Image: Unanimidad en ARCO: aumentan las ventas

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Arte

Unanimidad en ARCO: aumentan las ventas

23 febrero, 2018 01:00

Vista general de ARCO 2018

La polémica mediática respecto a la obra de Santiago Sierra ha dado paso a la calma y la feria sigue con sus jornadas. Llegado ya el ecuador, y con la cita abierta al público, buena parte de las ventas ya están cerradas. A falta de los coleccionistas que puedan llegar durante el fin de semana el ánimo, en general, es positivo: este año hay más ventas.

"Ha sido una decisión desacertada". Así de contundente se ha mostrado Carlos Urroz refiriéndose la polémica que ha suscitado la retirada de la obra de Santiago Sierra del stand de la veterana Helga de Alvear. Son los contenidos, en función de su calidad -destaca-, los que rigen el programa de la feria desde hace 37 años y, por esa misma razón, la cita con el arte contemporáneo ha decidido continuar tal y como estaba prevista. Tras esta jornada en la que se ha presentado a Perú como el país invitado a ARCOmadrid en 2019 los galeristas ya han visto desfilar a una buena parte de los coleccionistas invitados y, por primera vez en los últimos años, parece que hay unanimidad: hay más ventas.

Pero ARCO, coinciden todos, no es como el resto de ferias y durante el fin de semana se cierran muchos intercambios. Respecto a la cantidad de coleccionistas nacionales e internacionales las opiniones están algo más divididas. Mientras algunos responsables aseguran haber visto un incremento de compradores patrios otros comentan que hay paridad entre unos y otros. Sea como fuere parece que los coleccionistas españoles están resurgiendo. Pero solo su presencia no es suficiente para poder valorar esta edición que ya ha llegado a su ecuador. ¿Cuáles son las primeras impresiones?

Optimismo internacional

Para Nuno Centeno, de la galería homónima de Oporto, las primeras jornadas de la feria están girando a su favor. "Las principales ventas se hacen en los primeros días de la feria pero en ARCO las cosas acontecen poco a poco", explica. En esta ocasión ha vendido cinco piezas a cinco coleccionistas de diferentes países y, en ese sentido, su sensación es la de estar relacionándose con "más coleccionistas extranjeros que españoles y más privados que instituciones". No obstante, Centeno, que tiene un espacio de más de 1.000 metros cuadrados en el centro de la ciudad portuguesa, asegura que la feria española también funciona como plataforma para "crear contactos y sedimentar nuevos coleccionistas". Ese mismo argumento emplea el veterano Pedro Cera que, afincado en Lisboa donde este año se celebrará la tercera edición del primer proyecto internacional de la firma madrileña, observa positivamente los primeros movimientos.

Obra de Louise Bourgoise de la galería Houser & Wirth

Claro que las ventas de una feria no son una fórmula matemática que puedan copiarse de un año a otro y, por eso, el galerista incide en que una edición vaya mejor o peor no responde tanto al mercado sino a la calidad del programa presentado. Además, "la feria no se limita a lo que se ve en el stand sino lo que hay guardado en el almacén". A él en particular siempre le va bien y en esta ocasión un coleccionista le ha encargado obra de Adam Pendleton para dos paredes como las que presenta en su espacio. Otra buena noticia para el lisboeta ha sido llevar "a otro comprador a una fundación donde estaba la pieza que le interesaba". Algo similar le ha ocurrido a Filomena Soares que en las primeras horas ha vendido dos obras a diferentes fundaciones.

Quienes sí están observando una buena cantidad de coleccionistas españoles son los responsables de la galería parisina Chantal Crousel. Si bien en el ecuador de la pasada edición sus ánimos eran cabizbajos durante el fin de semana, afirma Laura Turcan, remontaron y "fue sorprendentemente bueno". En esta edición ausente de país invitado y guiada por el futuro Turcan puede decir que "el interés de gente tanto española como francesa" está siendo muy positivo. Otra de las veteranas, que lleva asistiendo a ARCO desde 1982, es Lelong, galería que opina que "de todas las ferias ARCO es la que mejor energía, ganas y pasión acumula. Además también se da un buen interés comercial frente a otras de similares características en las que se observa un sentido más dirigido a la inversión", asegura François Duornes.

Lelong asiste, como ya nos tiene acostumbrados, con obras y dibujos de Picasso, Miró y Palazuelo. Además, su horquilla de precios es muy amplia: desde los 300 euros hasta los 600.000. "El coleccionismo puede empezar con la compra de una edición. El proceso misterioso que lleva a alguien a decidirse por una obra es el mismo independientemente del precio", cree Duornes. Para la también galería francesa Mor Chanpentier este año está siendo algo más sosegado y calmado, algo que resulta tremendamente positivo para entablar conversaciones "con los posibles compradores y establecer colaboraciones para el futuro", comenta Marisol Rodríguez.

