Image: Jay Heikes envuelve el vacío

Image: Jay Heikes envuelve el vacío

Arte

Jay Heikes envuelve el vacío

Jay Heikes

9 abril, 2010 02:00

Vista de la exposición de Jay Heikes en Marta Cervera

Galería Marta Cervera. General Castaños, 5. Madrid. Hasta el 20 de abril. De 2.000 a 7.000 E.


Casi acaba de salir de la universidad: obtuvo su Máster en Bellas Artes en Yale en 2005. Quizá por ello, y por que no es un artista ni muy productivo ni muy a la moda, Jay Heikes (Princeton, 1975) ha expuesto su obra de forma individual en salas escogidas pero muy puntualmente -una instalación en el PS1 de Nueva York (2005), muestras en el Institute of Contemporary Art de Philadelphia (2007) y en galerías de Nueva York, Chicago y Roma-, a pesar de que en 2006 recibiera el temprano espaldarazo de ser incluido en la Bienal del Whitney. Es por tanto una apuesta arriesgada de Marta Cervera, que nos permite conocer a un artista desasosegante.

En esta exposición muestra un conjunto de fotografías de "muñecos" a los que llama Civilians (civiles), hechos con ramas, algún hueso, una camisa de cuadros, diferentes cabezas de barro con unas gafas y unas manos que son moldes de las del artista. La estética es de película de terror americana y se apoya tanto sobre un aparente amateurismo, que podría hacer pensar que no se trata de fotografías realizadas por un artista sino por un perturbado documentando sus engendros, como sobre una técnica que produce, en el proceso de revelado, unos suaves tintados que les dan un aspecto aún más alucinatorio. Heikes es un artista raro, que estuvo varios años dándole vueltas a un siniestro chiste sobre un pirata y un loro, y que ha desarrollado una obra escultórica muy divergente en lo formal pero extrañamente coherente, caracterizada por funcionar como escenificación no narrativa, opaca, de estados emocionales relacionados con la propia actividad artística. No desde una perspectiva romántica sino desde una frialdad moderadamente irónica y con cierta agresividad. En esta ocasión ha creado in situ una especie de finas "mantas" deshilachadas ejecutadas superponiendo capas de gelatina.

Tanto las mantas como los civilians, con los moldes de las manos o la camisa que sustituyen a la figura humana, hablan de cuerpos ausentes y se refieren, según Heikes, al eterno fin del arte, que nunca acaba de morir sino que se nutre de su propio cadáver para resucitar. Unos y otros no son más que reptantes e inestables "pieles" que ni siquiera intentan ocultar el vacío que envuelven pero que no renuncian a la ficción de vida. Quizá sea una visión demasiado sombría pero es interesante tanto por la personalidad que trasluce como por la formalización del trabajo. Un artista a seguir, en cualquier caso.