El incomodador por Juan Sardá

Taratuto se reconstruye

23 enero, 2015 16:34

[caption id="attachment_990" width="560"] Diego Peretti protagoniza Reconstrucción[/caption]

Conocido por sus comedias a "woodyallenescas", y también muy argentinas, No sos vos soy yo (2004) o Un novio para mi mujer (2008), Juan Taratuto (Buenos Aires, 1971) ha triunfado con sus personajes neuróticos y desquiciados en películas centradas en los dilemas amorosos que tienen bastante gracia. El director cambia totalmente de tercio con Reconstrucción, en la que adivinamos la mirada más personal del artista y donde nos cuenta la historia de un hombre en sus 40 que atraviesa una profunda crisis personal. Diego Peretti, muso del cineasta, encarna con fascinante economía de recursos la situación de alienación de un hombre sin ilusión por la vida cuya existencia cambia cuando recibe la llamada de un viejo amigo: "Es una película muy áspera que está muy relacionada con el momento en que fue escrita", nos explica Taratuto. "Empecé con esta historia en la clínica en la que estaba muriendo mi padre y me llevó mucho tiempo escribirla. Es una película sobre el dolor y la pérdida que me salió de las entrañas y me sirvió para matar fantasmas".

El áspero Peretti se reencuentra en un gélido paisaje argentino con un amigo de la infancia, su mujer y sus dos hijos. Al cabo, descubre que su amigo es víctima de una enfermedad mortal y Reconstrucción nos cuenta precisamente cómo ese hombre encallecido que ha perdido la conexión con sus sentimientos vuelve a sentirse vivo: "Es un hombre que ha roto vínculos con lo afectivo y se ha dedicado a alejarse de todo contacto humano. El trabajo de Diego fue fundamental desde el guión y sobre todo nos dedicamos a quitarle diálogo, era siempre menos, menos, menos... Hay gente que la considera una película muy triste pero yo no estoy de acuerdo, tiene ese tono seco pero acaba siendo una película luminosa, transita el dolor pero hay un final optimista porque los personajes salen adelante. Es también una historia de amor de dos personas que se encuentran en sus soledades".

Desde la primera escena, en la que Peretti parece un desalmado, el espectador poco a poco va entendiendo a un personaje de entrada antipático: "Mes gustan las primeras escenas disruptivas y que cuentan mucho del personaje. Quiero que la gente se pregunte ¿qué le pasa a este tipo? Lo veo como un lobo estepario que regresa a la ciudad. Cuando uno empieza entender que los comportamientos humanos son la consecuencia de algo, entendemos mejor las reacciones de las demás". No solo Peretti está roto, también esa familia devastada por la muerte del padre en la que el protagonista acabará teniendo un insospechado papel de salvador que le salva a sí mismo: "Me interesaba hablar de esa familia tan armónica, tan bien ordenada, que funciona muy bien alrededor de la figura del padre y cómo de repente todo eso se destruye. Al principio vemos un contraste entre esa familia vital y él pero después es precisamente él quien puede a volverla a coser". Bella película Reconstrucción

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