Image: Exitosa expedición a la Fragata Mercedes

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Arte

Exitosa expedición a la Fragata Mercedes

El equipo de rescate recupera dos culebrinas del siglo XVI de 4 metros de longitud a una profundidad récord de 1.137 metros

30 agosto, 2017 02:00

Uno de los cañones recuperados en la expedición

La tercera expedición científica al pecio Nuestra Señora de Las Mercedes ha finalizado hoy con un "éxito sin precedentes a nivel mundial", según ha manifestado el Ministerio de Cultura en un comunicado en el que se informaba sobre la recuperación de dos culebrinas (cañones) del siglo XVI de cuatro metros de longitud y más de dos toneladas de peso cada una, a una profundidad récord de 1.137 metros. Se trata de una cifra cuatro metros superior a los 1.133 alcanzados en las dos campañas anteriores (agosto de 2015 y septiembre de 2016), que ya supuso la exploración y excavación acuática más profunda realizada por un país de la Unión Europea.

La primera de las dos culebrinas, ambas expresamente citadas en el manifiesto del cargo de la fragata Mercedes en el Archivo General de Indias de Sevilla, se trata del cañón de Santa Bárbara, encargado en 1585 por Fernando de Torres y Portugal, conde de Villar Don Pardo y virrey del Perú. Una pieza calificada de excepcional que, además de documentar a un virrey poco conocido, injustamente calumniado por sus críticas a la Inquisición, presenta numerosos campos decorativos en relieve formados por cenefas mitológicas dedicadas a la Abundancia, cuartel con el encargo del conde del Villar, escudo de Castilla y León y el nombre del cañón y del artesano que lo fundió, Bernardino de Tejeda.

Por su parte, la culebrina de Santa Rufina que data de 1601, es un encargo de Luis de Velasco y Castilla, virrey de Nueva España (México) y de Perú, conocido por las mejoras que introdujo en las condiciones de vida de los indígenas. Este cañón presenta también varios campos decorativos en relieve, cuartel con el blasón familiar del virrey y el escudo castellanoleonés, además del nombre del fundidor.

Organizada por el Ministerio de Cultura, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Armada española, durante esta inmersión se han recuperado también otras piezas de interés documental, como un grifo hecho en bronce, una plancha de cobre perforada a modo de respiradero y tres roldanas también de bronce con restos de madera todavía por analizar.

Culebrina todavía enterrada en el lecho marino

La expedición, que zarpó el pasado 18 de agosto desde el puerto de Cádiz con el objetivo de investigar por primera vez la zona del levante de la fragata, hundida en el año 1804 por la armada inglesa, y de conocer su estado de conservación; ha utilizado para la recuperación de todas estas piezas el vehículo submarino no tripulado ROV LIROPUS, del IEO, instalado en el Buque de investigación oceanográfico Sarmiento de Gamboa gestionado por el CSIC a través de la Unidad de Tecnología Marina (UTM).

Está previsto que todas las piezas, para las que ya se han empezado los trabajos de limpieza, desalinización, conservación y estudios de los restos recuperados, sean incorporadas en un plazo aproximado de dos años a la exposición permanente del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) en Cartagena. A ellas se sumarán las extraídas en las expediciones realizadas en 2015 y 2016.

Además, la campaña arqueológica ha cumplido a su vez el objetivo de ampliar el conocimiento del pecio, principalmente del estado de conservación de los materiales y su evolución. En ese sentido, se han realizado prospecciones de extensas áreas al este y el noroeste del pecio, con un sonar de barrido lateral, y se han llevado a cabo estudios de batimetría y perforación de fondos, permitiendo completar la cartografía de la zona del yacimiento.

Desde que España ganara el caso judicial por el expolio realizado por la empresa cazatesoros Odyssey El éxito de las tres expediciones de 2015, 2016 y 2017 es una buena muestra de la capacidad española a nivel científico y tecnológico en la protección del patrimonio subacuático, incluso en los ámbitos marinos más complejos. Hasta la fecha ningún país había conseguido realizar una excavación arqueológica sistemática en un pecio por debajo de los 100 metros de profundidad, ni se había conseguido extraer piezas ni tan pesadas y voluminosas, a la par que tan pequeñas.