Image: Los museos de arte contemporáneo buscan su camino

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Arte

Los museos de arte contemporáneo buscan su camino

El sector debate sobre su futuro en el encuentro anual organizado por ADACE, hasta el viernes en el Reina Sofia y La Casa Encendida

6 noviembre, 2013 01:00

Colas en la multitudinaria exposición de Dalí del Reina Sofía de 2013. Foto: Antonio Heredia.

La Asociación de Directores de Arte Contemporáneo de España (ADACE) inaugura este miércoles en Madrid su tercer congreso, El museo en futuro. Cruces y desvíos, que se celebra hasta el viernes en La Casa Encendida y en el Auditorio 200 del Museo Reina Sofía. A él están convocados no sólo los directores de centros pertenecientes a la asociación, sino una nutrida nómina de expertos y profesionales del sector -con el reputado crítico ruso Boris Groys como "estrella invitada"-, que con sus ponencias y mesas redondas buscarán respuestas a los interrogantes que afectan hoy a los museos de arte contemporáneo de nuestro país.

Según Yolanda Romero, miembro de la Junta Directiva de ADACE y directora del Centro José Guerrero de Granada, los recortes presupuestarios sufridos por los centros españoles de arte contemporáneo desde que comenzó la crisis económica se sitúan entre el 20% y el 45%, con algunos casos extremos en los que el tijeretazo ha alcanzado el 70%. A falta de cifras exactas y oficiales sobre la situación económica concreta del sector, el profesor Alberto López-Cuenca, cuyos trabajos se han publicado en numerosas publicaciones internacionales, presentará el viernes los datos provisionales de una investigación que está realizando sobre cómo han afectado las condiciones políticas y económicas a la creación, desarrollo y, en algunos casos, desmantelamiento o abandono, de los centros de arte contemporáneo en España entre los años 1996 y 2013.

En estos años "se ha gastado mucho dinero en los contenedores, pero no en el contenido. No se ha dotado a los museos del presupuesto equilibrado y estable que les permita desarrollar su trabajo", denuncia Romero.

Por su parte, el profesor Juan Arturo Rubio Arostegui, experto en políticas culturales, presentará los resultados de otro estudio, de ámbito más general, que compara la financiación pública de las artes y la cultura españolas con el contexto europeo.

Entre los ponentes también estarán Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; Stephen Wright, escritor de arte y profesor de la European School of Visual Arts en Francia; Bart de Baere, Director del Museo de Arte Contemporáneo de Amberes; Nina Möntmann, comisaria y profesora del Real Instituto de Arte de Estocolmo; y Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima, entre otros profesores y críticos de arte.

Buscando el modelo

Está claro que la cuestión más urgente a tratar, ante la sangrante pérdida de apoyo económico por parte de las administraciones, es la búsqueda de nuevos modelos de financiación. El equilibrio público-privado se impone como el paradigma necesario, pero la demora de la Ley de Mecenazgo hace difícil atraer el capital privado, explica Glòria Picazo, directora del centro de arte La Panera de Lérida. En todo caso, este acercamiento ha de hacerse con cautela, "respetando siempre la vocación pública de los museos", explica Ferran Barenblit, director del Centro de Arte 2 de Mayo de la Comunidad de Madrid y miembro también de la junta directiva de ADACE.

El mayor problema de la búsqueda de financiación privada es que no resulta atractivo para las empresas patrocinar centros modestos o exposiciones de poco tirón mediático: "Los grandes proyectos siempre encuentran financiación, los pequeños acaban encontrando micromecenas a través de plataformas como Verkami, pero quienes lo tenemos peor somos los centros intermedios y periféricos", apunta Picazo. También acusa este obstáculo la directora del José Guerrero: "Para exposiciones de Picasso, Miró o Dalí siempre hay instituciones y empresas haciendo cola para poner su logotipo. Pero otras más experimentales o de artistas menos conocidos no consiguen patrocinios". En este sentido, Romero considera una obligación de los museos la recuperación de buenos artistas desconocidos para el público, y recuerda que la exposición sobre Isidoro Valcárcel Medina en el centro que dirige fue una de las menos visitadas pero contribuyó enormemente a hacer visible la figura de este creador.

Como el apoyo privado es todavía un territorio incierto para los centros de arte contemporáneo, hay que seguir llamando a la puerta de las administraciones públicas, defiende Barenblit: "Hay que convencerles de que nosotros somos parte de la solución y no del problema, de que un recorte en cultura en el conjunto de un presupuesto es menor y, en cambio, el efecto puede ser indeseablemente grande y de que aportamos mucho al desarrollo de una conciencia crítica que nos ayuda a ser más inteligentes, más activos y mejores ciudadanos". Pero la administración, advierte Romero, "no es el ogro malvado que no quiere dar dinero. Se ha visto sobrepasada por la crisis y está recortando de donde puede". De hecho, este congreso se puede realizar gracias al apoyo de Acción Cultural Española y el Ministerio de Cultura, añade.

Repensar el museo

Más allá de los problemas económicos, el encuentro organizado por ADACE propiciará la reflexión y el debate sobre cuestiones esenciales como el replanteamiento del propio concepto de museo, de su papel social, su relación con el público y sus obligaciones investigadoras y educativas.

"Debemos pensar el museo como laboratorio nuevas configuraciones estructurales y operativas, buscar otro modelo de institución a partir de los caminos trazados, huyendo de las lógicas empresariales y asumiendo nuestra vocación pública", afirma Barenblit. Pero el director del CA2M también defiende "la convencionalidad": "Muchas instituciones han rechazado llamarse "museos" porque pensaban que era un concepto a superar. Yo no lo creo así, creo que sigue siendo válido, aunque deben experimentarse nuevas ideas". Un elemento clave en el futuro de los museos es, según este "optimista nato", relacionarse con la audiencia mediante la creación de microcomunidades, segmentando el público para atenderlo mejor y hacerle sentir partícipe del museo. Porque, en el fondo, "un museo no es lo que hace, sino cómo lo hace y por qué".