Germaine Dulac: 'Ce qu’íl a dit, Ce quìl a fet', 1935. Foto: Museu Tàpies

Germaine Dulac: 'Ce qu’íl a dit, Ce quìl a fet', 1935. Foto: Museu Tàpies

Arte

Germaine Dulac pone en jaque a Adolf Hitler en una película hasta ahora desconocida

El Museo Tàpies de Barcelona le dedica a la realizadora queer una exposición en tres partes y presenta, por primera vez, un filme sobre el dictador alemán.

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Germaine Dulac (Amiens, 1882 - París, 1942) pasa por ser una de las pioneras de la historia del cine, es decir, se trata de una de las pocas mujeres realizadoras a principios del siglo XX en un contexto especialmente masculino. De ella se han llegado a documentar una treintena de películas entre documentales, obras narrativas y piezas experimentales entre 1917 y 1934.

Germaine Dulac. Je n’ai plus rien

Museu Tàpies. Barcelona Comisarias: Imma Merino e Imma Prieto. Hasta el 22 de febrero

Ella, junto a Louis Delluc, Marcel L’Herbier, Abel Gance o Jean Epstein, se identifica con lo que se ha denominado el impresionismo cinematográfico: la primera ola de cine de experimentación en Francia que surge después de la Primera Guerra Mundial como respuesta al cine narrativo y al modelo de Hollywood.

Un grupo que entiende que el cine es un nuevo medio que abre nuevas posibilidades para el hombre contemporáneo y lo reivindica como un gran arte, capaz de explorar los pliegues del yo y mundos interiores que ni la pintura, ni el teatro, ni los folletines decimonónicos –inspirados en el cine narrativo– pueden alcanzar.

Y eso es así porque, según ellos, el cine aporta algo nuevo que le es específico, como el movimiento o el ritmo. La poesía, el alma, los aspectos móviles del mundo tan solo puede ser revelados y observados por el cine.

En la exposición se presentan tres cortos de Dulac –de producción independiente– Disque 957 (1928), Thèmes et variations (1928) y Étude cinégraphique sur une arabesque (1929) que, aunque tardíos, expresan didácticamente ese ideal de cine.

Germaine Dulac: 'Thèmes et variations', 1929. Foto: Museu Tàpies

Germaine Dulac: 'Thèmes et variations', 1929. Foto: Museu Tàpies

Se trata de piezas con un sinfín de recursos ópticos y en las que los encuadres, los movimientos, los ritmos, los juegos de luz y de sombra y los efectos abstractos poseen una especial importancia. Sinfonías visuales que buscan, como la música o la pintura abstracta, la sugestión y la evocación.

Hay un aspecto muy importante en este tipo de experiencias: el sustrato del simbolismo, razón por la cual el impresionismo cinematográfico motivó censuras incendiarias y aparecía como algo trasnochado en los círculos de experimentación posteriores, más agresivos.

Y otra cuestión: el sonoro liquidó este cine basado en la visualidad. Significativamente, en la etapa final de su trayectoria, ya con el sonido, Dulac reorientó su cine hacia el documental como herramienta política, muestra de lo cual es Ce qu’il a dit, ce qu’il a fait (1939), sobre la figura de Hitler.

La exposición posee tres dimensiones. La primera, los cortometrajes mencionados que se exhiben en la sala y la documentación que los complementa. La segunda es el libro con sus textos teóricos que se traducen al castellano por primera vez y la tercera, el ciclo muy completo sobre ella en la Filmoteca de Cataluña.

Germaine Dulac: ' La Coquille et le clergyman, 1928. Foto: Museu Tàpies

Germaine Dulac: ' La Coquille et le clergyman, 1928. Foto: Museu Tàpies

No hace falta reivindicar la figura de Dulac, reconocida en las historias de cine al uso, pero sí es necesaria una exposición como esta que contribuya a resituarla y releerla.

Además de las piezas mencionadas se presenta un trabajo de creación de la cineasta Mercedes Álvarez que, a partir del análisis de Dulac, explora el subtexto, esto es el deseo femenino, evidente en ocasiones, subliminal en otras, así como el masculino, visto desde la perspectiva de una mujer que sabemos que era lesbiana.

Germaine Dulac:  'La Coquille et le clergyman', 1928. Foto: Museu Tàpies

Germaine Dulac: 'La Coquille et le clergyman', 1928. Foto: Museu Tàpies

Las comisarias insisten en presentar a Dulac como la realizadora del primer filme surrealista antes del surrealismo o como una figura queer, un término sin significación en aquella época. No es la primera vez y, sin duda, funciona como eslogan, pero, ¿acaso no merecería una explicación más pormenorizada?