Image: Benelux, viaje al centro de la mejor escena europea

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Arte internacional

Benelux, viaje al centro de la mejor escena europea

En Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo se encuentra el mejor contexto para el arte contemporáneo europeo y muchas de las instituciones más potentes del continente

26 julio, 2016 02:00

Bermuda es una de las obras de Gabriel Lester en De Appel, Ámsterdam

Finalizamos nuestro camino francés en París, en cuya Gare du Nord tomaremos un tren que nos dejará en Centraal Station de Ámsterdam en tan sólo tres horas. La capital neerlandesa es uno de los lugares más atractivos de Europa para ver exposiciones de arte. Su escena institucional, liderada por el Stedelijk Museum, ha sido históricamente una de las más activas, y el ámbito privado no lo es menos, con un buen número de grandes coleccionistas y un puñado de galerías potentes. No es Londres y tampoco es París, pero en proporción, es una gran capital del arte.

Llegados a la estación podemos cruzar a Amsterdam Noord donde en EYE, el museo del cine, puede verse durante este verano una muestra dedicada a Robby Müller, el célebre cámara holandés de directores como Jarmusch, Wenders, Lars Von Trier o Steve McQueen. Müller tiene importantes clásicos en su currículum, como Down by Law, de Jarmusch, o Paris, Texas, de Wenders. La muestra tiene como punto fuerte un conjunto de cintas de vídeo que contienen una suerte de diario de la vida del cineasta.

Ya en tierra firme la primera parada será en De Appel, donde el ubicuo artista holandés residente en Shanghai Gabriel Lester presenta una muestra que coincide con la llegada del nuevo director de la institución, el belga Niels van Tomme, que tratará de poner orden en el caos reinante en la institución. El proyecto de Lester no rehúye la polémica que ha suscitado el cese del anterior director, Lorenzo Benedetti, las protestas de la comunidad artística, los litigios del patronato... hasta el punto de formar parte de las narrativas que plantea en la exposición. Ésta se plantea como una pregunta abierta, como una posibilidad que puede adquirir soluciones imprevisibles. Está bien arraigada en su contexto, la ciudad y el mundo del arte de Ámsterdam. Es tal la heterogeneidad y la multiplicidad de herramientas a las que acude Lester que a veces resulta en exceso ambivalente, diluida la singularidad que alguna vez tuvo.

En el Stedelijk puede verse una muestra comisariada por Rudi Fuchs, antiguo director del museo, en la que reúne obras pertenecientes a las colecciones estatales holandesas. Bajo el título Excitement, Fuchs toma obras procedentes del propio Stedelijk (compradas tal vez por él), el Van Abbemuseum de Eindhoven y el Gemeentemuseum de La Haya. Además, los visitantes al museo podrán ver el trabajo de uno de los artistas más aclamados -y algo manidos- del momento, Jon Rafman. Presente también en la Bienal de Berlín y en Manifesta, el canadiense ha realizado un proyecto que pertenece al ciclo Stedelijk Contemporary, dedicado a jóvenes artistas y del que han formado parte Avery Singer o Bernardette Corporation. Pronto lo hará Magali Reus.

Los que no pudieran ver la exposición que la Fundación Mapfre dedicó a Stephen Shore podrán hacerlo ahora en Huis Marseille, el museo que dedica su actividad a la fotografía. Shore es un gigante del medio, un artista que centró su interés en lo que resultaba anecdótico, cuando no indecente, para la inmensa mayoría de sus contemporáneos; fue el gran fotógrafo del color, uno de los pocos que se atrevió a denostar el blanco y negro a principios de los años setenta, cuando su carrera marchaba ya viento en popa a pesar de contar tan sólo con veinte y pocos años.

La exposición de Stephen Shore que vimos en la Fundación MAPFRE puede verse ahora en Huis Marseille, Ámsterdam

Dejamos Ámsterdam y nos dirigimos hacia el sur donde pararemos en La Haya. Aquí, Constant y Bridget Riley son las apuestas del Gemeentemuseum de La Haya para este verano. La del primero es la misma exposición que pudo verse en el Museo Reina Sofía este año, una muestra excelente. La segunda es un recorrido extenso por cinco décadas de pintura de la artista inglesa. Su muestra, titulada The Curve Paintings 1961-2014 revela todas las características de su obra, alojada en la tensión entre el color y la forma.

Seguimos hacia el sur y hacemos parada en Róterdam, donde la mejor propuesta es la del Witte de With, que tiene una serie de muestras individuales entre las que destacan la de la libanesa Marwa Arsanios y, sobre todo, la de la estadounidense Lucy Skaer. La de Arsanios se enmarca en un ciclo de proyectos que recorre el archivo de actividades del museo desde sus inicios (recordemos que la institución tiene ya un largo recorrido a sus espaldas y ha sido liderada por profesionales como Catherine David, Bartomeu Marí o Nicolaus Schafhausen). Fue aquí donde Catherine David puso en marcha su proyecto Contemporary Arab Representations, y a él se acoge Marwa Arsanios para analizar desde su mirada contemporánea el modo de percibir el lugar que ocupan las representaciones del mundo árabe en el imaginario colectivo occidental.

