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Arte

Marina Abramovic: "Una buena performance debe afectarte mental y espiritualmente"

Hablamos con la máxima exponente de la performance con motivo de su homenaje a Santa Teresa en España

12 marzo, 2010 01:00

Pudimos verla hace pocos meses en Madrid, en una exposición individual en la galería La Fábrica donde pudimos ver las fotografías de su última (y esperada) perfomance española, un homenaje a Santa Teresa producido por Laboral Teatro. En esos días previos a la inauguración, hablamos con Marina Abramovic (Belgrado, 1946) de la evolución de este formato artístico, la performance, que, por esencia, no deja de reinventarse.

Pregunta. ¿Cuál es el papel de la performance en el arte actual?

Respuesta. Para mí una buena performance debe afectarte mental y espiritualmente. Su papel más importante es la conexión entre artista y público, una relación muy inmediata, ya que la performance es algo que está vivo y la experiencia que propone es una transmisión directa de energía.

Crisis y performance

P. La performance parece estar de moda, ¿a qué lo atribuye?

R. La performance es como el Ave Fénix, el pájaro que renace de sus cenizas. En los 70 surgió bajo el nombre de “arte del cuerpo”; en los 80 casi desapareció debido a las galerías y el mercado; luego, la experiencia del cuerpo volvió a los teatros y la gente empezó a hacer performances en clubes nocturnos, en Inglaterra y Norteamérica… Y ahora, parece estar por todas partes, quizá sea por esta crisis. La performance vuelve otra vez por su carácter minimalista.

P. ¿Cree que internet y las redes sociales favorecen la difusión de la performance?

R. ¡La verdad es que no tengo tiempo para el Facebook! Pero creo que fenómenos como Second Life o Youtube son muy interesantes. No me importa que la gente pueda ver mis performances por internet y que eso les lleve a interesarse por ellas. El problema es que muchos sólo las conocen mediante esa vía y eso se aleja mucho de la experiencia real. El mayor problema es que todo se convierta en experiencia virtual, algo que, en relación a la performance, deja un gran vacío y deja de lado muchos aspectos.

Al margen del mercado

P. Y, respecto al mercado, ¿cómo se interrelaciona? ¿No cree que la fotografía o el vídeo rompen con la esencia efímera del arte de acción?

R. De hecho, ¡en los 70 a un fontanero se le pagaba más que a un artista de performance! Creo que sigue siendo difícil vender una performance. Sigue estando al margen del mercado, así que es muy importante pensar las performances como productos rentables.

P. No es gratuito que la mayoría de los performers sean mujeres. ¿Sigue vigente la revisión feminista en el arte de acción?

R. Nunca he sido feminista y no he pertenecido a esta categoría. No creo en el feminismo, sino en los buenos y malos artistas.

P. ¿Quién es para usted el maestro de la performance y qué performers le interesan de la nueva generación?

R. Para mí el maestro es Tehching Hsieh y algunos de los artistas interesantes que están investigando sobre la performance son Terence Koh, Marie Cool & Fabio Balducci, Ragnar Kjartansson, Nikhil Chopra, Nico Vascellari, Eunhye Hwang, Davide Balliano...

Aquí y ahora

P. ¿Hacia dónde se encamina el arte actual?

R. ¡La vida pasa demasiado deprisa! El arte debe ir más lento y lo interesante es trabajar con la idea de “aquí” y “ahora”.

P. En 2012 tiene previsto volver a España, concretamente al Teatro Real con un proyecto sobre La vida y la muerte de Marina Abramovic, ¿en qué consiste?

R. Es una representación teatral. En 1987, decidí hacer una película de mi vida cada seis años y para ello pedí a diversos directores que rodasen cada uno una parte del filme. Voy a dar sin restricciones todo este material para crear una visión completa de mi vida. Será un musical dirigido por Bob Wilson.