Image: El legado de Sol Lewitt

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Exposiciones

El legado de Sol Lewitt

Wall drawings y gouaches

17 septiembre, 2010 02:00

WD # 786, 1995

Galería Juana de Aizpuru. Barquillo, 44. Madrid. Hasta el 15 de octubre.

Juana de Aizpuru abre temporada y prosigue las celebraciones de su 40 aniversario con una muestra individual del norteamericano Sol Lewitt (Hartford, Connecticut, 1928 - Nueva York, 2007). Considerado uno de los principales fundadores del arte mínimal desde su óptica más conceptual, su numerosísima obra es una de las más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. Los rasgos capitales de su trabajo son la preferencia por los modelos geométricos más simples y su capacidad para combinarlos; la calidad, cualidad y diversidad cromática de sus piezas; la funcionalidad individual y el coherente encadenamiento de las obras que componen cada una de sus series; la voluntad declarada de que lo fundamental es la idea y la composición de su diseño y no la habilidad artesanal para la realización física de la pintura o la escultura y, por último, el carácter efímero de muchas de sus piezas, destinadas a ser contempladas pero nunca poseídas.

La galería ha optado por mostrar un reducido grupo de gouaches fechados el año 1990, de los que destaca la gracia en las combinaciones de color, así como cierto toque de singularidad en su modo de extenderse y empapar el soporte de papel. Las demás obras son tres Wall Drawing (Dibujos de pared) seleccionados o adaptados especialmente para esta ocasión, realizados, como todos -desde aquel primero que el artista realizó en 1968 en la Galería de Paula Cooper de Nueva York-, por ayudantes. Coinciden en el uso único del negro de fondo y el lápiz de cera blanda blanco y en el encuadre de todas sus figuras en un cuadrado original. Por cierto, que ver trabajar a los ayudantes, desde la preparación de la pared, allanándola y lijándola, hasta el trazo de líneas perfectas y milimétricamente ajustadas, cabe suponer la estricta formación y las cualificaciones que el artista exigió y hoy exigen los responsables de su legado. Nunca resultan frías gracias a la excelencia de su realización.

Dos de los Wall Drawing son de la segunda mitad de los setenta. El más antiguo, WD#294, se ha adaptado al espacio de la galería reduciendo sus ocho modelos originales a tan sólo seis: cuadrado, triángulo, trapezoide, paralelogramo y rectángulo. El WD#312, de 1978, es un dibujo en dos partes: la primera son contornos de círculos, cuadrados y triángulos sobrepuestos; la segunda, contornos de rectángulo, paralelogramo y trapezoide sobrepuestos.

La obra más relevante es el WD#786, de 1995, sobre la que el artista nos informa, en la misma pared del mural, del sistema de su composición y sus posibilidades combinatorias. Son combinaciones de dos arcos trazados desde las esquinas y los lados de un cuadrado, establecidas de acuerdo a una serie que los emparenta según el orden 1 con 2, 1 con 3, 1con 4 y así hasta cubrir luego el 2, posteriormente el 3 y llegar hasta el 7. Las 28 combinaciones aparecen representadas con y sin cuadrado para formar así el dibujo del mural que luego ha sido realizado en grande a su izquierda. Espectacular y, como quería el artista, proporcionándole al espectador la información pertinente, no instruyéndole.