Image: El Museo Reina Sofía, año a año

Image: El Museo Reina Sofía, año a año

Arte

El Museo Reina Sofía, año a año

Cronología histórica

29 octubre, 2010 02:00

Imagen de la exposición Cocido y crudo (1994), comisariada por Dan Cameron

Entre 1990 y 2010 han pasado por el Museo Reina Sofía seis directores. Más de 500 exposiciones, desde la primera de arte italiano hasta los nuevos realismos de hoy, se han celebrado en la sede central, en los Palacios de Cristal y de Velázquez y, desde 2000, en el Monasterio de Silos. El público se ha triplicado hasta superar los 2 millones de visitantes en 2009. Son las cifras de un museo vivido sobre todo por nuestros artistas. Con algunos de ellos hemos hablado para recordar en esta cronología los mejores momentos de nuestro primer centro de arte contemporáneo.

El proyecto arranca en 1986 con la creación del Centro de Arte Reina Sofía, con Carmen Gimenez al frente. Ya entonces se celebran exposiciones en el edificio de Sabatini, una de las más sonadas fue Referencias: Un encuentro artístico en el tiempo en la que Gimenez reúne a Tápies, Chillida y Saura con tres grandes nombres: Cy Twombly, Richard Serra y George Baselitz. "Fue una exposición con gran repercusión internacional. Incluso Roberta Smith, la crítica del New York Times vino y escribió sobre ella". En 1988, el centro se convierte en museo y Tomás Llorens en su primer director. Comienzan las obras.

1990. No es hasta el 31 de octubre cuando, tras la remodelación del edificio Sabatini, el Reina Sofía abre sus puertas como Museo Nacional con una exposición de arte italiano, Memoria del futuro, y la primera de un español: Antoni Tàpies. "Para él significó mostrar la parte más íntima de su obra", comenta la comisaria Gloria Moure. Casi al mismo tiempo se inauguraba la gran muestra de Alberto Giacometti. En diciembre, María de Corral sustituye a Llorens.

1991. Anish Kapoor llega al Palacio de Velázquez y, tras 20 años sin exponer en España, Francesc Torres lo hace en Sabatini. "Me llamó Gimenez, trabajé con Llorens y fue una retrospectiva a todo correr con María de Corral", recuerda el artista.

1992. El Guernica se traslada desde el Casón del Buen Retiro al Reina. Pepe Espaliú moviliza a la ciudad con su performance Carryng. Además, Richard Serra descubre el museo y Harald Szeemann propone su Suiza visionaria.

1993. Año de exposiciones estelares con Robert Ryman, Bill Viola o Bruce Nauman. Entre los españoles, Joan Miró, Hernández Pijuan y Antonio López, para quien su exposición fue "interminable, recogía desde mi primer dibujo pintado con 13 años, hasta las últimas obras".

1994. Poco antes de inaugurar una de las muestras más polémicas de su mandato, cesa María de Corral. Dan Cameron recuerda la mítica Cocido y crudo con amargura: "La exposición fue boicoteada hasta el punto de que el Ministerio decidió reemplazar a Maria, poniendo a su paso a un funcionario anodino que asumió el papel de director 90 días antes de la apertura. Todos los programas educativos fueron cancelados, a un artista ruso le fue censurado su trabajo y otros (de Alemania) canceló su participación en la exposición dada la indignación y como un pequeño homenaje a María de Corral. De las muchas miserias que acompañaron a Cocido y Crudo, la que aún me quita el sueño 16 años más tarde fue la cancelación de la cena de apertura a los artistas, para amigos, comisarios y coleccionistas que habían viajado de todas partes del mundo. Me vienen a la memoria como Martin Kippenberger, Doris Salcedo y Paul McCarthy, por nombrar algunos, se vieron obligados a pagar su propia cena tras la inauguración, algo que siempre será doloroso para mí. Casi todos los comentarios en los periódicos de Cocido y Crudo fueron negativos y, desde que me fui en ese momento de España tras tres meses de duro trabajo, ninguna institución me llamó más ni para dar una conferencia (este sigue siendo el caso hoy en día). Parecía en ese momento y he tenido esa sensación durante muchos años después, que este proyecto que consumió tres años de mi vida había sido arrojado al basurero de la historia del arte español". Ese mismo año, Joseph Beuys y Gerhard Richter pasaron por el Reina. José Guirao es nombrado director.

1995. La apertura a los nuevos medios lleva a Eugènia Balcells al museo: "Una exposición en el Reina te coloca en el contexto internacional", reconoce. Alicia Chillida fue responsable del Salto al vacío de Klein.

1996. Picasso se consolida como estrella de la colección. El Palacio de Velázquez toma protagonismo con Cindy Sherman, Juan Muñoz y José Manuel Broto: "Me gusta más el Palacio que cualquier sala del Reina, por su gran tamaño del espacio y luminosidad", confiesa éste último.

