Image: Louise Bourgeois y la estrategia de la araña

Image: Louise Bourgeois y la estrategia de la araña

Exposiciones

Louise Bourgeois y la estrategia de la araña

Estructuras de la existencia. Las celdas

18 marzo, 2016 01:00

Detalle de In and Out, 1995

Patrocinada por la Fundación BBVA. Museo Guggenheim. Avenida Abandoibarra, 2. Bilbao. Hasta el 4 de septiembre

Tras su paso por la Haus der Kunst muniquesa y el Garage moscovita, el Guggenheim alberga las 'celdas' de Louise Bourgeois. La serie de obras que puede considerarse precedente de las "arañas", aunque íntimamente conectada con ellas, y que desarrolla los elementos clave del discurso artístico de la artista franco-americana.

Me ha costado elegir cuidadosamente cada palabra del párrafo anterior, que sería el típico comienzo de un texto de agencia de noticias, neutro y enunciativo, porque las celdas son ¿esculturas? ¿instalaciones? ¿construcciones? Y esto hace de Bourgeois una ¿escultora? ¿diseñadora? ¿escenógrafa? En uno de sus más conocidos textos de los años setenta, La escultura en el campo expandido, Rosalind Krauss establecía la contraposición entre escultura y arquitectura. El texto corresponde a una breve etapa estructuralista de Krauss y en el mismo aborda el análisis de la escultura americana de los años sesenta como una pura exclusión, la suma de dos negaciones: del paisaje y de la arquitectura.

La doble negación puede aplicarse también a las alrededor de sesenta piezas que componen la serie 'celdas' de Bourgeois. De hecho, mi visita a las salas que albergan la exposición fue previa a la finalización del montaje y en ellas aparecían, extendidas en el suelo, las plantillas para la instalación de las piezas que aún quedaban por montar. La plantilla es la marca de un espacio no creado. Literalmente, de un recinto, que Bourgeois delimita en cada caso con diferentes materiales reutilizados, rechazando con ello la noción romántica de una autoría reconocible en la factura. El nombre de la serie (habría que denominarlo el concepto o, como propone Mieke Bal, el objeto teórico) surgió en la muestra de las piezas numeradas del I al VI en el Carnegie International de Pittsburgh en 1991. Por primera vez desde entonces, las seis piezas se muestran juntas.

¿Tendríamos que denominar, entonces, a Louise Bourgeois arquitecta? Mieke Bal aborda esta cuestión en un análisis sobre la narratividad en las 'arañas'. Porque si bien el término 'arquitecta' no parece muy funcional, está claro que la arquitectura es convocada y a la vez puesta en cuestión en las celdas. Para su construcción, utilizó desde materiales que tenía almacenados en su casa hasta otros que recogía en el vecindario; entre ellos, un enorme depósito de agua, construido en madera, convertido en Líquidos preciosos, de los que coronaban habitualmente los grandes edificios neoyorquinos. El término mismo hace mención a un espacio cerrado, al tiempo que a la seriación. La celda es el espacio reducido donde se aloja a los miembros de una congregación religiosa, o a los internos de una prisión. Es, por tanto, un lugar de recogimiento y de castigo, de protección y represión. De espiritualidad y penitencia. Un lugar, en suma, del pensamiento. Para pensar y hacer(nos) pensar.

Red Room (Child)

En estos recintos deposita Bourgeois retazos de su propia existencia, tanto en lo biográfico como en lo emocional. Porque lo biográfico no está narrado en las distintas piezas, como si fueran los capítulos de un libro, sino depositado en ellas a través de objetos que formaron, en algunos casos, parte de la vida de la artista. En otros remiten de manera simbólica a aspectos de la construcción del yo como son las emociones, la angustia, el dolor y el miedo al abandono. Lo que vemos son retazos inconexos que tienen más que ver con la elaboración del trauma que con el relato de los recuerdos.

Los espejos (clara referencia psicoanalítica) son un elemento común en varias de ellas, como el sillón, metonimia de la figura paterna, las prendas de vestir o las figuras que representan el arqueamiento del cuerpo que, según Jean Martin Charcot, (el célebre neurólogo de finales del XIX) se producían durante los procesos de histeria, enfermedad del género femenino 'inventada' por él.

La casa familiar, reproducida en Celda (Choisy) con una delicada maqueta en un mármol rosa que casi tiene la tonalidad de la piel; el recuerdo de la madre, revivido repetidamente a través de unas manos femeninas que acogen entre ellas a otras de menor tamaño; la figura fallida del padre y su relación extramatrimonial con la niñera que cuidaba de la pequeña Louise. Y el negocio familiar de fabricación y reparación de tapices, albergado en un pequeño pabellón adosado y que es evocado reiteradamente mediante la colocación en las distintas celdas de bobinas de hilos de distintos colores o de restos deshilachados colocados sobre el sillón paterno o en la malla que cierra Spider (1997). Hilos que se extienden, se entrecruzan, conectan entre sí formas orgánicas al principio indiferenciadas pero que poco a poco van dando lugar a la aparición del nuevo tema de la obra de Bourgeois: la araña. La araña como representación de la figura materna. La araña como sólida estructura que acoge y protege algunas de las celdas, o como elemento de pequeño tamaño que resulta apenas visible en un rincón.

La muestra se complementa con una Wunderkammer, un gabinete de curiosidades en el que se recogen parte de los objetos que la artista atesoraba para incorporar a sus obras o maquetas de algunas de las piezas realizadas, como las escaleras que instaló en la sala de turbinas de la Tate. Como colofón, la última sala alberga una serie de dibujos, hechos en sus últimos meses de vida, en los que se aprecia, a través de los textos que figuran en ellos junto a formas abstractas, el proceso de clausura de la vida: Todo lo regalo es el título que los reúne.

@esprz