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Ciencia

Los últimos ‘Homo erectus’ conocidos vivieron en Indonesia hace 117.000 años

Después de 90 años de incertidumbre, nuevas técnicas han permitido datar con precisión los restos más jóvenes de la especie

19 diciembre, 2019 12:06

El Homo erectus, la primera especie humana que caminó de manera completamente erguida, surgió hace unos dos millones de años. Gran parte del conocimiento que se tiene en la actualidad sobre esta especie en Asia procede de la isla de Java en Indonesia, concretamente a orillas del río Solo, en el yacimiento de Ngandong. En la década de 1930 empezaron a descubrirse hasta doce calotas craneales y dos tibias en un lecho óseo donde se hallaron en su origen más de 25.000 huesos de diferentes especies animales. La datación de los restos humanos resultó a lo largo de décadas difícil de realizar, por lo que los expertos propusieron como antigüedad una amplia gama de fechas que abarcaba desde hace 550.000 hasta hace 27.000 años, pero un nuevo estudio ha determinado que los restos son de hace 117.000 años, informa la agencia Sinc.

Debido a la dilatada datación anterior, durante años se consideró que los Homo erectus pudieron haber vivido simultáneamente con poblaciones de Homo sapiens, hace 50.000 años, y se descartó que de estas poblaciones de humanos arcaicos pudieran haber evolucionado los humanos modernos.

Los cálculos indican que los fósiles pertenecen a los últimos individuos conocidos de Homo erectus que hayan existido

El nuevo estudio, publicado ayer en Nature, aporta la edad exacta de los fósiles hallados hace casi 90 años y rebate algunas de las teorías anteriores. “Los restos datan de hace entre 117.000 y 108.000 años. Esto confirma que Ngandong es el yacimiento más joven de Homo erectus que se conoce en todo el mundo. Hemos puesto fin a una larga controversia sobre la edad de este importante lugar de la evolución humana”, declara a SINC Russell L. Ciochon, científico en el departamento de Antropología de la Universidad de Iowa (EE UU) y autor principal del trabajo.

El equipo logró datar lo que ningún otro grupo de investigación había conseguido antes debido a la estratigrafía del yacimiento y a la confusión con los detalles originales de la ubicación de excavaciones anteriores. Usaron series de uranio con luminiscencia y resonancia de espín electrónico directamente en los fósiles de mamíferos descubiertos en el lecho óseo del río Solo para determinar la antigüedad definitiva.

“Luego combinamos los resultados de estos diferentes métodos utilizando el modelado bayesiano. La datación de los sedimentos con luminiscencia no estaba disponible en los estudios previos”, detalla Ciochon. Los cálculos indican que los fósiles pertenecen a los últimos individuos conocidos de H. erectus que hayan existido.

Cómo murieron los últimos Homo erectus

La datación permite a los investigadores proporcionar información sobre la extinción de uno de nuestros antepasados directos. De hecho, por la disposición de los fósiles hallados a principios del siglo XX –cuerpos y restos desarticulados que acabaron allí después de ser arrastradas río abajo–, los expertos señalan que río arriba de Ngandong pudo producirse un evento de muerte masiva como una inundación. Pero existen diferentes teorías sobre lo que causó estos fallecimientos en masa, incluido un flujo de lodo volcánico.

Lo que sí se sabe es que este acontecimiento coincidió con condiciones ambientales cambiantes a medida que los bosques abiertos se transformaron en selva tropical. “Cuando el área se volvió más húmeda, la selva tropical se expandió hacia el este a través de Java, reemplazando el ambiente de bosque abierto asociado al Homo erectus”, explica el investigador estadounidense.

La desaparición de estos humanos en Java es simultánea a la expansión de la selva tropical. El entorno cambiante probablemente contribuyó a su extinción ya que probablemente no pudieron encontrar las fuentes de alimento que normalmente consumían o fueron más vulnerables a los nuevos depredadores. Los únicos homínidos que han podido sobrevivir en un entorno de jungla son los humanos modernos, gracias “a nuestras adaptaciones conductuales y tecnológicas”.

La nueva investigación muestra así que H. erectus no sobrevivió lo suficiente como para interactuar con humanos modernos en Java. Además, como Ngandong es el yacimiento de aquella especie más joven conocido, “no hay evidencia de que H. erectus se haya encontrado con humanos modernos”, manifiesta Ciochon.

Sin embargo, en un estudio publicado en la revista Cell, un grupo internacional de científicos demostró que los denisovanos se cruzaron con los humanos modernos y una especie más antigua, transmitiendo una señal residual de cerca del 1 % de ADN arcaico. “Esta especie más antigua probablemente fue H. erectus. Se especula ahora sobre dónde y cuándo los denisovanos se encontraron con Homo erectus y cuáles fueron los resultados de esas interacciones”, concluye el paleoantropólogo.