Image: Isabel Muñoz, el cuerpo como paisaje

Image: Isabel Muñoz, el cuerpo como paisaje

Arte

Isabel Muñoz, el cuerpo como paisaje

Etiopía.

Abel H. Pozuelo
Publicada
Actualizada

Serie Etiopía, 2002

Galería Dolores De Sierra. San Agustín, 15. Madrid. Hasta el 21 de julio. De 3.200 a 8.280 E.

Puede ser que el secreto de las imágenes de Isabel Muñoz (1951) esté en una mezcla de minuciosidad observadora casi antropológica, cualidades plásticas anonadantes y una técnica fotográfica (sobre todo en el blanco y negro y en los, vamos a llamarlos así, retratos) de una limpieza, seguridad y potencia impecables. Sin embargo, a uno le suscitan algo más. La fotógrafa barcelonesa (ya consagrada internacionalmente con dos World Press Photo en su haber y trayectoria siempre ascendente) establece una relación con la realidad captada que está compuesta de deseo de capturarla a la vez que de necesidad de liberarla. Como si se tratara de peces atrapados en anzuelos que sólo las imágenes consiguieran soltar. Muñoz vuelve, siempre vuelve, a áfrica, a Etiopía. En esta ocasión se fija en el pueblo de los Nyangatom, pastores y guerreros nómadas de la antigua Abisinia, que habitan los márgenes del río Omo. Y regresa, también siempre, al cuerpo como paisaje, como el lugar de la cultura de estos hombres (sobre todo) y mujeres, como frontera donde se marca el territorio de siglos, todo un proverbio puro y un misterio en sí. Cuerpos aparentemente semidesnudos pero siempre cuidadosamente ataviados, pintados, tatuados, escarificados o tocados por adornos, fetiches y mensajes. Cuerpos como mapa de signos donde leer lo humano más allá de una visión eurocéntrica, racionalista. Isabel Muñoz devora con su mirada, escoge el encuadre, trata de introducirnos a la vez en el santo y seña y en la materialidad de esos seres magníficos y bellos. Desde el detalle y la superficie documental, etnológica, nos introduce en un campo que se expande y que lleva a otro lugar.