Image: Ryan Gander

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Arte

Ryan Gander

2 septiembre, 2011 02:00

Ryan Gander: Locked Room Scenario, 2011.

Ryan Gander es un artista hiperactivo e incombustible. Su último proyecto, uno de los más ambiciosos realizados hasta la fecha, puede verse en una nave en Hoxton Square, en el este de la ciudad.

No es fácil situar a Ryan Gander en una generación concreta. Nació en Chester en 1976 pero tal fue su precocidad que hoy nos parece raro que pertenezca a la misma generación que otros artistas británicos como Lucy Skaer o Nathaniel Mellors. Y es que su irrupción en el escenario artístico británico y europeo (estudió en Holanda) tuvo lugar en torno al cambio de siglo y ya se había convertido en una referencia internacional sin haber llegado a la treintena. Gander ocupa ahora un lugar privilegiado. Trabaja con galerías extraordinarias como Lisson en Londres, Annet Gelink en Amsterdam o Tanya Bonakdar en Nueva York, y ha realizado exposiciones en los centros más interesantes del mundo. Su trabajo es poliédrico y cautivador. Su obra enraiza en el arte conceptual y en la trama de lo moderno, que desgrana con intensidad y precisión. Es lúdico y literario, intelectual y magnético. Su participación en la actual Bienal de Venecia es una buena metáfora para acercarnos a su quehacer, pues cuenta con cuatro o cinco piezas de muy diferente índole. Parece, pues, cierto que para describir el trabajo de Ryan Gander se requiere un mayor número de piezas que las que se necesitan en el caso de muchos otros artistas. Hablamos de un creador incansable.

Su último trabajo se ha revelado esta semana en Londres. Se trata de una gran intervención en una nave en el este de la ciudad, donde se concentra buena parte de la actividad artística de la capital británica. Ha sido auspiciado por Artangel, la organización creada por James Lingwood y Michael Morris en 1991 que ha producido algunos proyectos memorables (¿quién no recuerda el mítico House, de Rachel Whiteread o The Battle of Orgreave de Jeremy Deller?). Bajo el título Locked Room Scenario, Gander propone un gran espacio en la tradición del white-cube en el que el visitante se sume en un ambiente enrarecido y enigmático. Supuestamente asistimos a una exposición colectiva de la que no sabemos gran cosa. La integran artistas en teoría minimalistas y conceptuales cuyos nombres ignoramos. En la entrada al espacio (se entra de ocho en ocho personas) hay dos chavales sentados conversando, y hay otros actores que pululan acercándose a los visitantes y entorpecen su recorrido. Pero no lo hacen en un sentido físico sino mental. A pesar de la claridad formal del espacio es fácil sentirse completamente perdido. Uno camina abriendo y cerrando puertas tratando de elaborar una interpretación de lo que sucede pero las posibilidades de que ocurra algo que desbarate toda clarividencia son altísimas. Gander encierra al espectador en un asfixiante juego de realidad y ficción que es muy común en el conjunto de su trabajo.

Es un tipo de instalación inmersiva que recuerda a la realizada por otros artistas de los que recientemente hemos hablado en este sitio: Elmgreen y Dragset. El tándem nórdico presentó en la Bienal de Venecia de 2009 una gran instalación titulada The Collectors en la que se detenían ante la ambición social y material de las élites. Pero Gander es más esquivo. La suya no es una actitud crítica sino una necesidad de que repensemos nuestro papel de espectadores a partir de situaciones deslizantes y bizarras. Hay pasillos con cristales esmerilados que solo dejan intuir lo que ocurre al otro lado. Es otra buena metáfora del conjunto del proyecto, pues todo lo que se ve a través del cristal son sólo sombras. La confusión es total. Se oyen voces cuya procedencia desconocemos, aparecen personajes que nos dan hojas de papel con textos en ellas escritos, y hasta nos entran dudas sobre si el amigo con quien vinimos es real o se ha convertido en un personaje de ficción que sólo quiere trabar nuestra experiencia. La lectura es que nada es necesariamente lo que parece, si es que las apariencias tienen algún valor.

Locked Room Scenario, RyanGander en su más nítida expresión. Curiosamente este título es razonablemente directo. Lo habitual es que los títulos de los trabajos sean leyendas bien armadas y de rotundo contenido literario. Es desde el título mismo como Gander predispone al espectador ante los enredos conceptuales que propone.