Tampoco le está yendo nada mal a Hauser & Wirth, la galería que el pasado mes de diciembre llegó a un acuerdo con la familia de Eduardo Chillida para reactivar el centro del artista y promocionar su obra internacionalmente. Aunque no han querido dar detalles sobre ello Henry Allsop coincide en el buen ambiente que se respira este año. En cuanto a las ventas la escultura de pequeño tamaño de Louise Bourgeois ha sido vendida a un coleccionista latinoamericano y una pieza audiovisual de Dan Graham a Helga de Alvear.

Sintonía con el galerismo español

Tras cinco años algo más apagados en el mercado nacional de arte, la tendencia al alza que ya se inició el año pasado parece que se estabiliza en una feria ARCO que lejos de sentirse resentida ha crecido en cuanto al número de ventas. "Este está siendo un buen año", reconoce Belén Valbuena de Maisterravalbuena. Un entusiasmo que comparten desde otras galerías como Max Estrella o Leandro Navarro. En este sentido, Moisés Peréz de Albéniz analiza que "en los últimos años estamos viviendo una venta ascendente. Eso siempre nos gusta. Que se consolide el mercado del arte".

Algo más comedido, aunque en esta misma línea, se muestra Ignacio Mugica de Carreras Mugica: "El balance es razonablemente bueno. No son los años de oro pero notamos más vida, sobre todo diversidad. Hay coleccionistas locales que hacía bastante tiempo que no se veían". Precisamente sobre el programa de coleccionistas varios son los galeristas, como Pedro Horst de Sabrina Amrani o Belén Valbuena, que muestran su satisfacción. Se trata este de un perfil "de calidad", en palabras de Luis Valverde Espejo de Espacio Mínimo, para el que "las compras son menos impulsivas. Cuando se deciden lo hacen convencidos", interviene su socio Martínez Calvo. Un tipo de coleccionista "más comprometido, muy internacional, sin prejuicios de no interesarse por obras que no conocen", describe Valbuena.

Obra de Irma Álvarez-Laviada en la galería Luis Adelantado

Todo ello se ha traducido en unas ventas "infinitamente mejores de las de los últimos cuatro años", explica Mugica. En este sentido, Luisa Fraile de la galería Helga de Alvear reconoce que "pese a todo el revuelo de los primeros días" su "experiencia en ventas está siendo positiva". Una tendencia que se muestra ascendente en algunos casos y, en los menos, similar a la vivida en la edición anterior. Desde las galerías Espacio Mínimo o Max Estrella, por ejemplo, calculan que la situación ha mejorado. "El año pasado rompimos el techo de cristal en ventas al final de ARCO, este año ha sido al principio", matiza Valverde Espejo. Es el caso, además de Moisés Pérez de Albéniz, para el que la principal diferencia entre el actual curso y el anterior es que "este año estamos vendiendo de todo el conjunto, más generalizado, mientras que el año anterior solo compraron de cuatro o cinco artistas".

Más precavidas, aunque no sin optimismo, se muestran Belén Valbuena para quien la tendencia ha crecido, aunque no mucho, y Pepa Gómez Montesinos de Bacelos, que valora el número de ventas como lento, aunque con la confianza de que irá en in crescendo.

Con el mercado de arte nacional recuperado, la mayoría de las galerías encuentran un comprador entre nuestras fronteras. Es el caso, al menos de Carreras Mugica, Leandro Navarro o Moisés Pérez de Albéniz, cuyas obras vendidas han recaído en su mayoría en coleccionistas nacionales. Para Pedro Horst, de Sabrina Amrani, no obstante, las ventas se reparten al cincuenta por ciento con los internacionales. "Trabajamos obras de la periferia de Occidente -explica-, de Asia y Oriente", lo que facilita el contacto con el extranjero.

Con todo, lo cierto es que para los galeristas las horas con un público más cualificado ya terminaron. "Los días más fuertes en ventas son los primeros días", explica Pia Ogea de Elba Benítez. De hecho, destaca Pérez de Albéniz "el miércoles fue un día memorable. He escuchado que podría ser el día que más afluencia ha tenido en la historia de la feria". No obstante, como reconoce Belén Valbuena, en el arte no todo son números. ARCO propicia la aparición de "nuevos contactos, el refuerzo de los anteriores, mayor presencia y mejor visibilidad". Se trata esta de una de las ferias que más visitas obtiene y que despiertan más interés. Algo que no para todos se traduce en positivo. "Este no es el tipo de arte que se ve en los museos, se trabaja mejor si no hay tantísima gente", reconoce Valverde Espejo, algo con lo que coinciden desde Max Estrella.

@scamarzana y @mailouti