Maren Hassinger: 'Bolsas Rosas', 1998. Foto: Juan García

Maren Hassinger: 'Bolsas Rosas', 1998. Foto: Juan García

Arte

Senga Nengudi y Maren Hassinger, dos artistas pioneras destinadas a compartir

Esta exposición en el IVAM de Valencia muestra una historia de aliento, cuidados y apoyo inquebrantable de dos mujeres creadoras negras y destinadas a la exclusión.

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La historia de una amistad trenza esta interesante exposición. Desde finales de los años setenta, las escultoras Senga Nengudi (Chicago, 1943) y Maren Hassinger (Los Ángeles, 1947) iniciaron un puente de colaboración que les ha permitido la supervivencia en la actividad creativa.

Senga Nengudi y Maren Hassinger

IVAM. Valencia. Comisarias: Nuria Enguita y Lucía Aspesi. Hasta el 2 de noviembre

Dos textos firmados por Maren (Manifesto, 2006) y por Senga (Maren and Me, 2009) al inicio de la muestra dan cuenta de sus coincidencias, también más allá del terreno artístico. Ambas compartían formación en danza, que se plasmaba en el carácter performativo de su experimentación en las estelas posdadaístas, en el caso de Nengudi, y posminimal, en el de Hassinger. Y se mantuvieron unidas, “íntegras y creativas”, haciendo frente primero a la maternidad y después al cuidado de sus madres mayores, incluso a pesar de la distancia, cuando dejaron de vivir en Los Ángeles.

Como han contado en conferencias en los últimos tiempos, durante años pasaron horas al teléfono, compartiendo “procesos e ideas comunes”. Una historia de aliento, cuidados y apoyo mutuo, inquebrantable, de mujeres artistas negras destinadas a la exclusión.

Pese a esta continua colaboración, nunca han firmado juntas. Aunque los vasos comunicantes terminen evidenciándose al final de esta exposición, que es una síntesis muy inspiradora para presentar sus diferentes trayectorias entrelazadas con obras importantes, incursiones contextuales y grandes instalaciones.

De Nengudi, más conocida en nuestro país por su inclusión en los manuales de arte feminista, se presentan dos piezas excelentes de su serie R.S.V.P. (se ruega contestación): arreglos con medias de nailon rellenas de arena –emuladas con gran éxito por Ernesto Neto décadas más tarde, hasta que la popularización de Nengudi le hizo abandonar esa serie–, que la artista comenzaría a tensar en las paredes después de tener su primer hijo, con resonantes impregnaciones de género. Una de ellas, acompañada por fotografías con las interacciones de su amiga Maren.

Senga Nengudi: 'Water Composition I', 1970-2019. Dallas Museum. Foto: Juan García

Senga Nengudi: 'Water Composition I', 1970-2019. Dallas Museum. Foto: Juan García

Tras la contextualización de ambas artistas con las acciones rituales llevadas a cabo junto al grupo racializado Studio Z a comienzos de los años 80, se aborda la incursión performativa de Nengudi en la danza kabuki, que conoció en 1966 cuando pasó un año en Japón atraída por el grupo Gutai. Todo registrado en vídeo y fotografías. A lo que se suma en esta sala la gran videoinstalación multicanal de 2007 Trance de distorsión, sobre los procesos de las máquinas en fábricas textiles con una maravillosa resolución formal casi abstracta y donde las tarjetas perforadas apuntan directamente a las teorías de Sadie Plant sobre la pionera en la computación Ada Lovelace.

De Hassinger, interesada por la relación entre naturaleza y cultura, también se pespuntea aquí su trayectoria. Desde sus performances con ramas de árboles, a piezas importantes como los haces y matorrales cimbreantes de acero y las sencillas e impactantes instalaciones: Playa, 1981, en donde las cañas ceden metafóricamente con el viento; el muro en cuadrícula de “rastrillos” Consolación, 1996; y el gran tendido Bolsas rosas, 1999, de inspiración ecofeminista. Además de grabados y el vídeo Green, narrado por Nengudi.

Maren Hassinger: 'Untitled', 1972. Guggenheim Museum New York. Foto Juan García

Maren Hassinger: 'Untitled', 1972. Guggenheim Museum New York. Foto Juan García

Estaban destinadas a compartir. En la última sala, con piezas en torno a 1970 antes de conocerse, coinciden en materiales y procesos. La escultura monumental con cuerdas de manila, colgadas y danzantes de Hassinger se rodea de las blandas Piezas de agua de Nengudi: bolsas de plástico con líquidos de colores apoyadas en el suelo y cerradas por esas mismas cuerdas. Obras absolutamente actuales que nos muestran a ambas como genuinas precursoras maestras