Otro de los proyectos en marcha es el de Lucy Skaer, una de las artistas más interesantes del panorama escultórico internacional. Si el proyecto de Arsanios se adhiere a la historia del museo, el de Skaer petenece al ciclo Para I Fictions, en el que se trenza una relación entre la literatura y las artes visuales. Skaer presenta un conjunto de nuevos trabajos que nacen de su interés en Las olas, de Virginia Woolf, una novela en la que las personalidades de seis amigos se entremezclan formando sugerentes imágenes de la psique humana. La escultura de la artista estadounidense está realizada con materiales procedentes de muy diferentes contextos y circunstancias. Y aunque este proyecto sea específico para esta institución, la narrativa de Woolf bien podría alumbrar el conjunto de su obra escultórica.

Sigamos hacia el interior del país en dirección a Eindhoven, pero pararemos en Tilburg, donde se encuentra la Fundación De Pont. Aquí puede verse un proyecto de Joep van Lieshout, fundador del Atelier Van Lieshout y uno de los artistas más importantes de los Países Bajos. Van Lieshout es un artista cuyo trabajo se encuentra en un terreno ambiguo entre las artes visuales y el diseño industrial. Su obra mezcla un talante utópico con un atmósferas radicales. Es un espejo en el que mirar nuestra sociedad, un espejo que a menudo devuelve una imagen dantesca.

El Van Abbemuseum de Eindhoven es una de las instituciones más potentes de Europa. Su programa es heterogéneo y sus formatos de exposición se encuentran entre los más alejados del lugar común, un verdadero laboratorio de prácticas. Puede verse estos meses una muestra sobre las Guerrilla Girls y una mirada abierta y compartida con otros centros sobre el arte de los años ochenta, realizado en el marco de L'Internationale, el consorcio de museos europeos del que el Van Abbemuseum forma parte. Es un proyecto integrado por exposición, presentaciones, archivos, simposios y proyecciones desde la multiplicidad de perspectivas que puede deparar un tema tan amplio como es el del arte del los ochenta. Además, dos proyectos de los artistas Daniela Ortiz y Boudry/Lorenz; una amplia presentación de la colección -formidable- del centro y un proyecto sobre arte público que pretende combatir los embates neoliberales completan el programa para este verano de este singular museo.

Las Guerrilla Girls exponen su obra en el Van Abbemuseum de Eindhoven

En el extremo sur del país, clavado entre tierras belgas y alemanas, el Bonnefantenmuseum de Maastricht presenta una relectura de su colección desarrollada por el dúo holandés gerlach en koop, dos artistas que practican un minimalismo radical. Merece la pena el viaje a este museo, donde también puede verse una presentación más amplia de otros fondos de la institución.

Retrocederemos hacia el norte para visitar un proyecto importante en la ciudad de Arnhem, Sonsbeek '16, un legendario programa de arte que tiene una periodicidad algo errática. En esta edición, los directores artísticos son el colectivo indonesio ruangrupa. El proyecto consta de un proyecto de escultura pública en el Sonsbeek Park, intervenciones en el centro de Arnhem y una exposición en el Arnhem Museum que, a través de la obra de 10 artistas internacionales, se propone diferentes lecturas en torno a la percepción normativa de la Historia.

En las afueras de Otterlo, una pequeña localidad cerca de Arnhem, se encuentra otro de esos lugares extraordinarios del arte en Europa, el Kröller-Müller Museum. En su maravilloso parque de esculturas, uno de los más antiguos del continente, puede verse una nueva instalación de La Saison des Fêtes, un proyecto de Pierre Huyghe que produjo para el Palacio de Cristal del Reina Sofía en 2010. Se trata de una estructura circular en la que conviven plantas de todos los rincones del planeta que aluden a festividades y tradiciones vernáculas. La estructura permite el crecimiento simultáneo de todas las plantas, y, así, el calendario se pervierte y las temporalidades se mezclan, enturbiando y dificultando las incursiones de las prácticas capitalistas en la cotidianeidad de las personas. Un bonito proyecto de Pierre Huyghe realizado cuando ya era un gran artista, sí, pero no la superestrella en la que le convirtió su intervención de Documenta, dos años después de esta.

