Helena Taberna

Helena Taberna

La directora estrena Acantilado, un thriller que explora el mundo de las sectas basado en una novela de Lucía Etxebarria.

La cineasta navarra Helena Taberna tiene a sus espaldas una nutrida biografía que arrancó con Yoyes (2000), retrato de la famosa etarra, y continúa con filmes como Extranjeras (2003) o La buena nueva (2008). La directora regresa tras la cámara con Acantilado, película basada en la novela de Lucía Etxebarria El contenido del silencio, que nos sumerge en el mundo de las sectas para contarnos la historia de dos hermanos (Ingrid Garcia Johnson y Daniel Grao) separados tras la muerte de sus padres y lo que sucede cuando ella se mete en una secta y desaparece misteriosamente tras el suicidio de su hermano.

Pregunta.- ¿Cómo surge esta adaptación del libro de Lucía Etxebarría?
Respuesta.- Cuando leí la novela me pareció magnífica. Siempre me ha interesado mucho el tema de las sectas no tanto por las sectas en sí como por esa necesidad que tenemos todos de pertenecer a un grupo. De todos modos, es una adaptación totalmente libre en la que hay muchísimos cambios respecto al original. Como directora, estás obligada a hacer la película cien por cien tuya porque tiene que haber una mirada. Me encanta la literatura pero creo que las novelas y las películas tienen lenguajes distintos y a mí me gusta explorar ese lenguaje audiovisual.

P.- No se entretiene mucho en explicar los intringulis de la secta como la novela, ¿le interesaba más la cuestión de fondo?
R.- Sí, mucho más. Lo interesante es ver cómo funcionan las dinámicas de grupo y esa dialéctica entre lo que renuncias para ser aceptado. Las sectas son un caso extremo pero todos los días sacrificamos cosas porque queremos pertenecer a algo. En realidad, si te fijas, mi primera película, Yoyes, ya trataba eso en el contexto etarra aunque la cuestión profunda en realidad es muy parecida.

P.- El conflicto entre los dos hermanos late de fondo, ¿drama familiar o thriller?
R.- La forma es de la de un thriller. Desde una primera secuencia muy poderosa agarro al espectador y la intención es no soltarlo hasta el final. Me gusta esa parte de trama, de pistas falsas, y llevar al espectador de la mano hasta sorprenderlo con el desenlace. Más allá de eso, lo más importante son los personajes, lo que les pasa por dentro. Es una película en la que lo más importante nunca se dice, por eso la novela original se llama El contenido del silencio, esa idea sigue estando latente.



P.- Son personajes desgarrados, ¿es esta en realidad la historia de un hermano que se siente culpable por abandonar a su hermana y finalmente la busca hasta encontrarla?
R.- Es una manera de interpretarlo, cada espectador pondrá su propio bagaje en la película. Yo siempre he valorado muchísimo el trabajo de los actores y en esta película es fundamental porque todo va por dentro. El trabajo de Goya Toledo, por ejemplo, es espectacular porque ella es todo lo contrario. El viaje de Daniel Grao es apasionante, ese hombre burgués con la vida perfecta, con una vida acomodada, de repente llega a Canarias y es el mundo salvaje en el que salen sus instintos y se enfrenta a sus demonios. No puedes escapar a la familia. Con la jefa de la secta, por ejemplo, tenemos a esa presencia rotunda, que no necesita palabras. Los actores dan la fuerza a la película.

P.- En el Festival de Málaga dijo que esperaba poder volver a rodar... ¿Tan negro está el panorama?
R.- Esta película ha sido una lucha constante y como otros compañeros tienes la sensación de que no te mereces a estas alturas tener que pelear tanto para poder hacer cine. Estoy orgullosa de mi filmografía, sigue viva en muchos lugares y ha tenido un buen recorrido internacional. Por supuesto, espero seguir rodando pero las dificultades están ahí.

@juansarda