1997. Se abre el Espacio Uno bajo la tutela de Rafael Doctor, encargado de seleccionar a los artistas emergentes. "El reto de hacer una obra específica para un espacio potente fue un privilegio", reconoce Marina Núñez, la primera en ocuparlo. Entre las grandes exposiciones: Léger, Lipchtz o Robert Motherwell.

1998. Las exposiciones se multiplican con la apertura también del Palacio de Cristal. Se celebra el 75 aniversario de Chillida. Es el año de Cristina Iglesias y Günther Forg, Esteban Vicente y Elena del Rivero, quien confiesa: "Como vivo en Nueva York, me enorgullece cuando me hablan del Reina Sofía como un gran museo".

1999. Primera muestra de un fotógrafo español en activo. Chema Madoz la recuerda como una "renovación del programa expositivo. Querían abrirlo a los fotógrafos contemporáneos españoles, pero la intención se quedó ahí". Louise Bourgeois instala su araña gigante y el arquitecto Jean Nouvel gana el concurso para la ampliación.

2000. Guirao deja paso a Juan Manuel Bonet en la dirección. Tàpies vuelve al museo e inaugura el programa de exposiciones del Monasterio de Silos. El arte latinoamericano ocupa el museo con Versiones del Sur. Jaume Plensa es uno de los nombres fuertes del año. "En aquel momento, el Reina Sofía era un museo de referencia", dice el artista.

2001. Una gran exposición sobre el minimalismo llega al espacio central. Importante fue también la retrospectiva de Rafael Canogar quien comenta al recordarla: "Afrontar una exposición así no es fácil y no son tantos los que salen ilesos". Otros nombres fueron Pipilotti Rist, Gursky y Gerardo Rueda.

2002. Comienzan las obras de ampliación. Fue el año de los pájaros de Eva Lootz, los retratos de Nan Goldin y los azulejos rotos de Carmen Calvo: "Un museo como éste constituye un reto; me marcó, significó un reconocimiento". El cubismo invade el Reina y aprendemos más sobre el Black Mountain Collage.

2003. "Un lugar insignia donde exponer", así define Juan Uslé el museo. Él fue, junto a Olafur Eliasson, Francis Alÿs y Per Barclay protagonista de un año en el que el cine se incorpora a la colección permanente.

2004. Ana Martínez de Aguilar llega a la direccion del museo. De la treintena de exposiciones destacan las dos del edificio de Nouvel: Lichtenstein y Dalí. En el Palacio de Cristal, Francisco Leiro realizó su "homenaje a los voluntarios del Prestige". En el de Velázquez exponen Schnabel y Kippenberger.

2005. Se inaugura la amplicación después de cuatro años y 92 millones de euros. Desaparece la escultura de Richar Serra Equal Parallel y Dora García presenta la performance La multitud, no exenta de críticas: "¿Cómo podemos pagar a esta gente para que insulte al museo?", dice alguien del museo delante de la propia artista. Palazuelo reúne sus mejores piezas.

2006. La directora pide que el museo se convierta en agencia estatal. El vídeo se cuela de nuevo en las salas con Primera generación: Arte e imagen en movimiento. Dos nombres: Matta Clark y Manolo Valdés, quien admite que "trabajar en una exposición fuera de España es siempre más excitante que hacerlo aquí, donde todo puede llegar a ser más previsible".

2007. Dimite Martínez de Aguilar. Es el año de Luis Gordillo, que reconoce que "sentía la falta de esta exposición, todos mis contemporáneos habían expuesto ya". Lo mismo ocurrió con Dario Villalba.

2008. Llega, por primera vez elegido por concurso público, Manuel Borja-Villel a la dirección, al tiempo que inaugura la gran exposición de Picasso. Nancy Spero comparte salas con Zoe Leonard, Robert Smithson o Alberto García-Alix.

2009. La nueva reordenación de la colección permanente marca este año protagonizado por los Encuentros de Pamplona, la exposición de Juan Muñoz o la de Eulàlia Valldosera quien afirma que fue "víctima del traspaso de poderes de un director a otro, de Ana Martínez de Aguilar a Manuel Borja-Villel. Ella me encargó la exposición en 2005 para el Palacio de Veláquez, pero como estaba en rehabilitación por obras, se fue retrasando y el proyecto se remodeló precipitadamente para el Edificio Sabatini. El cuerpo del trabajo sigue siendo asignatura pendiente en los Museos. La ausencia de un departamento técnico que apoyara a mi equipo y participara de mi trabajo en la producción de las nuevas obras y actualización de las antiguas hace imposible generar y adquirir conocimento útil al Museo que debe cumplir con la misión de archivar y mantener vigente el tipo de instalaciones que hago. Pese a estar agradecida por mostrar mi trabajo en Madrid, no volvería a exponer mi trabajo en Reina. El museo aún no está preparado para exponer a artistas vivos".

2010. Se reabre el Palacio de Velázquez con Antoni Miralda. Las retrospectivas son para Thomas Schütte y Hans Peter Feldmann. El museo bate récord de visitantes.