La estación de las fiestas, de Pierre Huyghe, reinstalada ahora en el Kröller-Müller Museum de Otterlo, en los Países Bajos

Demos el salto a Bélgica, otro gigante institucional y uno de los países en los que las prácticas institucionales y comerciales se desarrollan con cierta sobriedad pero con una asombrosa fluidez. Nuestra primera parada será en Amberes, donde el M HKA propone la exposición Energy Flash, un recorrido por las relaciones entre el arte y la cultura de club que tiene su origen en el libro homónimo de Simon Reynolds, uno de los textos esenciales para entender el fenómeno de la rave y la cultura de baile. La muestra se centra en la música pero también trasciende esta disciplina para adentrarse en terrenos sociales e ideológicos. La muestra cuenta con trabajos de artistas consagrados como Mark Leckey, Jeremy Deller y otros más jóvenes como Aleksandra Domanovic. También forma parte de la muestra el trabajo de Irene de Andrés, con sus reflexiones en torno a la deriva de la escena de su Ibiza natal.

En el oeste del país, en esa ciudad encantadora y decadente que es Ostende, puede verse una muestra de Honoré d'O que recorre obras de las últimas dos décadas de trabajo del artista y la experiencia fenomenológica que dimana de su tratamiento de materiales industriales.

De vuelta hacia el centro, ya de camino a Bruselas, la parada en Gante es obligatoria. Ahí, el SMAK, otro de los grandes centros europeos, presenta una exposición de Zvi Goldstein, uno de los artistas israelíes más importantes de las últimas décadas. La muestra ofrece un recorrido por 4 décadas de trabajo, desde aquellas primeras exploraciones del arte conceptual realizadas cuando vivía en Europa en los setenta hasta esas otras derivas ligadas al constructivismo, un movimiento que produjo un gran efecto en él al ser la primera propuesta no occidental en insertarse en los discursos del arte moderno. Además, el SMAK programa también la exposición que su director firmó en el Pabellón de Irak de la pasada Bienal de Venecia. Un recorrido por la todavía jovencísima trayectoria del joven Kasper Bosmans completa la oferta del museo a la espera de una de las muestras más atractivas que pueden verse en el próximo otoño, la dedicada a Nairy Baghramian.

Cactus Model, 1991, forma parte de la retrosepctiva de Zvi Goldstein en el SMAK de Gante

Llegamos a Bruselas donde el BOZAR nos recibe con una exposición titulada Facing the Future, 1945-1968, en la que arroja luz sobre las prácticas artísticas que florecieron tras las cenizas de la segunda guerra mundial y hasta las revueltas de finales de los sesenta. Es un gran proyecto compartido entre tres instituciones, el BOZAR, el ZKM y el Museo Pushkin. Se enmarca en otro proyecto más amplio, Trauma & Revival, una iniciativa de estudio e investigación a largo plazo realizada por seis instituciones europeas. Como ven, en la era del neoliberalismo cultural, los museos con afinidades ideológicas se asocian con naturalidad formando grandes consorcios.

Exposiciones en torno a fotógrafos radicalmente opuestos forman parte también del programa de verano de BOZAR. Se trata de James Casebere y Tobias Zielony. El primero es conocido por sus maquetas de arquitecturas que más tarde fotografía y el segundo presenta las obras con las que participó en la pasada Bienal de Venecia.

Al suroeste de la ciudad, en el barrio de Forest, WIELS presenta Foreign Places, una exposición colectiva formada por artistas que han sido en algún momento residentes en la institución. El proyecto, que incluye el trabajo de Patricia Esquivias, quiere pulsar las relaciones con el lugar, con el contexto, en un mundo en el que la itinerancia, la movilidad y la globalidad se imponen sobre la reflexión en torno a lo específico y lo propio. También puede verse una muestra del artista neozelandés Simon Denny, uno de los más activos en la investigación sobre las relaciones entre el arte, el poder y la tecnología. Denny es uno de los artistas más potentes y ubicuos del momento, presente en casi todas las grandes citas del calendario internacional. Finalmente, una exposición de fotografías de Sammy Baloji realizadas en colaboración con Filip de Boeck nos ofrecen una mirada a la situación urbanística actual en el Congo. Las fotografías nos sitúan en un limbo entre los anhelos de la época colonial y las promesas perversas del mundo neoliberal. Esta exposición es continuadora de la realizada por Vincent Meessen, muy ligada a la revisión de la delicada historia colonial belga.

Finalizamos aquí nuestro recorrido por Bélgica y pasamos a Luxemburgo, nuestra última etapa en nuestro viaje por el Benelux. El MUDAM, un museo con una extraordinaria colección, cumple ahora diez años y para celebrarlo vuelve a acudir al artista belga Wim Delvoye, que fue el primer artista en exponer en el museo. Si entonces expuso su célebre maqueta "Chapel", ahora presenta una muestra en dos plantas del museo en la que recorre veinticinco años de trayectoria.

En el Casino Luxemburgo puede verse un nuevo proyecto de Lara Almarcegui con el que vuelve a incitar a la arquitectura a reflexionar sobre sí misma. Veinte toneladas de yeso procedentes de los muros de un espacio anexo conforman ahora una imponente escultura a la que se une uno de sus conocidos recuentos de los materiales con los que se han construido las arquitecturas circundantes.

Le Gypse, 2016, de Lara Almarcegui, en el Casino Luxemburgo

@Javier_Hontoria