Concha Jerez y José Iges: 'Argot, laberinto intermedia?, 2009. Foto: Manu Suárez

Concha Jerez y José Iges: 'Argot, laberinto intermedia?, 2009. Foto: Manu Suárez

Arte

Concha Jerez y José Iges: las acrobacias de dos funambulistas sobre el hilo del cable radiofónico

El CGAC de Santiago de Compostela presenta una retrospectiva en la que se rompen los límites de las disciplinas artísticas y que enfatiza las confluencias en las carreras de ambos artistas.

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Natalia Poncela
Publicada

Esta retrospectiva, comisariada por Alicia Murría, se presenta como una revisión de los proyectos realizados en común, desde 1989, entre Concha Jerez (Las Palmas de Gran Canaria, 1941) y José Iges (Madrid, 1951), donde reactivan, transmutan y resignifican algunas de las obras desarrolladas durante estos años.

Concha Jerez / José Iges. Resignificaciones

CGAC. Santiago de Compostela. Comisaria: Alicia Murría. Hasta el 7 de septiembre

Comenzaron a desarrollar conjuntamente procesos de investigación, en paralelo a sus prolíficas trayectorias individuales: en las artes visuales, la performance y en el asociacionismo (Jerez) y en el arte sonoro, la música electroacústica y la obra radiofónica (Iges). Un camino colaborativo sostenido por intereses compartidos en la transgresión de medios, lenguajes y texturas; y en la extensión de las prácticas artísticas a otros contextos culturales y mediáticos.

Situadas desde ese denso corpus, entendemos las propuestas presentadas como híbridas disoluciones de los límites entre disciplinas artísticas (Fluxus y ZAJ), evidenciando sedimentos de la tradición artística contemporánea, siempre bajo un pensamiento crítico.

Evocamos términos como “intermedia” (Dick Higgins). Nos conducimos hacia lo visual y lo sonoro como territorios para la metáfora. Pensamos desde lo social, lo político, lo subjetivo y lo corporal. Deshilamos recursos lingüísticos utilizados para buscar interconexiones y constatamos la mutabilidad de un arte conceptual que reclama nuestra atención.

Transitar esta exposición es reconocer anteriores materializaciones: obras radiofónicas transmutadas en arte sonoro, en instalaciones multimedia, en espacios sonoros y visuales o trascendidas en performances.

La exposición se abre con una nueva transmutación de Argot. Una obra originada desde la investigación sobre las interferencias y transgresiones de dos medios: la radio y el museo. Surgiendo tanto como obra radiofónica (en el programa Kunstradio-Radiokunst, en la ORF) como performance (Museum Moderner Kunst, Viena, 1991) devino en “texto nómada en busca de soporte” (Iges).

Invitados a formar parte de la exposición Fluxus Virus (Colonia, 1992) allí la presentaron como Argot 2. Laberinto Intermedia, una instalación sonora y visual que incluía elementos documentales de su anterior versión. Entre otras materializaciones (también como fotomontaje), fue instalación sonora multicanal formulada para la terraza del CGAC (2008). Ahora dentro de las salas es una instalación multimedia.

Concha Jerez y José Iges: Fragmento de 'Bazar de utopía rotas', 1993-2015. Foto: Manu Suárez

Concha Jerez y José Iges: Fragmento de 'Bazar de utopía rotas', 1993-2015. Foto: Manu Suárez

En el suelo, una cuadrícula blanca donde se sitúan unos vinilos, en un rojo radiante, que nos remiten al juego de la oca (una transposición simbólica del Camino de Santiago). Sobre ese laberinto una veintena de atriles/espejo donde leemos aserciones como: “consume ideas”, “matiere sensible”, “through the work”o “blind der idee”. Cuatro proyecciones, donde el texto deviene imagen, introducen estas y otras palabras rodeándonos.

Palabras que transitan, que leemos o escuchamos en un críptico itinerario textual. La inmaterialidad que permite nuestro actual entorno digital hace que la nueva formulación de esta obra no necesite la presencia de walkmans con autoreverse o discmans, utilizados en anteriores reactivaciones.

Siguiendo el recorrido de esta exposición hay dos proyectos anteriores que se nos entretejen. En Terre di nessuno (Fundación Telefónica, 2002, también con comisariado de Murría), –esas tierras de nadie– se cuestiona el concepto de la territorialidad, de ocupar un espacio como propio, de apropiarse de símbolos nacionales; elementos presentes en la actual exposición.

“Cuando me introduzco en un espacio arquitectónico, lo recorro lentamente. Lo mido a través de la mente, en un diálogo de límites”, afirma Jerez. El magnetismo de un lugar fabril, abandonado y descamado que recorríamos en Media_mutaciones (Tabacalera, 2015, con Karin Ohlenschläger como comisaria) es potenciado con las mediciones del vacío que realizaban Jerez e Iges de esos espacios: transitándolos, caminándolos o permaneciendo en ellos.

Concha Jerez: 'Dibujo Minimalista', 1974-75. Foto: Manu Suárez

Concha Jerez: 'Dibujo Minimalista', 1974-75. Foto: Manu Suárez

Silencios y sonidos: registros de la experiencia de ese Viaje a ninguna parte. Repensamos límites espaciales, visuales y sonoros con esta pieza resignificada ahora en un espacio museístico. Y, sin duda, sentimos sus interferencias.

Queremos detenernos en Bazar de utopías rotas (1993-2015). Nos encontramos con una extensa mesa cuya superficie es un espejo sobre la que leemos una caligrafía que recoge derechos humanos vulnerados denunciados por Amnistía Internacional. En este banquete los manjares y bebidas son vidrios con grafías, fragmentados y cortantes.

Banderines nacionales europeos marcan cada uno de los servicios para unos comensales fantasma. Debajo, ropas regras y una bandera de la UE. Mientras rodeamos esta mesa, en la que nunca nos sentaríamos, escuchamos voces que nos hablan de democracia y libertades, de escombros y utopías.

Concluimos en la sala donde fusionan Diario de Jonás (1997-2023) y Diario (1997-2024). Volvemos a caminar entre atriles. Aquí sostienen sobredimensionadas partituras, acetatos que se curvan, y libros con hojas transparentes que contienen otras partituras, mientras escuchamos sus interpretaciones. Tiempo y memoria. Contar, medir y mediar.

Concha Jerez: 'A la memoria de mujeres olvidadas', 2020. Foto: Manu Suárez

Concha Jerez: 'A la memoria de mujeres olvidadas', 2020. Foto: Manu Suárez

Sonidos acuosos, percusiones como letanías y voces que relatan: “Recuerdo el abrazo del reencuentro”. Palabras y notaciones. Partituras que aguardan ser ejecutadas, reactivadas como memorias. Ambos comparten una voluntad experimental, crítica, y dialógica, que ha implicado constantes reformulaciones y estrategias para generar espacios donde parecen anudarse “lo visible, lo decible y lo factible”, siguiendo a Jacques Rancière.