Image: Cristina Fallarás

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El Cultural

Cristina Fallarás

“Arderé en el infierno por este libro y por algo más”

11 noviembre, 2011 01:00

Cristina Fallarás. Foto: Gusi Bejer

Se ha dejado las suelas con el periodismo pero hoy Cristina Fallarás (Zaragoza, 1968) se divierte "mucho más" escribiendo novelas como Últimos días en el Puesto del Este (Premio Barbastro, DVD, 2011). Una narración apocalíptica que es también, y sobre todo, una historia de amor. Pero además de escribir, Fallarás acaba de estrenarse como editora digital desde el sello Sigueleyendo.es con relatos a un euro.

Pregunta: ¿Qué tal le sienta el apocalipsis?
Respuesta: A mí el apocalipsis me sienta estupendamente y además lo cargo desde niña. Agorera que es una. Pongamos que en este caso es un arma para relativizar la miseria que nos rodea últimamente.

P: Ni virus, ni meteoritos. El fin lo propicia la religión. ¿A qué tanta irreverencia?
R: Las religiones, las iglesias, son lo peor. Se basan en tres pilares podridos: la ignorancia, la obediencia y el ejercicio absoluto de poder. Ahí tiene las tres cosas que menos me gustan.

P: Es consciente de que arderá en el infierno por esto, ¿verdad?
R: Arderé en el infierno por esto y por alguna otra cosa que no pienso contarle.

P: ¿Ha cocinado una historia apocalíptica con guarnición sentimental o más bien lo contrario?
R: Yo quería escribir una historia de amor, porque mi madre me dijo "Hija, ya está bien de muertos y asesinos, ¿no?". Pensé, voy a hacerle un regalo... Caray, si llego a saber lo que me iba a salir, le compro un chal.

P: Su protagonista es una mujer tan fuerte como dependiente. ¿Feminismo escéptico?
R: Ella es fuerte y soberbia y altiva. Me gusta pensar que ante las peores situaciones, los peores atropellos, una puede levantar el mentón como una manera de desafío, y que queda la posibilidad de luchar refugiándonos en la belleza.

P: Barcelona como asediado Puerto del Este. Jugosa metáfora para nacionalistas, ¿no?
R: Ay, el nacionalismo, qué hartita me tiene. A mí el folclore, las banderas y las tradiciones me dan vergüenza ajena. Pero es que además tengo hijos. "Mamá, tú no hables con mi profesor que no sabes", me dice mi hijo porque yo hablo siempre en castellano. Qué pereza, ¿no?

P: De la negra canalla Las Niñas perdidas a la ciencia ficción de Últimos días... ¿Busca universo narrativo o va a salto de mata?
R: Es mi primera novela no negra. ¿Sabe qué buscaba? Describir lo que sentía, que todo mi mundo se había venido abajo, que lo estaban arrasando todo, que cada día que me levantaba era una lucha contra la precariedad absoluta. Vaya, que fue casi una terapia.

P: Se habrá gastado este año una pasta en jamones, porque no para de ganar premios.
R: Empecé el año canina y enseguida me dieron el L'H Confidencial y el de Barbastro para Últimos días... Qué rico. Para jamones no ha llegado, pero he puesto sendas fotos de L'Hospitalet y Barbastro en mi particular altar urbano, entre París y Tokyo.

P: ¿Con qué vestido luce mejor ante el espejo? ¿Modelo periodista o novelista?
R: El de periodista es un terno obligatoriamente más formal, un poco old fashioned (cada vez más, pero esto ponlo en voz baja). La vestimenta de escritora va de lo punk a lo putilla, de malísima a señora digna, y ahí me divierto mucho más.

P: Sigueleyendo.es fue un blog literario y hoy es un sello digital que edita relatos a un euro. ¿Funciona el invento?
R: Funciona, sí que funciona. Y lo bueno es que no ha hecho más que empezar. Ahora saldrán las novelas. De la mezcla de opinión de escritores, crítica, actualidad y lecturas sale un buen cóctel.

P: "Nuestros libros no están protegidos. Son fruto del trabajo… Si nos roba mejor no nos lea", se lee en su web. ¿Apelan al corazoncito de los cacos digitales?
R: Me parece que cuando un editor no se fía de sus lectores falla lo básico. Yo me fío de nuestros lectores. Y si quieren compartir, que compartan. Ahí han fallado las editoriales tradicionales.

P: ¿Cuán solos nos sentiremos cuando cambiemos nuestras bibliotecas por un plato de lecturas digitales?
R: ¡No, no, no! No las cambiemos. Esos libros en papel apilados son nuestro mejor refugio. Yo sin mis librerías me echaría a llorar. Luego, además, están los digitales. Además.

P: El otro día daba en su blog consejos para los nuevos pobres como "veterana". ¿No tiene intención de licenciarse?
R: Si tú me dices ven, lo dejo todo.