Image: Victor Horta o la obsesión por el detalle

Image: Victor Horta o la obsesión por el detalle

Arte

Victor Horta o la obsesión por el detalle

8 septiembre, 2017 02:00

Casa Museo de Victor Horta, actualmente en el centro de Bruselas

La Casa Museo Horta de Bruselas es la construcción más personal del arquitecto Victor Horta, uno de los mayores exponentes del Art Noveau. En la que fue su vivienda familiar se puede observar su manera detallista de diseñar cada espacio. Repasamos su trayectoria, desde la Casa Tassel a la Casa Solvay, ahora que se cumplen 70 años de su muerte.

Cuando era pequeño empezó estudios de violín pero debido a su falta de disciplina fue expulsado del conservatorio. Tenía 15 años y la razón de su expulsión sorprende al conocer que, una vez encontrada su pasión, ejercía su profesión durante 14 y 15 horas diarias con una tozudez infinita. Victor Horta (Gante, Bélgica, 1861-Bruselas, 1947), el pionero del Art Nouveau, se trasladó en 1878 a París pero dos años más tarde, debido a la muerte de su padre, regresó a Bruselas donde se instaló. Allí ideó y realizó su propia casa, desde el diseño de las habitaciones, escaleras y recovecos para el servicio hasta los muebles y jardines. Todo a medida. Más tarde, cuando se divorció y vendió la casa en 1919 los nuevos inquilinos la reformaron al estilo Art Decó que se llevaba entonces. Pero la Casa Museo Horta ahora se encuentra como cuando él la habitó, con sus enseres, su venerable, sus armarios, escaleras, cuadros y tapizados. Además, hace menos de un año se abrió una ampliacióndel edificio en la que se irán programando exposiciones temporales inspiradas en el famoso arquitecto belga.

Una escalera de la Casa Tassel, primera edificación de estilo Art Noveau

Empezó a ejercer en el año 1893 con un estilo curvilíneo con el que conseguía aunar arquitectura y decoración. Un buen ejemplo de ello se puede ver en la Casa Tassel (1892-1893), considerada la primera edificación de estilo Art Noveau. Con esta nueva corriente se quería romper con los estilos más clásicos de las épocas predecesoras para crear viviendas inspiradas en la naturaleza. Aunque generó polémica en su país fue entonces cuando empezó a gestar su propio lenguaje con el que dio paso al modernismo arquitectónico y el que también plasmó en la Casa Solvay (1895-1900). Para ella empezó a inspirarse en el mundo vegetal usando materiales novedosos como el vidrio y el hierro así como novedades que llegaron con la Revolución Industrial para dar carpetazo a la arquitectura de hierro que había predominado.

Habitación que refleja el estilo Art Noveau de la casa de Horta

Pero seguramente uno de los edificios más personales de Victor Horta sea su propia casa. Aunque los dos edificios que la conforman se encuentran unidos por una serie de laberintos internos, las dos familias (la familia Horta y el servicio de la misma que cohabitaba allí) no tenían por qué verse. La habitación que da la bienvenida tanto al visitante como en su momento a las visitas que recibía la familia, está construida con mimo e inteligencia. Los ladrillos acristalados de color blanco que componen la pared (se puede ver en una imagen de La chica danesa) tienen la función de acoger y reflejar más la luz solar que entra por la ventana que dirige al jardín. En uno de los laterales de la mesa del centro existe un teléfono a través del que podían comunicarse con el servicio en diferentes puntos de la casa. Y la chimenea contigua tiene una doble función: por un lado la de dar calor a la estancia y, por otro, calentar la comida que el servicio proporcionaba a través de una puerta del mismo mueble. Al detalle, como ya habíamos anticipado.

Victor Horta

Ahí mismo, las tres escaleras que van a dar al jardín son de cristal y no es por puro capricho estético, sino por razones de funcionalidad. La función de proporcionar luz natural a la cocina del servicio que se encuentra en la planta baja del edificio. Pero si hay algo que también llama la atención es el uso que hizo del hierro en un momento en el que este material se asociaba a la industria. Horta reconoció que era funcional, tan bonito como los materiales nobles y mucho más económico. Era tan cuidadoso como sumamente detallista y para que su hija no esperara al coche en la fría calle de Bruselas construyó un banco con una columna en forma de pagoda japonesa que era, a su vez, calefacción. La casa contaba, incluso, con una habitación exclusiva para cuando la pequeña no quisiera ser molestada, junto a la que aún perdura un jardín interior. Y, por supuesto, la familia que vivía con ellos casi sin verse tenía una vivienda propia unida por una escalera que juntaba las diferentes estancias. Así, una puerta que ya no tenía su función por una ampliación que Horta hizo en su habitación matrimonial se convertía en un armario a través del que se depositaba la ropa limpia, la comida por una puerta de un mueble, una escalera que llega hasta el aseo para limpiarlo pero sin verse...

Quizá algunos se pregunten por qué no se ve demasiado merchadising de Horta si gozó de tanta popularidad. La respuesta es que todos los diseños de Victor Horta aún tienen copyright y hasta que no se cumplan 100 años de su muerte cada línea que diseñó está protegida. En el mes de septiembre de este año se celebra el 70 aniversario de su muerte de modo que aún quedan 30 para poder explotar sus diseños. Pero cuando llegue el momento quizá se convierta en el Gaudí belga.

@scamarzana