Image: París toma el relevo

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Arte

París toma el relevo

Tras el cierre de Frieze la ciudad se convierte en capital del arte con FIAC, la tercera feria de Europa

21 octubre, 2013 02:00

Obras de la exposición exterior de FIAC.

Frieze cerró este domingo sus puertas en Regent's Park y el mundo del arte se monta hoy en el Eurostar para cruzar el Canal de la Mancha en dirección a París, donde el miércoles inaugura en el Grand Palais una nueva edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, más conocida por sus siglas, FIAC. La rueda del mercado avanza a un ritmo insoportable en esta altura del año, pero pocos quieren perderse la cita parisina, que, tras algunos años erráticos, se ha consolidado como la tercera feria más importante de Europa sólo por detrás de Art Basel y Frieze. Ciento ochenta y siete galerías completan la nómina de participantes entre las que viajan tres españolas: Guillermo de Osma, Parra & Romero y ProjectSD.

Este año, sin embargo, la oferta institucional eclipsa al interés que pueda suscitar la feria gracias, sobre todo, a dos exposiciones individuales dedicadas a sendos pesos pesados del arte contemporáneo francés, Pierre Huyghe y Philippe Parreno. Grandes amigos de siempre, figuras incontestables desde los años noventa cuando flirteaban con la Estética Relacional, son los dos artistas galos que más lejos han llegado en la exploración de la experiencia, acompañados, aunque a ritmo más lento, por compatriotas como Dominique Gonzalez Foerster o Fabrice Hybert.

La exposición de Pierre Huyghe, inaugurada en el Centro Pompidou a finales de septiembre, tiene carácter retrospectivo y para muchos es la mejor muestra que se ha visto en París en mucho tiempo. Hay algo extraño en la idea de "retrospectiva". Huyghe, como Parreno, es un artista que plantea "escenarios temporales" que son orgánicos y a menudo difíciles de aprehender. Acotar su trabajo en esos términos resulta delicado y propenso a imprecisiones. Nacido en París en 1962 y residente en Nueva York, Huyghe es bien conocido en España por sus exposiciones en el MUSAC y en el Palacio de Cristal del Reina Sofía -un extraordinario "calendario natural"-, y vive ahora probablemente el periodo más dulce de una carrera que va camino de cumplir tres décadas y que vivió su momento más intenso en 2012, cuando realizó el sensacional trabajo en el Auepark de Documenta(13) que muchos recordarán. Algunos de los trabajos que aquí presenta y, sobre todo, el tono de intensa melancolía que desprende la exposición, tienen su origen en aquella pieza deslumbrante.

La de Phillippe Parreno se celebra en el Palais de Tokyo e inaugura esta misma tarde. No tiene ninguna ambición retrospectiva y ocupa el descomunal espacio de la institución parisina, que abrió sus puertas de nuevo el pasado año tras una ambiciosa remodelación. Es la primera vez que se le otorga semejante espacio a un sólo artista. Parreno se encuetra también en un momento de plenitud artística. Este año ha vivido un enorme protagonismo en la exposición Dancing around Duchamp del Barbican Center londinense al realizar una muy sugerente escenografía para la muestra, un trabajo igualmente orgánico de sutiles efectos y envolventes atmósferas. Se espera mucho de esta exposición que, como la de Huyghe, tiene tintes celebratorios.

El resto de las propuestas expositivas que París ofrece esta semana son menores al lado de la de estos gigantes pero no carentes de interés. Junto al Palais de Tokyo, el Musée d'Art Moderne de la Ville de París acaba de inaugurar una exposición dedicada a Serge Poliakoff, integrante de la Escuela de París, nacido en 1900 y fallecido en 1967. La exposición cubre el último periodo de la vida del artista, uno de los pintores más comprometidos con la abstracción de cuantos pararon por la capital francesa entre 1920 y 1970, y esos, como sabemos, fueron muchos.

Retrocediendo hacia el este, en la plaza de la Concordia encontramos el Jeu de Paume, donde puede verse una exposición individual dedicada a Natacha Nisic, nacida en Grenoble en 1976. La joven francesa presenta un conjunto de trabajos fotográficos y audiovisuales que abordan el tema de la memoria a partir de historias entremezcladas que son a menudo temporalmente inconexas. En las fallas que se abren por estos decalages se cimentan historias personales y colectivas en las que la simbología de los signos se impone como elemento vertebrador. También puede verse en el Jeu de Paume la muestra dedicada a Erwin Blumenfeld, fotógrafo que alcanzó gran notoriedad en el periodo de entreguerras. La exposición cubre 50 años de trayectoria y es profundísima, con más de trescientas obras entre dibujos, fotografías, fotomontajes y collages.

No dejen de visitar las galerías de la ciudad. París tiene un programa interesantísimo de galerías privadas. A las clásicas del Marais, como Yvon Lambert (que tiene una exposición imprescindible de David Claerbout) Thaddaeus Ropac o Chantal Croussel, se han sumado otras más jóvenes en Belleville que han dinamizado la escena en los últimos años. Tras un breve paseo por el barrio comprenderán por qué París vive uno de los momentos más interesantes en años. Vayan a Crevecoeur, a Marcelle Alix, a Jocelyn Wolff, al espacio de Antoine Levy, a Balice Hertling y Bugada & Cargnel, a Castillo/Corrales... Son galerías que ya dan un gran rendimiento en las ferias internacionales; son las primeras que visitan los comisarios que acuden a la ciudad; son las que están vinculadas con las publicaciones referenciales y las que otorgan el caracter vibrante del que hoy puede, sin duda, presumir París.