Image: Louvre Abu Dhabi. Homenaje al padre

Image: Louvre Abu Dhabi. Homenaje al padre

Arte internacional

Louvre Abu Dhabi. Homenaje al padre

5 enero, 2018 01:00

Vista de sala con la Diana de Versalles, c. 330 a. C. Foto: Erik Hesmerg. © Louvre Abu Dhabi

Poco más de un mes después de su apertura al público, el Louvre Abu Dhabi inaugura su primera exposición temporal, con la que subraya su lazos con el museo matriz y desliza un mensaje sobre su estatus de obsequio que un "monarca ilustrado" (el jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan) hace a su pueblo y al orbe.

De un Louvre a otro -título de la muestra- hay cerca de 7.000 kilómetros y una gran brecha cultural y política. No importa: los intereses comerciales de Francia y los ahogos presupuestarios de sus museos públicos han propiciado un acuerdo sin precedentes. Existen ya otras muchas franquicias museísticas en el mundo pero ninguna con términos económicos ni siquiera cercanos a los de este acuerdo, ninguna ligada a un programa de cooperación gestionado a nivel gubernamental y ninguna fruto de una coalición de museos, entre ellos el Centro Pompidou, el Museo de Orsay, el Museo del Quai Branly, el Palacio de Versalles o el Museo Rodin que, bajo el paraguas de la Agencia France-Muséums y liderazgo del Louvre, no solo han depositado obras en el nuevo museo emiratí sino que también prestan asesoría y piezas para las exposiciones, cuatro al año, que organizarán con destino a él durante tres lustros. Se vislumbra ya que la estrategia de atracción de visitantes del LAD no se fundamentará en las muestras blockbuster sino en su edificio y sus obras "propias", siendo la programación de temporales un complemento para profundizar en las líneas dibujadas por la colección. El proyecto está rodeado de espinas, siendo la más punzante la intolerable explotación de trabajadores asiáticos en la edificación, pero hay que reconocer que también es resultado de algunas decisiones inteligentes, como este concepto de programa y como la apuesta por los fondos: la marca Louvre se perderá en 2027, y Abu Dhabi espera tener para entonces una colección de primer nivel que lleva ya años construyendo. Y está comprando bastante bien.

Vista de sala. Foto: Erik Hesmerg. © Louvre Abu Dhabi

El conjunto arquitectónico, diseñado por Jean Nouvel, es extraordinario. Propicia una experiencia muy sensorial: agua por todas partes, luces matizadas y un incesante concierto de pájaros sobre el disco calado que da sombra a los diferentes bloques. La isla en la que se encuentra, Al Saadiyat (Felicidad), está alejada del centro y aún poco edificada, pero ya llegan a ella el autobús turístico y -tiene embarcadero- los cruceros locales. Sí, la visita al museo produce felicidad, por los deleitables espacios y por la narrativa que trazan las obras, en su gran mayoría de excelente calidad aunque no a menudo de importancia capital: una optimista y falseada historia de la humanidad marcada por los intercambios, las confluencias y los avances compartidos, que se sigue con facilidad e interés y brinda momentos brillantes en el diálogo entre piezas de diferentes culturas. ¿Es cándida esta visión? No, sino muy calculada. Abu Dhabi prepara su reconversión en potencia turística cuando se le agote el petróleo y quiere apuntalar a través del arte una imagen de país tolerante y cosmopolita, algo que no le resulta del todo fácil. Es una monarquía autocrática en la que cualquier forma de contestación es duramente reprimida y la desigualdad en derechos entre nativos -20% de la población- e inmigrantes es muy marcada.

Similarmente, esta primera exposición temporal es ante todo un mensaje institucional. Comisariada por Jean-Luc Martinez, presidente-director del Louvre, y Juliette Trey, su conservadora de Artes Gráficas, acierta a relatar la creación del museo francés y su evolución de colección real a museo universal, pero dista mucho de ser apasionante y hay en ella muchas piezas de segunda categoría, con predominancia del arte cortesano y académico francés del siglo XVIII. Pocas obras dignas de mención más allá de las de Rubens, Chardin, Vernet o Corot. Se trata, ante todo, de recalcar el ilustre abolengo -como pretendido hijo de la Ilustración- del LAD, equiparando además, discretamente, la voluntad regia que está en el origen del Louvre francés con la dadivosidad cultural de la dinastía reinante en el emirato. El padre del actual monarca, Zayed, no solo da nombre al museo nacional proyectado en Saadiyat -con trazas de Norman Foster- sino que su presencia emana a todo el complejo del LAD desde su corazón: tras una vitrina en el patio central, vemos dibujada por Giuseppe Penone su huella dactilar, que se expande en una línea espiral infinita.

Vista de sala. Foto: Erik Hesmerg. © Louvre Abu Dhabi

La muestra quiere también subrayar cómo el LAD ha heredado de su matriz la ambición de convertirse en "museo universal", quizá, en parte, para avalar la adquisición masiva de importantes obras de arte de todos los continentes, cuyo efecto sobre el mercado y el coleccionismo público en los países occidentales puede preocupar a más de uno.

Hay que tener en cuenta que los emiratíes nunca habían visto en su tierra obras de arte de este calibre. En Abu Dhabi no existía antes un solo museo que mereciera tal nombre. Tampoco hay galerías ni programaciones expositivas reseñables, exceptuando la Art Gallery de la New York University, también en el dorado gueto cultural-turístico de Sadiyat. Sin embargo, no todos se beneficiarán de este gran avance patrimonial. Aquí no aplica aquello de "Libertad, igualdad, fraternidad" y éste no es un museo para todos, como la Francia revolucionaria que abrió las puertas del antiguo palacio real en París habría comandado. El precio de entrada, 60 dirhams (unos 15 euros, lo mismo que el museo de allí) es prohibitivo para gran parte de ese 80% de población inmigrante. La inversión es brutal: cerca de mil millones de euros en el edificio y otro tanto en pago a los museos franceses, en 30 años. Lo compensarán, o en ello se confía, los turistas que peregrinan ya hacia allí, sin aglomeraciones, tras divertirse en la isla de Yas, el distrito de los parques de atracciones.

@ElenaVozmediano