Quiroga-Guibert

Quiroga-Guibert

Qué raro es todo! por Álvaro Guibert

El Madrid del Quiroga

20 mayo, 2019 11:24

A las presentaciones de discos del Cuarteto Quiroga uno va esperando algo diferente y rara vez vuelve decepcionado. Esta vez, tampoco. El que acaban de presentar (Cobra 0067), que se titula Heritage, es un disco verdaderamente nuevo. Contiene cuartetos de cuerda de Luigi Boccherini, Gaetano Brunetti, João de Almeida y Manuel Canales. Entonces, ¿por qué digo nuevo, si Boccherini es repertorio y de los otros tres hemos oído ya bastante música y hemos visto sus figuras recuperadas y reivindicadas? Porque el rescate de los musicólogos no basta, por bien que se haga. Ni siquiera es bastante la calidad que tenga sobre el papel la música rescatada. El acto recuperador no ocurre hasta que esa música suena en una interpretación convincente, creativa, con articulación y matización obsesivas, con fraseo seductor, acierto en el estilo y, sobre todo, fe fanática, sin asomo de duda, en el valor de lo que se está tocando. Es la forma de tocar a la que estamos habituados cuando oímos a un cuarteto de los grandes tocar una obra maestra de un compositor grande.

Eso es lo que hace el Quiroga en este disco y lo que hizo en el concierto-presentación del otro día en el Museo del Prado, usando, por cierto, cuerdas de tripa y arcos barrocos y de transición. El oyente queda con la impresión de que Canales, Almeida y Brunetti le hablan desde el mismísimo Olimpo y que Boccherini comparte de verdad con Haydn la paternidad de este género maravilloso que es el cuarteto de cuerda. El mérito es de la música, claro está, pero también, como diría Falla, de quien me la dio a entender. Recuperar de verdad está al alcance de pocos intérpretes.

Por otra parte, este disco es un pastel con dos guindas: el Kyrie de la Misa de difuntos de Cristóbal de Morales, que se da de propina, y la explicación que escribe en el librito el autor intelectual del proyecto, el musicólogo Miguel Ángel Marín. La dio con igual lucidez en la Sala 32 del Museo del Prado, rodeado de goyas, con La familia de Carlos IV a la espalda. La idea es que, en las cortes ilustradas de Madrid y alrededores, visitadas repetidamente por Goya, hubo grandes músicos contribuyendo al nacimiento y asentamiento del cuarteto: Boccherini en la corte del Infante Don Luis, en Arenas de San Pedro, Brunetti y Almeida en la del Príncipe de Asturias y después rey, Carlos IV, el borbón músico, y Manuel Canales en la del Duque de Alba. Entre las cunas y primeras camas del cuarteto de cuerda -Eszterháza, Viena, París, Londres...- hay que hacerle un sitio a Madrid.

Marín ve un paralelismo entre el oficiode Goya como retratista real y el de los maestros cuartetistas: el retrato es una actividad íntima, que se hace de cerca; el retrato es cámara, como el cuarteto, y Goya es pintor de cámara también por eso.  Bonito, ¿no?

Mayorga-RAE

Mayorga seduce con su discurso de ingreso en la RAE

Anterior
silva-trujillo

Una nueva detective llega a la ciudad

Siguiente