sería imperdonable no intentar atajarlo y controlarlo.

P. ¿Llegaremos en breve a encrucijadas éticas o morales en torno a estos procesos?

R. Por supuesto. El sesgo, o “bias” por su nombre en inglés, de estos algoritmos es un claro ejemplo. Los modelos de lenguaje entrenados con big data producen, por ejemplo, resultados sesgados tanto de género como de estereotipos. No es igual de probable para estos modelos, por ejemplo, que una mujer sea ingeniera o que lo sea un hombre.

»Lo mismo ocurre con el color de la piel o la nacionalidad. Ciertos algoritmos tienden a favorecer los estereotipos y potenciarlos. Lo más preocupante es que los resultados de estos mismos algoritmos se retroalimentan. Sus resultados son muy dañinos y discriminan, a veces de manera opaca, especialmente a las minorías. Un reflejo de nuestra sociedad.

P. ¿Qué herramientas nos aporta el aprendizaje profundo en la creación? ¿Llegarán las máquinas a crear como Mozart o Beethoven?

R. En realidad, ya lo están haciendo. Existen algoritmos de síntesis tanto de imágenes y vídeos como de escritura. Incluso puedo decir que existen competiciones de tecnología orientadas a la creación de algoritmos capaces de escribir música completamente original.