El Cultural

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Galdós, el gran cronista de Madrid

La exposición 'Pérez Galdós en el laberinto de España' reúne 140 imágenes en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que muestran los escenarios y personajes del Madrid galdosiano

23 septiembre, 2020 09:03

“Nací en Madrid a los 20 años”, aseguró Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid, 1920) muchos años después de establecerse en la ciudad. Llegó a la estación de Atocha a finales de septiembre de 1863 y poco después se matriculó en la Facultad de Derecho aunque, en sus propias palabras, estudió “la carrera de leyes de mala gana”. Es más, asegura que se distinguió “por los frecuentes novillos que hacía”. Sin embargo, aquellas recurrentes ausencias le permitieron recorrer las calles de la ciudad, sus plazas y plazuelas “gozando en observar la vida bulliciosa de esta abigarrada capital”. Estos paseos le permitieron conocer Madrid de tal manera que esta se convirtió en un personaje más de sus novelas. Algunos de estos escenarios y personajes que describe los podemos ver en Pérez Galdós en el laberinto de España, una exposición que reúne 140 fotografías en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hasta el próximo 3 de enero.

“En la fotografía cabe de todo y tiene la cualidad de servir de fuente de memoria”, observa Plubio López Mondéjar, comisario de la exposición. Las 140 imágenes, muchas de ellas inéditas, se encuentran divididas en tres secciones a través de las que se puede reconocemos el Madrid de Galdós, desde las Cavas, la Concepción Jerónima, el Rastro y Lavapiés al Museo del Prado, el Teatro Real o el Ateneo. Tal y como apunta Marta Rivera de la Cruz, Consejera de Cultura y Turismo, “nos da a conocer detalles inéditos de las vivencias del novelista y los acontecimientos históricos más importantes que rodearon su vida”. 

Poco después de su aterrizaje en la capital se instaló en una casa de huéspedes de la calle del Olivo, actualmente Mesonero Romanos, donde empezó a urdir, en 1867, La Fontana de Oro, “libro con cierta tendencia revolucionaria”, comentó el autor. La acción de esta primera novela del escritor, periodista y político se sitúa en Madrid y debe su título a un café situado cerca de la Puerta del Sol que durante 1820 fue lugar de reunión de liberales como Riego y Alcalá Galiano. 

El Madrid de Galdós en 140 imágenes

Jean Laurent: 'Plaza Mayor' (1867)

Además de escritor, periodista, político, dramaturgo y pintor Galdós fue uno de los grandes cronistas de Madrid. “Igual que existe un Londres de Dickens, una Lisboa de Pessoa, un París de Balzac, un Dublín de Joyce, existe un Madrid de Galdós. Nunca como en sus decenas de novelas se ha verificado un inventario tan completo y cabal de la vida pública y privada de la capital, de su realidad física e histórica”, escribe Publio López Mondéjar en el catálogo de la muestra. 

La primera parte de la muestra nos presenta al escritor, desde su niñez con un daguerrotipo fechado en 1850, hasta el día de su muerte y su funeral atestado de gente que salió a despedirlo. Algunas de estas imágenes inéditas las firman Franzen, Alfonso, Laurent o Kâulak, fotógrafos cuyo trabajo también inmortalizó la época que vivieron y sirven de testimonio visual de la España de entonces. Pero no solo encontramos imágenes que retratan al escritor de los Episodios Nacionales sino que también se nos muestra cómo era la ciudad entonces. Vemos la Puerta del Sol antes de ser ampliada, la calle Alcalá, la corrala de Mesón de Paredes o retratos de algunos personajes que tuvieron un papel protagonista en la historia de España como Isabel II, Amadeo I, Emilio Castelar, los generales Espartero, Cabrera, Serrano y Prim, la reina María Cristina, Alfonso XII, Alfonso III y escritores como Mesonero Romanos y Clarín.

Louis Levy: 'La Puerta del Sol' (1900)

Se trata, en palabras del comisario, de “una aportación al homenaje que le debemos a Galdós”. López Mondéjar ha querido insistir en que Galdós fue el escritor del pueblo y "se ha dado a conocer de padres a hijos”. A partir de La Fontana de Oro la popularidad del escritor fue creciendo aunque para entonces ya era un brillante periodista. Como dramaturgo fue sacado a hombros del teatro el día que presentó su Electra en 1901. “Es difícil imaginar la popularidad de Galdós pero él siempre era actualidad aunque era una persona dada a la soledad y al silencio, si no no hubiera podido escribir tanto y tan bien”, reflexiona el comisario. Lo que hacía especial a Galdós era “su capacidad de escuchar a los que no pensaban como él y, por eso debemos recordar al escritor y la lección de misericordia que llevó a la literatura como Cervantes”, concluye Publio López Mondéjar. 

Esta exposición se completa con un audiovisual dirigido por Arantxa Aguirre en el que las palabras que oímos provienen de la pluma del escritor y son recitadas por algunos actores y actrices que se han metido en el papel de sus personajes. “Ellos dan vida, cuerpo y calor a sus palabras”, comenta Aguirre. Y es que otra de las cualidades de Galdós fue su gran capacidad de escuchar, observar y recrear el lenguaje de todas las clases sociales, estamentos y edades.

Aunque quizá las palabras que Caballero Bonald le dedicó resumen el legado que nos dejó este ilustre madrileño de adopción: “Lo que Galdós nos ofrece no es ya una ficción novelística, sino un novelado compendio histórico de Madrid. Cafés, teatros, bailes, casas burguesas, corralas, tabernas, buñolerías, horchaterías, talleres de costura y demás escenarios populares, circulan por sus libros y configuran un invariable telón de fondo, un perseverante entramado documental de la ciudad”.

@scamarzana