Image: Perejaume y el oráculo

Image: Perejaume y el oráculo

Exposiciones

Perejaume y el oráculo

9 junio, 2005 02:00

Ensayo de Mimología Forestal, 2005. Vídeo

Joan Prats. Rambla de Cataluña, 54. Barcelona. Hasta el 15 de septiembre. de 2.700 a 18.000 e.

El árbol es un ser parlante… Pero pasa desapercibido y nadie lo escucha o puede escucharlo. El rumor de las ramas batidas por el viento quiere decir algo… Habla una lengua, mas hemos perdido el don de entender su significado. De la misma manera que tampoco comprendemos las vibraciones de nuestros pasos sobre el suelo. Y es que los tiempos modernos han vaciado de contenido el alma de las cosas. Sin embargo, aun oculta, los árboles, las montañas, las piedras, poseen una dimensión sagrada. Y ésta es la exploración de Perejaume en la búsqueda de un lenguaje esencial, primigenio, puro y mítico.

La exposición se ha planteado prácticamente como un itinerario iniciático. Las primeras imágenes aluden precisamente a una noción de malestar por la producción artística de hoy en día y por el trabajo del artista. Perejaume plantea el problema de la saturación de imágenes, de la confusión entre arte y comunicación, de la mecanización de las exposiciones... En este sentido, una de las piezas clave es aquella cuyo título se puede leer como toda una declaración de principios: ¿Nunca llegaremos a alguna imagen donde nos sea posible descansar? Intuyo que Perejaume se manifiesta contra la progresiva erosión y vulgarización de las imágenes y el arte. Por esta razón, parte de la galería se ha dejado a oscuras y sin colgar cuadros, como buscando un espacio para el silencio.

El término del recorrido de la exposición es un vídeo, Ensayo de mimología forestal, que es la llave que da sentido a la muestra. En palabras del artista, éste se describe como un "(…) ensayo de trascripción del sonido de un bosque". La obra consiste en un texto poético de Perejaume sobreimpreso como contrapunto a las imágenes del movimiento de las ramas de los árboles. Como él mismo dice, se da la palabra al bosque. Aquí se explora una dimensión mítica, simbólica: el árbol, que hunde sus raíces en el secreto de lo subterráneo y eleva su copa hacia el exterior y hacia lo alto, expresa la energía de la tierra misma y está cargado de fuerzas sagradas. Es la misma imagen del oráculo, portador de un mensaje oculto. Las referencias clásicas que cita Perejaume (el santuario de Zeus, Homero, Esquilo, Virgilio) corroboran este enfoque y contribuyen a explicar esta intencionalidad mítica, este deseo de recuperar un lenguaje sagrado.

Me pregunto, sin embargo, sobre la naturaleza de este carácter sagrado. Lo que da sentido a Verdaguer y a Gaudí en el contexto de la obra de Perejaume es su dimensión religiosa, lo mismo que ocurre con la cultura clásica. ¿Es posible un lenguaje de lo sagrado sin este sentimiento religioso? No lo sabría decir. Acaso Perejaume nos hable exclusivamente de la nostalgia de algo perdido e irrecuperable. En todo caso, una de las imágenes del artista es la del árbol cuyo tronco, asentado sobre la tierra, se dirige a las alturas, a lo celeste.